En febrero se celebra en EEUU el Mes de la Historia Negra, pero algo que se ignora es la influencia del movimiento comunista en la lucha contra el racismo. El grandioso William E. B. DuBois fue uno de los líderes de la lucha contra el racismo en el siglo 20. Hace un siglo fundó el NAACP (Asociación por el Avance de la Gente de Color). Luego de 50 años de lucha antirracista, en el 1961 se unió al Partido Comunista, declarando que el ser comunista era “la lógica de mi vida”. Ese hecho será bien tapado por los hipócritas gobernantes de EEUU que declaran febrero el “Mes de la Historia Negra”, mientras que preparan otra guerra racista por el petróleo del Medio Oriente. Aún más tapado ser el homenaje dado por DuBois un verdadero héroe de la clase trabajadora negra y blanca al ser comunista mundial, José Stalin, en su fallecimiento hace 50 años. (Tomado del National Guardian, 16 de marzo de 1953)
José Stalin fue un gran hombre, y pocos hombres del siglo 20 se acercan a su estatura. Era simple, calmado y valiente. Rara vez perdía su pose, calculando lentamente sus problemas para tomar decisiones claras y firmes. Nunca se dejo llevar por ostentaciones. Siempre manteniendo su dignidad. Era hijo de un siervo, pero calmadamente se mantuvo al lado de los grandes sin titubeos ni nervioso. Pero también — y esto fue la mayor prueba de su grandeza — conocía al hombre común, sentía sus problemas y seguía su destino.
Stalin no era un hombre de aprendizaje convencional, era mucho más que eso. Era un hombre que pensaban profundamente, leía con comprensión y escuchaba cosas sabias, no importa de donde proviniesen. Fue atacado y calumniado como hombres de poder lo han sido. Sin embargo, raramente era descortés ni permita que el ataque le hiciese perder sus convicciones ni hacia que cediese sus posiciones que el sabia eran correctas. Llevo a Rusia por la ruta de conquistar el prejuicio racial y convirtió en una sola nación los 140 grupos del país sin destruir sus individualidades.
Su juicio de los hombres era profundo. Se dio cuenta bien temprano del exhibicionismo y extravagancia de Trotsky, quien engaño al mundo. Especialmente a EUA. La actitud insultante y de mala rabia de los liberales norteamericanos de hoy, comenzó con nuestra ingenua aceptación de la magnifica y mentirosa propaganda de Trotsky, que llevo por todo el mundo. Contra ella, Stalin se mantuvo firme como una roca y no se movió ni hacia la derecha o la izquierda, siguiendo avanzando hacia un socialismo real en vez de la farsa que Trotsky ofrecía.
Stalin se enfrento en el poder a tres grandes decisiones, y las enfrento magníficamente: primero, el problema de los campesinos, luego el ataque de Europa Occidental y por ultimo la Segunda Guerra Mundial. El pobre campesino ruso era la más baja víctima del zarismo, el capitalismo, la Iglesia Ortodoxa. El campesino fácilmente abandono el Padrecito Blanco (el Zar), y aunque con menos prisa pero con percepción se alejo de sus conos. Pero los kulaks (campesinos ricos) se mantuvieron agarrados al capitalismo y casi destruían la revolución hasta que Stalin arriesgo una segunda revolución y expulso los chupa-sangres rurales.
Luego vino la intervención, la continúa amenaza por todas las naciones, frenada por la Gran Depresión, solo para ser reabierto por el hitlerismo. Fue Stalin quien timoneo la Unión Soviética entre Escila y Caribdis (monstruos de la mitóloga griega). Europa Occidental y EEUU estaban deseosos de traicionarla al fascismo, y luego tuvieron que mendigar su ayuda en la Segunda Guerra Mundial. Un hombre de menos fortaleza que Stalin hubiera pedido venganza por Múnich, pero tuvo la sabiduría de solo pedir justicia para su patria… El imperio británico primero propuso salvarse asimismo en África y el sur de Europa, mientras Hitler arrasaba con los soviéticos.
El Segundo Frente fue dilatado, pero Stalin seguía presionando sin ceder, arriesgado la ruina total del socialismo para destruir la dictadura de Hitler y Mussolini. Luego de Stalingrado, el mundo Occidental no sabía si llorar o aplaudir. El costo de la victoria para la Unión Soviética fue horrendo. Hasta hoy, el mundo no tiene idea de los sacrificios perdidos y danos sufridos. Por su calumniado y firme liderato, los pueblos de toda Rusia adoran a Stalin. Luego vinieron los problemas de la paz, que aunque fueron duros para Europa y EEUU fueron ms arduos para Stalin y los soviéticos. Los gobernantes convencionales del mundo los odiaban y teman y estaban ms que deseosos de ver el fracaso total de este intento de crear el socialismo. A la vez, el temor de Japón y Asia también era real. Por lo tanto, la diplomacia tomo control y Stalin fue elegido como la victima. Fue llamado a conferencia con el imperialismo británico representado y su bien entrenada y bien alimentada aristocracia, y con la vasta riqueza y poder potencial de EEUU, representado por su líder ms liberal en medio siglo.
Aquí fue que Stalin mostro su verdadera grandeza…Nunca presumió ni titubeo ni se rindo…Ni pidió adulación ni venganza. Fue razonable y conciliador, pero en lo que consideraba esencial era inflexible. Estaba deseoso de resucitar la Liga de Naciones, que haba insultado a los soviéticos. Estaba deseoso de luchar contra Japón, aunque Japón no amenazaba a la Unión Soviética, y podría ser la muerte del Imperio Británico y del comercio norteamericano. Pero en dos puntos Stalin era firme: el “Cordn Sanitaire” (los Balcanes y Europa Oriental) de Clemenceau deba ser retornado a los soviéticos, ya que le haba sido robado como una amenaza, y los Balcanes no iban a quedar indefensos ante la explotación occidental para beneficio del monopolio latifundista.
Así fue el hombre que hoy ha fallecido, y que sigue siendo victima de chacales ruidosos y hombres de mala fe…En vida propia sufrió insultos continuos, fue obligado a hacer agrias decisiones de su propia responsabilidad. Su recompensa proviene del hombre común que lo aclama con solemnidad.
W.E.B.Dubois 16 de marzo de 1953.