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Rechazar Fascistas Grandes y Pequeños, Rebélate contra dictadura desordenada

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09 Octubre 2020 106 visitas

La clase dominante esta en caos. Las divisiones dentro de la clase dominante se agudizan conforme se aproxima el final de la campaña electoral presidencial. El debate entre el héroe del Klan, Donald Trump y quien ha encarcelado masas Joe Biden se convirtió en una incoherente gritería entre dos mentirosos racistas. Dopado con esteroides y contradiciéndose a cada minuto, el contagioso-en jefe, es abandonado en una Casa Blanca casi vacía después que mas de una docena de sus consejeros salieran positivos para el covid-19. Enfrentando el amenazante desafío al dominio estadounidense por una China fascista y disciplinada, la ruptura entre los grandes fascistas (liderados por el capital financiero internacional como JPMorgan Chase y Goldman Sachs) y los pequeños fascistas (organizados alrededor de las compañías de energía domesticas deseosas de ganancias a corto plazo) ha llegado a su limite.
Las elecciones son una herramienta critica para resolver los conflictos internos capitalistas. Los grandes fascistas necesitan que las masas de trabajadores voten por su lado para dar legitimidad a sus planes de guerra imperialista y fascismo. También necesitan el mito de la democracia electoral y la” transición pacifica del poder” para ocultar su dictadura capitalista. Sin embargo, en esta ocasión, no sabemos si cualquiera de estas dos pandillas patronales aceptara el resultado de las elecciones en noviembre. Existe peligro. El futuro del sistema de ganancias estadounidense y su tambaleante orden mundial esta de por medio.
El Partido Laboral Progresista hace un llamado a todos los trabajadores para que noten que, el poder no esta en las urnas, sino en la lucha de clases, en las calles y donde trabajamos. No existe el “mal menor” entre los capitalistas, todos son asesinos de masas. Ambos, demócratas y republicanos, representan el racismo, sexismo, explotación, terror estatal, y la muerte de millones por falta de alimento, refugio, servicio medico e infraestructura de salud publica. La única forma de acabar con el creciente fascismo y la inminente guerra mundial es organizando una lucha antirracista y organizar para la revolución comunista.
El Ascenso de los Pequeños Fascistas Crea Desorden Entre los Patrones Estadounidenses
El propósito de los pequeños fascistas es recortar los impuestos a los ricos, acabar con los costosos compromisos foráneos del ejercito estadounidense, salirse de las alianzas internacionales, eliminar los servicios sociales para la clase trabajadora y desbaratar las regulaciones ambientales. Después de años de organizar, y mantenerse al margen, con otros partidos como los Libertarios, vieron su oportunidad de entrar a las grandes ligas con el surgimiento del racista Partido del Te. Pero no pudieron desafiar el dominio de los grandes fascistas sobre el poder estatal hasta que llego Trump. El supuesto hombre de negocios convertido en estrella de la TV “real” y estafador, se apodera del partido republicano con una base de trabajadores blancos alienados, matones racistas, y evangélicos hipócritas. El capital financiero opto por la despreciable Hillary (súper-depredadora) Clinton y aun están pagando el precio de su arrogancia.
A través de la dialéctica, sabemos que lo interno es primario. La falta de disciplina de los grandes fascistas – su corrupción, individualismo y óptica corta – permitió que los pequeños fascistas les arrebaten el poder. La perdida de trabajos industriales con un sueldo decente, y dos guerras fallidas en el Medio Oriente, les abrió la puerta. La gran recesión del 2008 y el salvataje de los bancos por Barack Obama, hizo que la puerta se abriera de par en par. A los pequeños fascistas, como los Koch, no les gustaba Trump ni sus despotricadas anti-inmigrantes, ya que muchas de sus ganancias vienen de la mano de obra inmigrante. Pero, en un acto de oportunismo mutuo, se apresuraron a tomarse la rama ejecutiva del gobierno.
La altamente perturbadora presidencia de Trump refleja un cambio cualitativo en la lucha interna de los patrones capitalistas. Para muchos de los lectores del DESAFIO, Trump y sus seguidores racistas y sexistas son despreciables, la esencia del capitalismo cruel, egoísta y avaricioso. Y no están equivocados. Pero, para nuestra clase, la alternativa no puede ser Joe Biden, o Alexandria Ocasio-Cortez, porque los grandes fascistas tienen un plan a largo plazo aun mas peligroso para la clase trabajadora internacional.
Los grandes fascistas están en peligro
Por mas de un siglo, y especialmente desde la segunda guerra mundial, el capital financiero estadounidense ha controlado el ejercito, las agencias de inteligencia, las tres ramas del gobierno, y casi toda la prensa. Junto a los patrones de Europa Occidental, establecieron alianzas para mantener la supremacía estadounidense y contener a enemigos como; la vieja Unión Soviética y la actual China y Rusia. Hasta hace poco, los patrones podían resolver sus diferencias antes de sacar las armas. En 2000, la Corte Suprema estadounidense freno el recuento de Florida y nombro como presidente a George W. Bush. La clase dominante unida aprobó la ley fascista Patriot Act y la invasión de Afganistán e Irak. Creo el Hart-Rudman plan, modelo para sostener su dominio hasta el siglo 21. La contradicción entre las dos alas patronales, tan claras hoy, aun eran infantes.
Las presiones externas han agudizado la contradicción. La iniciativa Ruta de Seda china, su liderato global durante la pandemia – ofrece menos espacio para que los patrones estadounidenses resuelvan sus desacuerdos pacientemente. Esta realidad lleva al capital financiero, al fascismo mas rápidamente – primero, para destruir a los pequeños fascistas, después para construir un movimiento patriótico multicultural para controlar a la clase trabajadora y preparase para la tercera guerra mundial.
Los aliados de EE.UU. están muy preocupados. Después que el primer (y quizás el ultimo) debate entre Trump y Biden, proclamado como un “show de mierda” por la CNN, un analista político francés dijo; “Los lideres europeos probablemente se despertaron esta mañana pensando: ‘El liderato estadounidense se acabo, y por un momento, aun si Biden es electo y trata de reconstruir lo que Trump destruyo”’. Los rivales de EE.UU. también lo notaron. Según un periódico chino, controlado por el estado; “Ese caos en los altos niveles de la política estadounidense reflejan división, ansiedad en la sociedad estadounidense y la aceleración de la perdida de ventajas del sistema político estadounidense” (NYT, 30/9).
Aun cuando Trump se auto proclama el presidente de la “ley y el orden”, los grandes fascistas tienen un historial mas largo y feo en cuanto a promocionar el terror estatal contra la clase trabajadora. Biden, quien hizo u carrera sirviendo a los banqueros y las compañías de tarjetas de crédito, es la personificación de la decadencia del capital financiero. Desde que promocionara su proyecto de ley de encarcelación masiva de 1994, a las sangrientas guerras en el Medio Oriente, ejecutadas por los Bush y Obama, a su ultimo rechazo de “desfinanciar” su querida policía, Biden has sido uno de los mejores y mas leales lacayos del letal programa de los grandes fascistas. Su compañera de formula, antigua fiscal, Kamala Harris, orgullosamente conocida como la “policía superior” jugo un papel importante que dio rienda suelta a la policía racista para que asesinaran a personas como Oscar Grant (NYT, 9/8).
¡No votes, rebélate!
Luchar por el comunismo significa construir un partido revolucionario de masas y un mundo dirigido por y para la clase trabajadora internacional. No podemos hacerlo dentro de la farsa patronal que llaman democracia, con unas elecciones que nos obligan a escoger entre un racista explotador y otro. Y no podemos llegar sin acabar con las divisiones racistas, sexistas y nacionalistas que nos mantienen cautivos.
Durante los siete meses de la pandemia mundial capitalista, los trabajadores han demostrado que nuestra clase puede dirigir y cuidarse unos a otros, durante su lucha en las calles y su valioso trabajo en los hospitales y mercados, ha demostrado que podemos vencer los obstáculos mas difíciles. Estos impulsos comunistas de la clase trabajadora es lo que preocupa a los patrones. El próximo paso es, agudizar la lucha con camaradas y amigos y crear un mundo mejor. ¡Lucha por el comunismo! ¡Únete al Partido Laboral Progresista!