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EDITORIAL ... Guerra en Ucrania: ¡Aplastar el imperialismo, el nacionalismo y la democracia!

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19 Marzo 2022 183 visitas

“La primera baja de la Guerra es la verdad”
Los patrones capitalistas del mundo, con ímpetu acelerado, se dirigen hacia una guerra mundial, como muestra una Ucrania incendiada y la OTAN y Rusia utilizando su fuerza militar a unas cuantas millas de distancia uno del otro. Ninguno de estos poderes imperialistas -EE.UU., Rusia y China – tienen control sobre lo que ocurrirá de un memento a otro en Ucrania. Su desesperación por proteger su poder y ganancias hace que este periodo sea peligros y volátil para nuestra clase. Mientras que los gobernantes rivales utilizan su prensa como propaganda capitalista para que los trabajadores se replieguen alrededor de su democracia y nacionalismo, sus armas para el racismo y la devastación mundial, nosotros debemos usar las armas comunistas – incluyendo el DESAFÍO – para combatirlos. Nuestro grito de lucha es por la consciencia de la clase trabajadora internacional y la solidaridad. Nuestras instrucciones de lucha: voltear las armas, transformar la guerra inter-imperialista en una revolución comunista. Solo entonces tendremos la oportunidad de crear el mundo que la clase trabajadora se merece, una sociedad dirigida por los trabajadores para llenar las necesidades de los trabajadores – el comunismo.

Pendiente resbaladiza hacia la Tercera Guerra Mundial
El declive de la clase dominante estadounidense post-Vietnam, como se evidencia con el fiasco en Irak, Siria, y Afganistán, abrieron las puertas para que los imperialistas rusos vallan mas allá de los limites de su poder a través de la invasión en Ucrania. La respuesta del presidente Joe Biden – revivir la OTAN y otras de las alianzas estadounidense, sanciones contra Rusia, y envíos de armas a Ucrania – ha tenido resultados mixtos. “los gigantes del Sur Global – incluyendo India, Brasil, y Sudáfrica – hacen lo que pueden mientras que China, públicamente, apoya a Putin” (Washington Post, 10/3). Hasta México se muestra como un aliado estadounidense poco confiable cuando mantiene sus puertas abiertas a la alianza Rusia-China (Reuters, 4/3).

Además de sus lazos internacionales que se debilitan, la clase gobernante estadounidense se enfrenta a una profunda división interna entre sus dos facciones: los “grandes fascistas” del capital financiero y la facción orientada hacia lo domestico “pequeños fascistas”. (ver glosario, pagina 6) El temor a ceder poder del capital financiero a los patrones que controlan el gas y petróleo domestico, se vio desenmascarada al intentar resucitar sus relaciones con adversarios como Venezuela e Irán para aliviar la escasez internacional de petróleo (Washington Post, 7/3). Pero, mientras que las lealtades de los gobernantes se doblegan conforme saltan de una crisis a otra, hay algo que nunca cambia.
Nosotros sabemos que ninguno de estos patrones – ni los capitalistas de mercado en EE.UU., ni los capitalistas de estado en Rusia, ni los avariciosos patrones en México o Venezuela o Irán – dudaran en masacrar a los trabajadores para proteger sus intereses.

Aun no se sabe si la guerra imperialista en Ucrania se convertirá en una tercera guerra mundial. Pero si podemos decir que las divisiones y debilidades dentro de la clase trabajadora estadounidense aumentan las posibilidades de una guerra mas grande, con armas nucleares abiertamente sobre la mesa (New York Times, 13/3). Una invasión china a Taiwán, y el tratar de tomarse el Mar del Sur de China, rico en petróleo, parece inevitable, dando dos malas opciones a los patrones estadounidenses: una guerra para la cual no están preparados, o entregar el estratégicamente vital “Indo-Pacifico”. El Medio Oriente, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se acercan mas a China, haciendo pactos comerciales y compras de armas (al-monitor.com 14/3).

Aun cuando los eventos mundiales parecen mas volátiles e impredecibles día a día, dos cosas están muy claras. La primera es que ningún imperio renuncia a supremacía global sin hacer la guerra. El segundo es que la revolución comunista alrededor del mundo puede acabar con las guerras patronales de una vez por todas.

Sangre, gas, y metales preciosos
No nos equivoquemos, este ultimo sangriento ataque a Ucrania es solo uno mas de los ejemplos de la competencia capitalista mundial por el transporte y explotación de recursos naturales. Los patrones siempre están dispuestos a sacrificar a nuestra clase por sus ganancias. Además de las reservas naturales de gas en Ucrania, el segundo en toda Europa, el país tiene grandes cantidades de litio (tercero en el mundo), galio (segundo) y titanio (20% de las reservas mundiales). Todos estos metales son importantes para los capitalistas comerciales y la tecnología y desarrollo militar.

El litio es esencial para el cambio a los vehículos eléctricos. Titanio se requiere para los aviones y la construcción aeroespacial. El galio es vital para el desarrollo de las redes 5G, radares militares, láseres, y satélites. Clasificado como un asunto de seguridad nacional por el gobierno estadounidense, el 95% del galio en el mundo es extraído en China (Fierce Electronics, Julio 2019). Además, el Patriot Missile Defense Systems activado por la OTAN para asistir a Ucrania en su guerra con Rusia fue actualizado con un semiconductor de galio (Breaking Defense, 20/2/15). Estos recursos son utilizados para llenar los bolsillos capitalistas y tener ventaja sobre sus rivales gobernantes. ¡No podemos dejar que los patrones derramen la sangre de los trabajadores para obtenerlos!

La farsa que es la democracia
Desde su creación en el estado parasito esclavista de Atenas en la antigua Grecia, a su resurrección sexista y racista en la sociedad capitalista, la democracia siempre fue una dictadura de la clase gobernante. En Atenas, los únicos que podían votar eran hombres ciudadanos que habían terminado el servicio militar. La democracia ateniense fue diseñada para mantener la esclavitud y aplastar las rebeliones de esclavos, para utilizar las votaciones para resolver conflictos dentro de la clase gobernante y para prevenir la guerra civil, y unificar a la ciudadanía en guerras contra los estados rivales.
Una historia similar al surgimiento de la democracia moderna capitalista. Después de siglos de gobiernos feudales, y la consiguiente colonización, genocidio, y esclavitud en las Américas, grandes cantidades de riqueza se acumulo en las manos de una nueva clase; los capitalistas. Esta clase mercantil-bancaria, necesitaba una forma de gobierno que protegiera su capital y ganancias de la monarquía feudal y de la iglesia. Ellos establecieron una nueva forma de dictadura capitalista sobre nueva clase oprimida: la clase trabajadora. ¡Debemos comprender la democracia de esta manera; como una representación de dictadura capitalista que tenemos que aplastar!
Hoy, los patrones del mundo tratan de venderle a nuestra clase la falsa opción de democracia estadounidense y europea en contra de la autocracia rusa o china. Ambos defienden el capitalismo, un callejón sin salida para nuestra clase.

Nacionalismo, trampa letal para los trabajadores
Otra arma que los patrones usan, especialmente durante la guerra, es el nacionalismo. La clase gobernante intenta ganar a los trabajadores a una unidad basada en el país donde nacieron o viven en estos momentos. Lo que pone a los trabajadores contra sus hermanas y hermanos de clase, y quienes comparten sus mismos intereses: la clase trabajadora internacional. En las semanas desde que Rusia invade Ucrania, los trabajadores estadounidenses han sido inundados por comerciales y carteleras con leyendas de “Apoyemos a Ucrania”. En escuelas primarias se les pide a sus estudiantes llevar los colores de la bandera ucraniana. Pero, sabemos que los trabajadores viviendo en Rusia no son nuestros enemigos, como no lo son los ucranianos y que el presidente Vlodymyr Zelensky no es nuestro amigo.

Mientras los poderes imperialistas jinetean por el control global, ellos demandarán que nuestra sangre sea la que se derrame. Nuestra respuesta a su trampa letal deberá ser la solidaridad de la clase trabajadora internacional. ¡Hacemos un llamado a todos los trabajadores, desde Ucrania y Rusia a voltear las armas contra sus propios patrones! Hacemos un llamado a los trabajadores del mundo a unírseles. Solo como una clase unida podremos darnos cuenta de las aspiraciones de los trabajadores en todo el mundo: el comunismo, ¡para poner fin de una vez por todas a las guerras imperialistas! ¡Únetenos!