Tanzania, 9 de junio – Hoy, 700 fuerzas de seguridad tanzaniana atacaron cuatro pueblos en el distrito de Loliondo, asesinando e hiriendo a muchos aldeanos. La gente de los pueblos son de ascendencia Maasai, y se habían reunido en la noche para quitar los marcadores que se habían puesto “para separar las áreas designadas para humanos y las reservadas para la vida animal” (le monde, 23/6/22).  La gente del área cría ganado para sobrevivir y están siendo violentamente desalojados de sus hogares en Loliondo y el cráter de Ngorongoro, para la expansión de áreas de caza privadas y para el turismo de elite.  Bajo el capitalismo, los recursos naturales, como todo lo demás, está en venta aun cuando significa destruir comunidades y sustento de los trabajadores, campesinos o en este caso; ganaderos. Necesitamos una sociedad comunista donde la riqueza de la tierra sea utilizada para servir a las masas en vez de ser vendida al mejor postor. 

Los ataques contra trabajadores en Loliondo muestra, nuevamente, que hacer acuerdos con los patrones nunca frenaran sus ataques contra la clase trabajadora.  Los acuerdos patronales solo duran el tiempo que le sirvan a los capitalistas.  En 1959, el gobierno colonial británico, firmo un acuerdo con los jefes de las tribus Maasai, dándoles el derecho a habitar las tierras del cráter de Ngorongoro, mientras desalojaban violentamente a miles del vecino Parque Nacional Serengueti.  En los últimos 40 años, el gobierno tanzaniano, haciendo caso omiso de sus acuerdos, ha aterrorizado periódicamente a los Maasai, amenazándolos con desalojo, mientras hacen acuerdos más lucrativos con compañías de EE.UU., China, Europa, y el Medio Oriente.  Estos desalojos en Loliondo abren el camino para un corredor de 1500 kilómetros de vida silvestre, exclusivamente para cazadores traídos por la corporación Otterlo Business Corporation (OBC), de los Emiratos Árabes Unidos (Al-Jazeera 16,6).

Los ambientalistas también son utilizados por los patrones como fachada para, continuamente, robar más y poder justificar los ataques contra su competencia y la clase trabajadora.  El gobierno tanzaniano esconde su robo de tierra culpando a los maasai por sobrepoblar el cráter y amenazar el ecosistema, por lo tanto, dañar el turismo y la economía, pero, la OBC es la que amenaza el ecosistema al encerrar a los animales para que no puedan migrar, y poder cazarlos.  Además de quitar el zoológico en la EAU.  Quieren que los turistas de lujo “gocen los paisajes pintorescos de la naturaleza…no tocados por los humanos” (excepto ellos) y apelan a la conservación mundial y los movimientos ambientalistas para justificar estos violentos desalojos (roape.net). 

Samia Hassan nueva presidenta de Tanzania, es culpable del crimen de convertir el turismo en una prioridad política.  Recientemente participo en un documental de vida silvestre, “The Royal Tour”, para atraer el tipo de inversión capitalista que pone en riesgo las comunidades Maasai.  

Las tierras y recursos son controlados por la clase gobernante tanzaniana y protegida por el estado patronal, en este caso el gobierno y ejercito.  En los últimos 25 años, grandes extensiones de tierra han sido arrendadas por el gobierno a compañías foráneas para crear biocarburante o minería de diamantes y otros minerales.  Una isla entera, Isla Prison [Changuu], en la costa de Zanzibar, fue arrendada a una compañía foránea privada, para construir un hotel turístico de elite.  La clase capitalista que controla el gobierno se enriquece a costa de los trabajadores.  Lo que esto demuestra es que no importa si un país es una democracia, como Tanzania, o una autocracia, el estado es una dictadura de la clase capitalista.   

Influenciados por el tribalismo histórico, muchos trabajadores en Tanzania ven a los trabajadores maasai como hostiles y creen en la propaganda divisoria del gobierno.  Es tarea de los militantes del partido aquí, movilizar a trabajadores y campesinos, que no tienen nada que ganar con el capitalismo, a que rompan con las divisiones tribales y construyan la conciencia de clases y un movimiento comunista revolucionario por el poder de los trabajadores.