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Las Olimpiadas: espectáculo de un sistema moribundo

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09 Agosto 2021 72 visitas

Mientras el numero de casos de covid-19 rompen record a diario, las olimpiadas en Tokio, exponen un sistema anti-obrero en crisis. El cínico nuevo lema del Comité Olímpico Internacional, “Mas Rápido, Alto, Fuerte—Juntos” no puede esconder las perversas mentiras que los capitalistas usan para mantener la lealtad de los trabajadores a “su” nación y “sus” patrones. “El Orgullo Nacional” se construye para reprimir la conciencia de clases. En un periodo marcado por un decadente orden mundial liderado por EE.UU. y una surgente China, los imperialistas intensifican el nacionalismo para preparar a la clase trabajadora para la guerra mundial.
Los trabajadores en Japón y el mundo necesitan una sociedad organizada alrededor de las necesidades de la clase trabajadora, no la explotación de muchos por unos cuantos. ¡Únete al Partido Laboral Progresista y construyamos un mundo comunista!
Las ganancias de Japón están sobre las necesidades de los trabajadores
Japón, que fue el ejemplo de una eficiente democracia capitalista, ahora refleja la decadencia del orden liberal internacional liderado por EE.UU. A raíz del terremoto de 2011, tsunami, y la crisis nuclear, un trio de desastres causado o empeorado por el capitalismo, las olimpiadas en Tokio fueron vendidas como “Los Juegos de la Recuperación y Reconstrucción” y después, como símbolos de “paz”. Pero la realidad es mas perversa: el desalojo y desplazamiento de 300 familias (Washington Post, 29/7), el alza en los casos de covid-19, y el constante deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores locales. Desde 2013, cuando Japón fue nombrado como anfitrión de las olimpiadas, los patrones municipales han atacado a trabajadores sin hogar iluminando los espacios públicos y encarcelándolos. Tokio actualmente esta en su cuarta ola de emergencia por la pandemia. Mientras Japón se jacta de su cuidado de salud universal, menos del 13% del país esta vacunado (CNBC News, 5/7). Muchos de los no vacunados son trabajadores en unas olimpiadas que costaron $25 mil millones (AP News, 22/12/2020). Una clase gobernante que gasta miles de millones and juegos olímpicos mientras le roba la salud a sus trabajadores, no merece existir.
La clase trabajadora en Japón, no lo acepta, mas del 83% están en contra de los juegos (New York Times, 23/7). Es mas, seis de diez trabajadores encuentran que la respuesta a la pandemia por los patrones fue pobre, la evaluación mas negativa de cualquier nación (Pew Research Survey, 20/7). Es clara la ira de la clase trabajadora en Tokio. “Al diablo las olimpiadas” era el coro que se escuchaba dentro de la casi vacía ceremonia de apertura (NY Post, 23/7). La semana anterior, cientos marcharon a la Plaza Olímpica, sede del Comité Olímpico de Tokio, para denunciar al ministro Shinzo Abe por eviscerar los servicios sociales. Un banderín decía: “Las Olimpiadas matan a los pobres”. Estas protestas contienen semillas de ideas comunistas para organizar la sociedad alrededor de la salud y necesidades de la clase trabajadora. Para hacer que estas ideas se hagan realidad, nuestra clase necesita una revolución comunista internacional.
Juegos de gente rica explotan a trabajadores
El capitalismo ha pervertido la lucha positiva por la salud y el estado físico a un sistema de ganadores y perdedores. No es coincidencia que los cinco ganadores de medallas de oro en la cima son de las naciones mas ricas: China, EE.UU. Japón, Australia, y Rusia.
Antes de cada guerra mundial imperialista, los capitalistas preparan el terreno avivando el nacionalismo, racismo y sexismo – todas, ideologías anti-obreras, promocionadas por los juegos olímpicos. El racismo mas arraigado en Japón, empezando con las políticas escolares hasta el hostigamiento publico, no puede esconderse con unos pocos atletas negros (Washington Post, 31/7). En China, muchos niños son arrebatados de sus familias para los agotadores entrenamientos en “escuelas de deportes” gubernamentales, debido a la política de ganar-a-toda-costa (Daily Mail, 19/5/16). El surgimiento de China como poder imperialista que reta a EE.UU. puede verse reflejada en la pila de medallas de oro de los patrones chinos.
Las condiciones para las olimpiadas en EE.UU. no están mejor. A muy temprana edad niñas y niños son canalizados hacia programas especializados e intensos, llevándolos al aislamiento social y daños psicológicos. Muchas gimnastas terminan matándose de hambre con desordenes alimenticios, debido al desenfrenado sexismo, están a merced de violadores seriales como entrenadores y, al menos en un caso, el doctor de equipo.
Los extraordinarios atletas en la pantalla – presionados a competir aun durante una pandemia que ha asesinado a 4 millones de personas en todo el mundo y con el nuevo variante Delta – son el triste reflejo de las promesas vacías de un sistema capitalista en crisis. Bajo el sistema de ganancias, las súper estrellas son olvidadas cuando ya no incrementan la audiencia en la televisión. Hasta los ganadores son perdedores.
Estos juegos son el preludio de una rivalidad mas letal: la próxima guerra mundial. Un comité del senado estadounidense acaba de aprobar un proyecto de ley que obliga a las mujeres a la conscripción (Military.com, 22/7).
Menosprecio capitalista por la salud de los trabajadores
La dictadura de los capitalistas financia los deportes para un puñado de atletas, mientras ignora las necesidades básicas de miles de millones de trabajadores. Por cada Simone Biles, la súper estrella gimnasta estadounidense forzada a escoger entre su salud mental y la presión por ganar el oro, un sin numero de niñas y niños son privados de nutrición, actividad física, y el básico servicio medico.
Desde antes de la pandemia, el sistema patronal ya le negaba acceso a servicio de salud esencial a la mitad de la población(World Health Organization, 2017). Las marcadas desigualdades en salud y bienestar no tienen nada que ver con los fracasos individuales. Estas son causadas por un terrible sistema de salud; la falta de instalaciones, infraestructura, transporte y cuidado infantil; los bajos salarios, súper- explotación, beneficios sindicales patéticos, recortes a los presupuestos, y mas. Es decir, son causados por el capitalismo.
Atletismo para todos
En vez de competencia deportiva para unos cuantos, la dictadura de la clase trabajadora tendrá atletismo para todos. El Partido Laboral Progresista organiza en los cinco continentes por el comunismo, inspirados por las dos revoluciones comunistas anteriores. En la Unión Soviética, los trabajadores lucharon contra la mentalidad de “ganar a toda costa”, creando fizkultura (cultura física). Toda fabrica y todas las industrias, le daban a sus trabajadores acceso a la educación física y la actividad. Era una parte integral de la vida soviética, intencionalmente confiando que las masas de los trabajadores se involucrarían en la actividad social y política.
En la década de 1960, durante la Revolución Cultural China, los trabajadores y estudiantes izquierdistas lucharon por la participación masiva en los deportes con la consigna, “Amistad primeo, competencia después”. Enfatizaban la unidad fundamental de nuestra clase sobre la rivalidad temporal de la competencia.
Pero, el fracaso del estado de los trabajadores en abolir todas las relaciones capitalistas, las ideas anti-obreras comenzaron a meterse en todos los aspectos de la sociedad, incluyendo los deportes. Cuando la Unión Soviética y China comenzaron a darle prioridad a las competencias internaciones en vez de la participación masiva en los deportes, sus estándares de salud comenzaron a declinar. Podemos ver la reversión del viejo movimiento en el énfasis que China y Rusia ponen sobre las medallas olímpicas, en vez del bienestar de los trabajadores. Cuando la clase trabajadora acepta menos, perdemos en todo.
Cultura física por el comunismo
Los comunistas luchamos por un mundo donde todos los trabajadores puedan alcanzar todo su potencial, en cuerpo y mente. Donde los capitalistas esperan que cada trabajador ondeando la bandera nacional sea un soldado por el imperialismo, nosotros tenemos un mundo y una clase: la clase trabajadora internacional.
Aunque el camino por el comunismo es una maratón, el PLP y sus amigos deben responde con urgencia y organizar por la unidad multirracial y el internacionalismo. Ese es el espíritu del comunismo, donde, para la clase trabajadora “ganar” significa, tomar el poder y construir un mundo comunista. ¡Luchemos por el comunismo! ¡Únete al PLP!