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El afán de lucro y los políticos liberales enferman la salud pública

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19 Marzo 2022 79 visitas

WASHINGTON, DC, 11 de marzo—Luego de una protesta nocturna en octubre en la casa de Jeffrey Zients, consejero del presidente Joe Biden, los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) se unieron a una protesta esta semana llamando a Zients como el “Czar de Covid” de Joe Biden. La marcha fue iniciada por Justice is Global, Public Health Awakened y R2H (Right to Health) condenando la negativa de EE. UU. a actuar con seriedad en la distribución y el desarrollo de vacunas a nivel mundial. Todos los trabajadores del mundo necesitan desesperadamente la vacuna, ya que hay 18,2 millones de muertes relacionadas con Covid-19 en todo el mundo (Washington Post, 14/3/22) y solo el 12 por ciento en muchos de los países de ingresos más bajos han sido vacunados (ver datos de país por país en Our World in Data, https://ourworldindata.org/covid-vaccinations). Mientras marchamos en contra Zients, Biden y la negligencia capitalista en general, criticamos a todo el sistema imperialista estadounidense y su sistema de salud racista y sexista.

Un miembro del PL se dirigió a la manifestación vinculando los fracasos de la política de vacunación racista con el ascenso del capitalismo y del imperialismo. Señaló que el oligarca estadounidense Bill Gates, de acuerdo con el objetivo de ganancias del sistema capitalista, procuró mantener las ganancias fluyendo hacia las compañías farmacéuticas mientras que limitaba el suministro de la vacuna Covid-19 y se negaba a poner a disposición del mundo la fórmula de la vacuna de ARNm.

Varias personas más se unieron a nosotros en la manifestación y conocieron al PLP con nuestro periódico revolucionario, DESAFIO. Los miembros del PLP han estado trabajando con estas organizaciones, así como con la Asociación Estadounidense de Salud Pública para construir la solidaridad internacional y promover la política revolucionaria (ver DESAFIO, 17/11/21 y Cartas DESAFIO, 2/3/22).

Algunos manifestantes y miembros de estas organizaciones tienen la ilusión de que podemos presionar a los políticos para que sirvan a la clase trabajadora. En realidad, estos compinches, demócratas y republicanos por igual, están controlados por los oligarcas financieros y las corporaciones farmacéuticas de EE. UU. y nunca buscarán hacer lo correcto para nuestra clase.

Sin embargo, nos defendemos. Todavía estamos planeando atacar directamente a las compañías farmacéuticas con un mitin en Boston en la sede de Moderna a fines de abril.

Seguimos exigiendo que se apruebe la exención y la transferencia de tecnología del Acuerdo sobre los ADPIC (una exención que renunciaría temporalmente a las protecciones de los derechos de propiedad intelectual para las tecnologías necesarias para prevenir, contener o tratar el Covid-19, incluidas las vacunas) para que pueda haber capacidad mundial para responder a epidemias sin que compañías como Moderna y Pfizer acumulen enormes ganancias vendiendo vacunas solo a países ricos.

Otros oradores describieron el riesgo de nuevas variantes de Covid sin vacunación universal. Una trabajadora leyó conmovida el relato de una organizadora sobre el impacto de COVID-19 en su vida como persona discapacitada que ha perdido amigos porque no están de acuerdo con sus requisitos de seguridad (máscaras y vacunas). Otros describieron las luchas de los trabajadores de la salud, las luchas para mantener las escuelas seguras y las pérdidas de vidas a nivel internacional. La pandemia se ha politizado tanto que la salud pública para todos, la cual ya era solo un sueño bajo el capitalismo, se ha visto comprometida.

En el mitin, se erigió un gran cartel con frases que pedía el despido de Jeffrey Zients y su reemplazo por un experto en salud pública junto a una boleta de calificaciones gigante que le otorgaba una F en seguridad pública pero una A+ en apoyo a los intereses corporativos.

Varias botellas de cartón pedían SALUD PÚBLICA no LUCRO. El mitin terminó con dos minutos de silencio, con lápidas para conmemorar los dos años desde que la pandemia de Covid-19 golpeó a los EE. UU.

Protestas similares se llevaron a cabo simultáneamente en muchas ciudades y pueblos de los EE. UU. e internacionalmente. Nosotros, como miembros del PLP, nos tomamos un momento para recordar a nuestros camaradas que bajo el capitalismo no existe una atención médica justa o equitativa para la clase trabajadora. Solo bajo el comunismo, donde la medicina y sus sistemas de apoyo están construidos para poner al paciente primero y no a las ganancias, conoceremos verdaderamente la salud. ¡Lucha por el comunismo, poder para la clase trabajadora!