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Muerte de un Vendedor: En la vida y el arte, el capitalismo negro sigue siendo capitalismo

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03 Noviembre 2022 152 visitas

¿El arte como arma de quién? Death of a Salesman con elenco totalmente negro hace su debut en Broadway.

Los actores principales totalmente negros que forman parte del elenco de Death of a Salesman de Arthur Miller, que ahora se presenta en Broadway en la ciudad de Nueva York, rinden un tremendo homenaje a una obra muy conocida del escritor procomunista Arthur Miller. Se trata de la profunda alienación que resulta de la mercantilización no solo del trabajo humano sino también de los ideales y el potencial humanos. Pero esta producción inevitablemente alimenta la tendencia actual en la cultura capitalista burguesa –en la televisión, en los medios de comunicación y en el cine y el teatro– de presentar a las personas de color en espacios fundamentalmente pro-capitalistas como “progresistas”, cuando, de hecho, la función principal de tal representación alimenta la ilusión de que las condiciones materiales para las masas mejoran en virtud de que algunas estrellas “tengan éxito”. En particular, la obra de Broadway actual continúa el loable esfuerzo por parte de Arthur Miller de presentar su afirmación de que “las ganancias son malas, las ganancias son incorrectas” como una situación universal para todos los trabajadores, independientemente de su raza o etnia. Aun así, la debilidad fundamental de la obra en general y de esta interpretación en particular es que la crítica de la alienación capitalista “ciega a la raza” —parcialmente desafiada por colocar a los actores negros al frente de esta producción actual— continúa socavando el compromiso mismo de retratar la verdad sobre cómo el racismo y el sexismo son pilares de la explotación capitalista.

No se equivoquen, Arthur Miller, a pesar de sus tendencias liberales, no fue un traidor del movimiento comunista. En 1956, cuando fue llamado al Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC, por sus siglas en inglés) de la Cámara, el brazo judicial del vicioso ataque político anticomunista contra la clase trabajadora de los patrones después de la Segunda Guerra Mundial, Miller se negó a dar nombres, aunque seguramente tuvo muchos, arriesgándose incluso a ir a la cárcel para defender sus principios de justicia para los trabajadores.

Si bien figuras como Paul Robeson utilizaron el teatro en el siglo XX como un mecanismo para invocar el poder de la cultura proletaria internacionalista, el hecho general es que la cultura de Broadway, dentro y fuera de Broadway, es en muchos sentidos inaccesible para la mayoría de los trabajadores, especialmente en tiempos de crisis con una inflación asfixiante como la que existe hoy en día. Justo el verano pasado, jóvenes camaradas de nuestro Partido Laboral Progresista realizaron una obra de teatro corta, pero poderosa en la comunidad afuera de un complejo de vivienda pública donde reside uno de nuestros camaradas, usando esta obra de teatro para arrojar luz sobre las condiciones deficientes impuestas a los trabajadores, inspirando a muchos en la multitud para luego participar en una distribución de DESAFÍO en ese mismo complejo de viviendas. Es este tipo de arte, el teatro como práctica para el empoderamiento de los trabajadores, el que nuestra clase debe apoyar, crear y usar en el esfuerzo por acabar con la desigualdad capitalista y construir un mundo en el que la producción de mercancías y la alienación que produce, como la que encarna por el trágico personaje de Willie Loman –ya no exista.