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LA: trabajadores golpean policías racistas en las calles y juzgados

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06 Noviembre 2020 45 visitas

Los Angeles, 17 de Octubre—Una docena de trabajadores militantes salimos hoy a las calles a protestar el asesinato racista de David Flores cometido por los policías fascistas Andrew Do y Bryan Tahuite, del Departamento de Policías de Los Angeles (LAPD). En una impresionante muestra de solidaridad, los familiares de otras cuatro víctimas de la policía, salieron a hablar y apoyarnos bajo el liderazgo arrollador de las mujeres de clase trabajadora.
En los dos días previos a nuestro mitin y marcha, la policía de Los Angeles y el Departamento del Alguacil asesinaron a dos trabajadores más cada uno. A pesar de lo masivo de las marchas multirraciales contra el terror policial racista en Los Angeles durante todo este verano, estos matones, lacayos de la clase patronal, siguen acosando a nuestra clase. Las protestas anti racistas masivas son esenciales e impresionantes. Pero sin una perspectiva revolucionaria comunista y un plan para derrocar y aplastar todo el sistema capitalista, nunca vamos a lograr una verdadera justicia para nuestra clase. Eso es lo que se propone el Partido Laboral Progresista (PLP).
David Flores fue la primera persona en su familia que se graduó de la secundaria y fue a la universidad. Tenía dos trabajos de construcción para poder mantener a sus dos hijos. Como para tantos otros trabajadores, sus hijos eran la motivación y la razón de su dura lucha por la existencia. Su madre, Teresa, está ahora luchando por la justicia para su hijo.
Nuestra protesta comenzó en una esquina, cerca de donde asesinaron a David el 22 de Abril del 2019. Los trabajadores nos recibieron con afecto en este vecindario mayormente negro y Latino. Mientras nos congregábamos, los autos que pasaban tocaban sus bocinas y bajaban la velocidad para escuchar los discursos y llevarse volantes o un Challenge-Desafío.   
Después del mitin, como 30 de nosotros iniciamos la marcha y caravana a la Estación Sud-Este. Al acercarnos, tres fascistas de azul trataron de cerrarnos el paso. Sin embargo, rápidamente un enojado grupo de familiares, miembros del PLP y otros participantes los rodeamos. A los pocos minutos fueron a esconderse, detrás del portón automático de su lote de estacionamiento.
Mientras bloqueábamos el portón con nuestros cuerpos, los policías, en Inglés y en Español, nos amenazaban con arrestarnos si no nos íbamos. Pero nos mantuvimos imperturbables. Tres jóvenes que viven al frente de la calle empezaron a corear a viva voz la consigna, “Black Lives Matter”. Nosotros denunciamos a los esbirros que ridiculizaban nuestras consignas, mientras distribuíamos volantes y el periódico y conversábamos con los trabajadores que viven cerca de esa estación. Varios filmaron nuestra protesta y nos dieron su apoyo unánime.
Teresa y un familiar de cada una de las otras cuatro víctimas hablaron en el megáfono. Las terribles historias de sus pérdidas fueron conmovedoras, pero lo más resaltante fue la cólera de la clase trabajadora como respuesta a sus apasionadas demandas de justicia. Después de dos horas de discursos y de bloquear el portón del estacionamiento, cumplimos con nuestro objetivo de ese día. Nos comprometimos a continuar la lucha para aplastar el racismo y, antes de irnos, les gritamos a los policías de la Estación Sud-Este que nos iban a volver a ver.
Tres días más tarde, se programó la reunión semanal de la Comisión Policial de Los Angeles (LAPC) para discutir el asesinato de Alex Flores, el 19 de Noviembre del 2019. La Comisión, sin embargo, no hace más que ponerle sello de aprobación a los asesinatos que comete la policía. Discutieron el caso “a puerta cerrada”. Es raro en extremo que se discipline a un policía asesino cuando mata a uno de nuestros hermanos o hermanas de clase. El fiscal municipal de Los Angeles, sin duda, le recomienda al Departamento de Policías que no presenten ningún dato que pueda ayudar de alguna manera a que los familiares formulen un caso por derechos civiles contra la policía y el municipio.
Como la familia de Alex estaba decidida a contarle su versión de la historia a la Comisión, varios miembros del PLP y otros participamos por vía virtual. Así fuimos testigos de una parodia racista. La Comisión había declarado el día anterior que se programarían 10 minutos para que hablase la familia. Pero los Comisionados, sentados en sus lujosas oficinas, sólo les permitieron hablar 6 minutos porque el día anterior no les habían dado los nombres de los familiares que iban a hablar. Se les notificó con anticipo que se iba a necesitar un traductor para el padre y la madre de Alex. Por supuesto, hubo un “problema técnico” y no encontraron un servicio de traducciones disponible. Una secretaria sustituta de la junta masacró lo que los padres de Alex dijeron, y dejó de traducir a propósito la declaración que, “todos los policías son racistas”.
Otros oradores apoyaron la lucha de la familia Flores y condenaron fuertemente a la Comisión por tolerar regularmente los asesinatos que comete la policía. Pero los fascistas-de-azul y sus cómplices también se organizaron para hablar. Atacaron a Alex y su familia tildándolos de “pandilleros”, entre otras sucias mentiras. Estos son los mismos policías racistas del Departamento de Los Angeles cuyos colegas han sido descubiertos poniendo falsamente el nombre de miles de jóvenes, en su mayoría negros y Latinos, en la lista estatal de datos “CalGang” que los acusa de pandilleros y permite que se les achaquen cargos más severos.
El PLP debe seguir ayudando a liderar la lucha por la justicia para la familia de Alex Flores y muchos otros. Las mujeres trabajadoras, que en su mayoría lideran estas campañas, desafían los roles machistas que el capitalismo le impone a nuestra clase. A través de esta tarea, más gente comprende la verdadera función de la policía en la sociedad capitalista y ven al PLP a la vanguardia de la lucha contra estos asesinatos. Las ideas comunistas se van a propagar más y el partido va a crecer. Solo una sociedad comunista podrá eliminar a los matones armados de los patrones que protegen la propiedad privada y mantienen el dominio capitalista.