Diciembre de 16—En México, como en el resto del mundo, el Covid-19 ha mostrado las debilidades y el caos del capitalismo. Oficialmente 1.3 millones de personas han sido infectadas y 130 mil han muerto. Extraoficialmente, los números son hasta tres veces mayores. Esta crisis de salud muestra la inestabilidad del sistema capitalista, que no puede llenar las necesidades de la clase trabajadora. Los ricos han enfrentado la pandemia con relativa seguridad, mientras los trabajadores siguen muriendo. Claramente, la amenaza mas grande viene del capitalismo no del virus. El gobierno de AMLO, como todos los otros capitalistas, están paralizados por el sistema en el que gobiernan. Solo una sociedad comunista podrá proveer el tipo de salud que necesita la clase trabajadora. Se pudieron haber salvado un sin numero de vidas solo con alimentar a la gente para que se quede en casa, y se pudo haber frenado la dispersión del covid. En vez de la parálisis y confusión que hemos recibido como respuesta por parte de la clase dominante.
La clase gobernante mexicana ha seguido el patrón capitalista, poniendo a las empresas primero y obligando a los mas pobres a trabajar. Conforme se dispersa el covid-19, el gobierno de AMLO culpa a los anteriores gobiernos por el desmantelamiento del sistema de salud. Aunque el sistema de salud ha sido devastado en los últimos 20 años, el actual gobierno no ha podido tomar medidas de acción para contener el virus y proteger a la clase trabajadora. Lo que si ha hecho es asignar fondos para los mega proyectos alrededor del país mientras culpa a la gente que “sale de sus casas” a contagiar con el virus, sabiendo muy bien que el 50% de la población vive de la economía informal y no tiene otra opción, tienen que salir a trabajar.
Patrones liberales mexicanos dejan morir a la clase trabajadora
La respuesta de AMLO a la pandemia no se diferencia de los gobiernos conservadores contra quienes dice luchar. El gabinete de salud del gobierno de AMLO cometió una negligencia criminal al no dotar a tiempo del equipo de protección suficiente y de adecuada calidad a los trabajadores de salud que luchan contra la pandemia. Las protestas y quejas no han cesado desde que comenzaron los casos. Millones de trabajadores en México viven al día, si no trabajan no comen, para ellos no hubo ningún apoyo, son los mismos que carecen de seguridad social. Las fábricas, las maquilas y los pequeños talleres mantuvieron sus actividades y en esos lugares se presentaron brotes y muertes de varios trabajadores, todas las zonas industriales del país hasta la fecha continúan como focos rojos de transmisión y muerte.
La creación de la vacuna ha mostrado aun mas claramente el caos del capitalismo. Mientras que los países imperialistas ricos luchan por construir la infraestructura para producir, distribuir y vacunara a la población, México, como la mayoría de los países eviscerados por los grandes imperialistas el siglo pasado, están luchando por conseguir la vacuna (Aristegui 11/12). El gobierno anuncio la compra de vacunas para casi 17,2 millones de personas entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021, en un país de 130 millones de habitantes.
La salud bajo el sistema capitalista es una mercancía, la competencia para tener una vacuna para el COVID-19 se traducirá en enormes ganancias para las farmacéuticas y reacomodos geopolíticos de los países imperialistas que representan. Los avances tecnológicos en medicina están enfocados en obtener el máximo de ganancias, por eso todavía mueren miles de trabajadores por enfermedades para las que existe tratamiento, pero que no pueden comprar. La clase trabajadora tiene muchas de las condiciones que las vuelve vulnerables o las tiene enfermas como la mala alimentación, la insalubridad, la falta de momentos de recreación, esparcimiento o actividad física y claro, la falta de salud preventiva, por la necesidad del capital de explotar al máximo la fuerza de trabajo.
El capitalismo es la epidemia
En lo económico la pérdida de casi un millón de empleos en estos 9 meses (elfinanciero.com), agudiza la crisis económica, donde los más afectados han sido los 60 millones de mexicanos que viven del comercio informal, que carecen de seguridad social y para los que el confinamiento es impensable; otros, gravemente afectados han sido los trabajadores flexibilizados o de subcontratación que no cuentan con condiciones de regulación laboral, un buen sector de trabajadores de la salud entre ellos, los cuales enfrentan día a día horas extenuantes de trabajo, falta de materiales y recursos para atender a los pacientes; por otro lado, los trabajadores que han podido resguardarse con la posibilidad de trabajar desde casa, ya sea virtualmente o llevando los materiales para el armado de productos, esta situación se ha convertido en un infierno de sobreexplotación, muchos han triplicado las horas de trabajo, son presionados por sus patrones para estar disponibles a toda hora y para realizar muchas más tareas asumiendo que se ahorran el tiempo de traslado, así mismo, son agredidos continuamente por la desconfianza de los patrones (Forbes, 30/6).
Como bien lo resumió una camarada maestra en uno de los círculos de estudio del partido en México, en realidad ocurren dos epidemias, una para los pobres y otra para los ricos, una para los trabajadores y otra para los capitalistas. México es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, por lo que esa diferencia es inocultable, en los hospitales privados mueren entre el 5 y el 15 % de los pacientes que se intuban, en un hospital público la mitad o hasta 8 de cada 10. Ese panorama criminal no lo puede cambiar ningún politiquero como López Obrador o los derechistas neoliberales del PRI, PAN o PRD. Sólo se puede lograr con una revolución comunista que establezca una sociedad con un sistema de salud basado en las necesidades de la clase trabajadora.
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México: pandemia revela caos del capitalismo
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- 18 Diciembre 2020 129 visitas