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Campos de concentración en la frontera: APLASTAR TODAS LAS FRONTERAS

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01 Octubre 2021 135 visitas

El oleaje de trabajadores buscando entrada a los EE. UU debajo del puente internacional en Del Rio, Texas, ha sobrepasado a 12,000 personas (CNN.com, 20/9). Allí padecen el hacinamiento, calor extremo, enfermedad, falta de alimentos y condiciones insalubres todo porque el caos de la crisis capitalista degrada la búsqueda de trabajo y mejores condiciones de vida a un problema político y convierte a los trabajadores en recurso desechable. De ambos lados de la frontera los obreros padecen la brutalidad e incapacidad del capitalismo, el racismo, y el desprecio a la vida de los obreros. La imagen terrible de la policía persiguiendo a caballo, con látigos en la mano a obreros de Haití (Washington Post 20/9) junto con las condiciones miserables en los campamentos empiecen a evocar el resurgimiento de la reclusión fascista. Solamente el comunismo, un sistema basado en las necesidades de la clase trabajadora internacional, es capaz de abolir a las fronteras y organizarse por el bien de las masas obreras.
En el campamento de Reynosa, en Tamaulipas frente a Hidalgo Texas, se concentra entre 2 mil y 5 mil personas, pero solo cuenta con 18 baños públicos, a los migrantes se les cobra $10 pesos mexicanos, por usar las regaderas o los lavabos (NYT 30/8). La situación en Tijuana no es tan distinta. Los trabajadores en campamentos allí, han denunciado las condiciones de hacinamiento y violencia que padecen día con día, decenas de ellos han denunciado extorciones, robos y secuestros, muchos de ellos devueltos de EEUU con sus papeles de solicitud de asilo en un sobre transparente, sin agujetas en los zapatos, evidente señal de haber estado en alguno de los centros de deportación; es así que son fáciles de distinguir para los delincuentes quienes los toman y los llevan a casas de seguridad hasta que sus familiares en EEUU pagan sumas cercanas a los 2 mil dólares para que sean liberados (hrw.org 2/6/2020). En definitiva, estas condiciones son inhumanas.
El capitalismo es criminal y anti obrero, no importa que sus lacayos sean abiertamente fascistas y antiinmigrante como Trump o liberales como Biden o AMLO. Esencialmente su política capitalista y fascista condena a morir a millones en la pobreza cerrándoles el paso o aniquilándolos en su intento de cruzar la frontera.
La situación actual en la frontera entre México y EE. UU., comenzó con un acuerdo entre AMLO y Trump, a finales de 2018, el gobierno de México aceptó colaborar con el plan que durante 2019 se constituyó como Protocolos de Protección de Migrantes (PPM) o Remain in Mexico, bajo la presión de EEUU, que amenazaba con aumentar la cantidad de impuestos a los productos mexicanos que se exportan a su territorio. Desde entonces, se recibe a solicitantes de asilo no mexicanos para que esperen en México mientras sus solicitudes se evalúan en las cortes estadounidenses.
Sin embargo, a pesar de que Biden aseguro durante su campaña electoral, que se acabaría con estas medidas, el programa “Quédate en México” mantiene a miles de trabajadores hacinados en la frontera de México con California y Texas.
Mientras Trump buscaba el apoyo de su base para promover la política antiinmigrante y los Demócratas buscaban el apoyo de su base por condenar a Trump, la crisis capitalista – exacerbado por la pandemia y las divisiones paralizantes dentro de la clase dirigente – se ha intensificado. Justo en un momento en que a las empresas les falta mano de obra y trabajadores viajan miles de millas buscando trabajo, la clase capitalista no puede salirse de sus luchas internas ni para satisfacer las necesidades de su propia clase – mucho menos las necesidades de la clase trabajadora.
Lo que viven los trabajadores migrantes son consecuencias de la crisis del capitalismo y una demuestra del fascismo - la forma que toma el capitalismo en crisis. La concentración de miles de trabajadores, condenados de vivir y morir en campos de detención recuerda al pasado fascismo y predice el futuro bajo este sistema. Ningún gobierno, ni partido político capitalista, puede garantizar la satisfacción de las necesidades de la clase trabajadora, la situación de los migrantes demuestra que durante sus crisis su única salida es el fascismo, esto es, tratar a la clase trabajadora como desechable, sin importarles si viven o mueren en las condiciones que sean.
Es gracias a la solidaridad de la clase trabajadora, que los campamentos de migrantes reciben algún apoyo, llevando agua y comida, así como ropa, colchones, medicinas y carpas (la mayoría solo son varios metros de hule para paliar las lluvias y los fríos extremos de la zona). Solamente el poderío de la clase trabajadora, organizada en la lucha por el comunismo puede proveer para los obreros del mundo.