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El espíritu de lucha no morirá de hambre, los trabajadores no tolerarán los desiertos alimentarios capitalistas

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20 Noviembre 2021 70 visitas

CHICAGO, 14 de noviembre—Los camaradas del Partido Laboral Progresista (PLP) se han unido a una lucha de la clase obrera en contra del cierre racista del supermercado local Aldi, en Garfield Park. Durante esta pandemia global que está saturando incluso más el acceso a la comida por todo el país, este ataque asqueroso y racista en contra de los mayormente obreros negros de la clase obrera muestra que los patrones felizmente dejan que nuestra clase sufra. Los obreros en el barrio y el PLP, sin embargo, se han unido para asegurar que se tome una acción inmediata para cuidar a nuestros hermanos y hermanas de clase, mientras también mantiene una perspectiva a término largo que solo una revolución comunista nos deshará de estas crueldades capitalistas.
Desiertos de comida plagan a los obreros negros
El cerrar esta tienda, el único recurso de comida fresca en el área, crea otro más “desierto de comida” un lugar que le faltan opciones saludables. También empeora problemas médicos como presión alta y diabetes entres los obreros en el barrio. De acuerdo a algunos estimados, al menos medio millón de obreros en Chicago- la mayoría quienes son negros- actualmente viven en áreas consideradas como desiertos de comida (Chicago Sun-Times, 11/9).
¡Pero como demuestran los combates actuales de los obreros globalmente (véase, “Huelgas de Octubre y de mineros marca el aniversario número 104 de la Revolución Bolchevique”) Los obreros no se derrotan tan fácilmente! Un poco después del cierre, algunos grupos sin lucro y organizaciones abogadoras por la salud manifestaron en las oficinas centrales de Aldi ellos correctamente estallaron el ataque.
También han organizado distribución gratuita de comida de productos agrícolas cada sábado en el parqueadero para los obreros en el barrio. Estas acciones deberían ser aplaudidas y demuestran que incluso en la noche oscura la fe en la clase obrera no se puede sobre estimar. Estas acciones han representado una apertura abierta para una infusión de política comunista y liderazgo para asegurar que la inseguridad de comida se convierta por siempre en historia para los obreros.
Cuando los patrones nos hacen aguantar hambre, los obreros proveen
El cierre de la tienda de Aldi en Garfield Park fue una sorpresa prácticamente para todo el mundo. Estaba abierta y literalmente el próximo día lo cerraron. Un miembro del PLP que trabaja cerca del barrio se enteró de la lucha y rápidamente abogo por nuestra participación en la lucha. Él se puso de voluntario en la distribución de productos agrícolas donde pudo tener conversaciones con varios obreros al igual que pasar algunas copias del periódico DESAFIO.
El próximo día, en nuestro grupo de acción de estudio, hicimos un compromiso colectivo de asistir en la distribución mientras conectamos la lucha a otras luchas sucediendo actualmente en la ciudad, de casos de Covid-19 en las escuelas, al cierre de hospitales, a deportaciones racistas y terror policiaco. Es esencial ver todos estos ataques como parte y paquete de la necesidad del capitalismo para dividir y explotar la clase obrera.
El efecto de la pandemia en la hambruna
No es una coincidencia que este ataque viene durante una pandemia que ha destruido la estabilidad de comida a nivel mundial. Casi el 15 por ciento de viviendas en EE.UU. y el 18 por ciento de niños informaron la inseguridad de comida desde el principio de la pandemia (Nutrition Journal, 8/31/20). Casi cuatro de cada 10 viviendas de niños negros y latinos han luchado en poder alimentar sus familias durante el desemboque de Covid. Los porcentajes considerados de familias que han tenido inseguridad de comida han aumentado entre los obreros, ya ha sobre pasado la Gran Recesión del 2008-2009 en números (Político, 7/6/20).
La pandemia también ha causado un aumento en hambruna global, con 2.3 billones de personas ahora con falta de acceso a comida adecuada anualmente (U.S. Global Leadership Coalition, 9/12). En lo que se reúnen los patrones liberales para asegurar sus planes huecos de combatir el cambio climático en el 2021, en la Conferencia de Cambio Climático de la Naciones Unidas este última semana, por lo menos cuatro países- incluyendo Yemen, Madagascar, Sur Sudan, e Etiopia- ya están experimentando condiciones de hambruna, con ambos el Covid-19 y el cambio climático agravando las cosas, especialmente para Yemen (OXFAM, 8/4/20, vea el editorial). La clase patronal no solo habilita este sufrimiento, pero tremendamente hace ganancias de este (CBS News, 3/31).
Plantan las semillas de la revolución comunista
Una y otra vez, vemos los patrones y su sistema capitalista horríficamente fallarle a nuestra clase, pero como obreros siempre damos un paso adelante para cuidarnos y proveer el uno para el otro. Con cada desastre climático causado por el capitalista o pandemias de salud, el carácter altruista e intrínsecamente comunista de la clase obrera se alza al centro de la solidaridad.
Pero de lo noble que son estas acciones, solas nunca traerán el mundo que necesitamos y merecemos. Para poder establecer un mundo que pone el bienestar de la clase obrera por encima de todo, se necesita tomarse violentamente el poder estatal de los patrones por medio de una revolución. Los capitalista se gastan millones de toneladas de comida cada año mientras los obreros se mueren de hambre, solo porque no les produce ganancias, igual que sucedió con Aldi. Bajo el comunismo, nos guiaremos de la ciencia y ejemplo de revoluciones pasadas en Rusia y China que colectivizaron producción de comida e distribución para poner un fin a la desnutrición y hambruna.
¡Ningún grupo sin lucha financiado por los capitalista abogara para esto! En lo que luchamos a alimentarnos a si mismo hoy, continuemos a plantar la semilla de un mundo comunista que un día asegurara que ningún obrero este sin comida.