En Una vida de Trabajo y Amor: Una Memoria Roja, Wally Linder nos recuerda ambos sobre el poder de la clase obrera unida a combatir los patrones capitalistas, y de la gente especial que es parte de nuestra clase. El entrelaza la política y lo personal mientras hace una crónica de sus 89 años de vida. El comparte las alegrías y tragedias, y nos da un vistazo del corazón y alma de este hombre ordinario pero extraordinario.
Nacido en 1930, Wally crecio como un niño de clase obrera en Nueva York quien amaba el beisbol y era curioso sobre el mundo. A los 19, participo en una huelga en la Universidad de la Ciudad en contra de dos profesores racistas antisemíticos. A los 23, el ánimo a los Rosenbergs, dos comunistas a quienes acusaron falsamente de dar secretos atómicos a la Unión Soviética. Más tarde el ayudo a “cerrar los muelles” organizando camioneros y obreros del ferrocarril a respetar las líneas de piquetes esparzas de los obreros remolcadores (600 obreros tuvieron que cubrir cientos de estaciones). No aprendemos solo de estas acciones militantes, pero también sobre la gente en la vida de Wally: sus amigos, sus hijos y nietos, y las tres esposas/compañeras que sobrevivió.
A principio de los 1960, los sindicatos de los obreros del ferrocarril aún estaban segregados racialmente, pero Wally había estado uniendo los dos sindicatos juntos desde que se convirtió en un camarero a finales de 1950. Wally fue un miembro del Partido Comunista (CP) cuando comenzó a trabajar en el ferrocarril, pero pronto se uniría a un grupo disidente – que más tarde se convirtió en el Partido Laboral Progresista (PLP) – organizado alrededor de militancia y una avocación abierta de comunismo. El acercamiento al PLP fue un contraste al de CP, lo cual, en respuesta a las persecuciones de brujería McCarthy, escondieron sus políticas y se mezclaron con activistas liberales.
Como miembro de la Hermandad de Empleados de Ferrocarril y Operadores de Carga, la primera cosa que Wally hizo fue desarrollar relaciones entre los camareros de ambos sindicatos divididos racialmente. Esto creo la base para sugerir que ambos los camareros negros y blancos representaran a cualquier obrero que le pusieran cargos disciplinarios. Su unidad permitió para una defensa más fuerte para cada obrero y el sindicato continuo ganando casos, los patrones pararon de disciplinar muchos obreros. Estas victorias crearon apoyo por la idea de un solo sindicato con liderazgo multirracial. Más tarde, Wally organizo un periódico del sindicato local, que ayudo a fortalecer la unidad Negra-Blanca.
La posición del PC ha sido que los miembros no le deberían decir a nadie que eran comunistas. Wally descubrió, sin embargo, que todos los obreros sabían que él y sus 65 camaradas trabajando en los ferrocarriles eran miembros del PC. El FBI les dijo a los líderes del sindicato, y los líderes del sindicato les dijeron a los obreros. En 1963, cuando el ferrocarril los despidió a todos los obreros sindicalizados, Wally, ahora un miembro del PLP, organizo el Consejo de Obreros Desempleados del Ferrocarril multirracial. Inspiro a muchos con su espíritu de lucha, su antirracismo, y su política comunista, la cual ya no la mantenía un “secreto”.
Por todo el libro, conocemos la gente que Wally amo. Conocemos su primera esposa, Esther, la madre de sus dos hijos Anita y Andrew. Como muchas mujeres, Esther fue la roca de Wally. Cuando temió que lo despidieran por organizar el ferrocarril y no tener trabajo, Esther dijo, “y, nos conseguiremos otro.” Esther fue amiga con Stokely Carmichael, amaba bailar e ir a acampar, y fue figura de madre para muchos. También fue una miembro del PLP, y salió con un grupo de camaradas para vender el periódico del Partido, DESAFIO, cuando trágicamente la atropello y asesino un auto en 1983.
Gus un buen amigo de Wally es alguien más a quien conocimos en el libro. Gus trabajo como un obrero en el mercado de venta de zapatos mayorista, pero era mucho más que eso para alguien que asumía su ocupación. Gus fue cocinero, carpintero, jardinero, pescador, creador de cerámica y de vidrio de color, un lector voraz, viajero del mundo, y un esposo y padre amoroso. Varias de las historias de Wally sobre Gus fueron deleitantes y un recordatorio que la gente es mucho más interesante que los estereotipos que tal vez desarrollemos de ellos. ¡Wally ha llevado una vida fantástica, y lo continua a hacer! Aprendemos muchos detalles sobre esta persona fascinante, los periodos históricos que ha vivido y ayudo a influenciar, la gente en su vida a quien ha amado y lo han amado, y los placeres y tragedias de sus 89 años de vida. Recomiendo este libro extremadamente, especialmente para aquellos participando en los movimientos antirracistas de hoy y para aquellos quienes quieren aprender lo que significa ser comunista.
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Recuerdos Rojos: Una vida de trabajo y amor
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- 04 Diciembre 2020 131 visitas