El 19 de septiembre, un sismo de magnitud 7,6 golpeó la costa del Pacífico de México, dos días después, un sismo de 6,8 golpeó la misma zona. Los terremotos en México han sido devastadores para la clase trabajadora. La desigualdad masiva del capitalismo es responsable de la destrucción extrema y la muerte. Solo podemos enfrentar este horror con la revolución y la construcción de una sociedad comunista.
México se encuentra en una zona sísmica, sobre 5 placas tectónicas cuyo reacomodo provoca frecuentemente sismos en el área , cientos cada año de baja intensidad, decenas muy fuertes y en los últimos 30 años dos devastadores que dejaron miles de muertos y una estela gigantesca de destrucción.
En apariencia, la destrucción y muerte tras los terremotos, estarían relacionados directamente con estos fenómenos naturales (causa externa) pero en realidad, la destrucción y muerte están directamente en relación a las condiciones de desigualdad impuesta a los trabajadores por los capitalistas y su sistema de acumulación de riqueza a expensa de los trabajadores. No es casual que la destrucción y muerte se exacerbe en las comunidades y centros de trabajo donde vive y laboran los trabajadores, desprotegidos y vulnerables ante estos fenómenos naturales. En cambio, la clase capitalista protege sus casas y sus modernos y grandes edificios con sistemas anti sismos. Es claro que la desigualdad capitalista es la verdadera causa de la muerte y destrucción tras los sismos. Una más de las infinitas razones del porque necesitamos destruir este criminal sistema capitalista y construir una nueva sociedad basada en la igualdad social comunista.
A las condiciones vulnerables de pobreza, se le suma la falta de prevención y corrupción, que permite construcciones que no cumplen con estándares seguros, la falta de recursos es una constante para dar la ayuda a los afectados. Los politiqueros y sus partidos electoreros lucran con el sufrimiento de la gente, culpándose unos a otros para ganar votos. ¡no más circo electoral, todo el poder a los trabajadores!
La única ayuda y proteccion verdadera, proviene de la solidaridad y apoyo incondicional de la propia población trabajadora durante y después del sismo. La movilización y solidaridad de la población es inmediata, espontánea e incondicional dejando claro que, solo la clase trabajadora salva a la clase trabajadora, mostrando que la clase trabajadora tiene la capacidad y el potencial entendimiento para poder organizar y dirigir una nueva sociedad comunista de igualdad.
La solidaridad comunitaria siempre rebasa a las autoridades que en distintos grados responden con lentitud, ineficacia, indolencia y manipulación. No solo eso, evidencian el miedo a la población que siempre los rebasa, y en lugar de ayudar, las autoridades ordenan desplegar operativos de control de población y proteger las propiedades de los capitalistas, en lugar de ayudar. Se ha llegado al extremo de valerse de montajes mediáticos para manipular a la población, para desviar su actividad solidaria y artificialmente construir mediáticamente apoyo a las fuerzas de seguridad, para quitar la iniciativa solidaria de las masas trabajadoras. (Caso del montaje ficción de la niña Frida Sofia)
A pesar del latente peligro de que se repita un sismo, la mayoría de la población teme más a la inseguridad y muerte que producen las bandas criminales que los gobernantes administran para aterrorizar a la población que a los sismos. Intuitivamente las masas advierten más peligro en el capitalismo que en los fenómenos naturales.
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México: de los escombros resurgen los trabajadores
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- 06 Octubre 2022 206 visitas