HAITI, 1 de enero—El PLP en Haití organizó su sopa solidaria anual en dos barrios de clase trabajadora en una ciudad provincial. Muchas personas tuvieron la oportunidad de beber los calderos de la tradicional sopa de calabaza independencia del 1 de enero (sopa justa) con nosotros. La tradición celebra la victoria de los revolucionarios de la independencia haitiana en 1804 sobre el racismo, la esclavitud y el colonialismo, y por lo tanto contra el capitalismo de dominación y explotación. Por lo tanto, compartir la sopa de independencia es decir no al capitalismo y sí al comunismo.
Este año, la situación socioeconómica marcada por la pandemia covid-19, el aumento del dólar en el mercado de divisas, el secuestro, las guerras de pandillas, etc., ha conmocionado a las masas trabajadoras. Para algunas familias, habría sido imposible beber la sopa tradicional, como lo demuestran las súplicas de muchas personas que preguntan a los camaradas del Partido si “habrá la sopa solidaria para este año”.
Ha habido un aumento de la inseguridad en todo Haití: los robos, las violaciones, los asesinatos y los secuestros aumentan la carga diaria de las masas. La pobreza sigue aumentando, necesitamos de todo, principalmente el mínimo de subsistencia. Alrededor del 60% de la población tiene inseguridad alimentaria ,el término desinfectado de los jefes que significa hambre— con un alto porcentaje de inseguros gravemente alimentarios, hambrientos. La tasa de desempleo, por su parte, ni siquiera se puede cuantificar. Uno podría preguntarse: “¿Cómo logran mantenerse con vida, estos trabajadores haitianos que no tienen acceso a atención médica, electricidad o incluso agua potable?”. La desesperación está escrita en grandes letras en los rostros de las personas que conoces en las calles.
Con la miseria de masas en su apogeo, la corrupción y la delincuencia bien establecidas, los gobernantes están implementando una dictadura digna de las monarquías y aristocracias de los siglos pasados. Ejecuciones, milicias, federaciones de pandillas: han instalado terror en todas sus formas. La clase dominante, por su parte, libra una guerra a través de grupos de bandas armadas en barrios de clase trabajadora. Es un desastre. La carrera por el beneficio nunca deja de enloqueciendo a los que están en el poder, o a aquellos que anhelan usurparla. Larga vida al capitalismo, vivan la muerte de los trabajadores, podrían decir.
La vida ya no vale nada para los jefes, que intentan en todos los caminos derribar cualquier cosa que se interponga en su camino. La clase obrera sin un liderazgo vaga entre el tumulto de las luchas de poder. ¡Todo es escaso para los trabajadores, todo excepto la muerte!
El PLP, nuestro partido comunista internacional, entiende el sufrimiento y el peligro de las clases trabajadoras del mundo. Junto a los trabajadores en la lucha, desde cerca y hacia lejos, participamos y promovemos el concepto de ayuda mutua y compartir, de poner en práctica la idea comunista de “de cada uno según el compromiso, a cada uno según la necesidad”. Es una conciencia de nuestra igualdad como clase. Como prueba, nuestros camaradas y amigos en los Estados Unidos y en París, Francia, incluso en su aislamiento de coronavirus, han contribuido económicamente a nuestra sopa solidaria.
Larga vida compartiendo, viva la solidaridad, viva la lucha de clases. El comunismo es el futuro de nuestro mundo, unámonos al PLP para construirlo.