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México: Los trabajadores luchan contra la mercantilización del agua por parte de los patrones

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21 Junio 2024 95 visitas

En una comunidad al oriente del Valle de México, un grupo de compañeros y amigos del Partido Laboral Progresista (PLP) se han organizado con sus vecinos para luchar contra la escasez de agua que afecta a nuestros barrios desde hace años. Recientemente el desabastecimiento se ha agravado, debido a la sobreexplotación de los pozos y a la negligencia criminal de los patrones que se niegan a mantener la red hidráulica, favoreciendo el negocio de venta de agua embotellada o el pago de los obreros por el suministro por pipas.

El capitalismo es incapaz de satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores, incluso el acceso al agua potable, que bajo este sistema se convierte en un bien al que sólo se puede tener acceso si se puede comprar. Bajo un sistema de igualdad social como el comunismo, las necesidades de los trabajadores serían la máxima prioridad, ya que nuestra sociedad organizada colectivamente garantizará el acceso al agua potable para todos.

La clase dominante capitalista en México ha privilegiado el negocio de vender agua embotellada. El país ocupa el primer lugar mundial en consumo de agua embotellada (y bebidas azucaradas) porque solo alrededor del 60% de los hogares cuentan con un suministro diario confiable (El País, 8/9/2023). Además, la patronal prioriza el abastecimiento de agua para uso agrícola, la industria cervecera y principalmente para la agroindustria y zonas industriales.

El Valle de México, donde viven 22 millones de personas, se abastece de agua extraída de pozos (75%), sobreexplotados y de mala calidad (La Jornada, 4/1). El resto lo trae el sistema Cutzamala, que se encuentra en niveles críticos por las bajas precipitaciones, la sobreexplotación y la contaminación de las cuencas.

Dentro de la comunidad en lucha, los vecinos primero organizaron una protesta para exigir que se suministre agua a la red hidráulica de la zona, pero el gobierno municipal respondió que la bomba para extraerla es inútil y tardará meses en repararse, por lo que ofrecieron extender tubería de agua hasta los domicilios, sin costo alguno.

En un ejemplo de cómo la clase obrera puede organizar la sociedad de manera colectiva, los vecinos formaron brigadas para dirigir el suministro de agua por tuberías a los hogares donde más se necesita, aquellos con niños, ancianos u obreros con enfermedades. Dado que el municipio sólo envió de tres a cuatro tuberías, en lugar de dos mil litros por casa como quieren las “autoridades”, sólo se entregan mil litros, una cantidad insuficiente.

Nuestros camaradas se reúnen cada semana con los vecinos para evaluar y organizar acciones e informar sobre el problema. Hemos ayudado a organizar marchas donde se realizan consignas como “el agua no se vende, se cuida y se defiende”. ¡Pero el capitalismo, que hace que todo sea con fines de lucro, no puede sino convertir el agua en otra cosa para la venta!

La patronal local exige agua a la red hidráulica, para evitar que las autoridades municipales promuevan el suministro en pipas. Esto favorece a los empresarios como ocurre en otras zonas del Valle de México, como Ecatepec, donde alrededor del 90% del suministro proviene de tuberías privadas, que roban agua de la red hidráulica para luego venderla (Sin Embargo, 6/ 25/22). Además, hay empresas armadoras de autos que, en connivencia con el municipio, roban agua por la que pagan un promedio de mil 500 pesos cuando deberían pagar cerca de 2 millones, debido a su alto consumo. Este es otro claro ejemplo de que el capitalismo se basa en la corrupción y el robo, por encima de las necesidades de los obreros.

Nuestros camaradas han presentado el análisis comunista de esta lucha por el agua en nuestra comunidad, mostrando que el capitalismo promueve que las empresas monopolicen el agua y se beneficien de la necesidad de este recurso vital, poniendo en riesgo la salud y la vida de millones de obreros y sus familias. Pero al mismo tiempo, mostramos en la práctica que estos problemas deben enfrentarse mediante la lucha contra el capitalismo, un sistema dañino y mortal que debe ser derrocado, para que la clase obrera pueda organizar y dirigir una sociedad comunista superior.