Para los lectores de CHALLENGE no es raro leer informes de súper explotación y crisis en Haití. Los trabajadores en Haití se han enfrentado a la violencia diaria del capitalismo, a desastres naturales mal manejados que los mantienen luchando por sus vidas y en su mayoría, recientemente han sido noticia de primera plana como el último objetivo de ataques fronterizos racistas. Estos informes muestran una y otra vez a una clase trabajadora en Haití e internacionalmente en medio de una lucha continua de vida o muerte. ¡El Partido Laboral Progresista (PLP) está sobre el terreno en Haití y está tomando el liderazgo de los trabajadores negros mientras construimos una conciencia de clase y un espíritu revolucionario!
     El gobierno de Haití no puede y no está dispuesto a hacer nada para detener este reinado de terror actual. Primero, se enfrenta a su propia crisis: después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, los partidos políticos están desconcertados, compitiendo por el poder y el control. Segundo, y quizás lo más importante, así es como han diseñado el sistema: uno en el que los trabajadores se mantienen reprimidos por un mercado laboral limitado y un precio de vida vertiginoso. Los precios de la gasolina están fuera de serie, las bombas se secan de vez en cuando y los conductores de camiones realizan huelgas intermitentes en protesta, cerrando todo de manera efectiva.
     El objetivo principal del sistema capitalista es extraer tanto valor como sea posible de los trabajadores y los recursos naturales. Hoy, uno de los principales recursos de Haití son sus trabajadores; se ven obligados a huir de condiciones insostenibles y convertirse en trabajadores con salarios bajos en los países vecinos del Caribe, o más allá en América Latina, Estados Unidos, Canadá y Europa. Se vuelven parte del viaje migrante, quizás la mayor migración de trabajadores del sur global al norte global, que huyen de la guerra entre rivales capitalistas. Están huyendo, economías insostenibles de los estragos del cambio climático y la inestabilidad política, ya que varios líderes capitalistas explotan a los migrantes para su propio beneficio político.
     Nuestro Partido en Haití se está sumergiendo en las luchas diarias de los trabajadores y estudiantes para intentar llegar a fin de mes, en una situación cada vez más frágil. Vivimos y trabajamos codo a codo con los más oprimidos. Como comunistas revolucionarios entendemos cada vez más que la liberación de los estragos de la explotación capitalista exige un ejército de la clase trabajadora internacional, ¡en el que el liderazgo de los trabajadores negros es clave! A través de nuestras interacciones diarias, grupos de estudio y luchas, nuestros compañeros discuten con compañeros de trabajo por qué existen estas condiciones, por qué existe una desigualdad tan generalizada no solo en Haití, sino en la región y el mundo en general, y el papel del racismo y el sexismo, en mantener nuestra clase dividida y desarmada.
     ¡Nosotros, y nuestros camaradas en ciernes en Haití, sabemos que este repugnante sistema puede ser aplastado! Que los trabajadores y estudiantes, liderados unos por otros con el liderazgo del PLP, puedan cambiar el mundo. No para unos pocos, sino para muchos. Nuestros camaradas siempre hablan de construir la confianza de las masas en el Partido y la confianza del Partido en la clase trabajadora. Este no es un pensamiento ocioso, sino la base de la lucha y el avance de nuestra fuerza como clase.
     El compromiso de nuestros compañeros con la lucha y la construcción del Partido es ejemplar. No es que hagan todo correctamente todo el tiempo, pero están dispuestos a analizar su situación como un “noyau” (núcleo) de organización revolucionaria, evaluar sus aciertos y errores, y siempre tratar de avanzar. Sus vidas son tan difíciles como las de sus vecinos, pero están decididos a luchar y ganar. Como siempre dicen, “¡Únete a nosotros!”