BROOKLYN, 17 de septiembre—Cientos de trabajadores furiosos se congregaron frente a una estación de metro de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, por sus siglas en inglés) donde unos días antes los fascistas y racistas policías del Departamento de Policía de Nueva York habían matado a tiros a cuatro personas, entre ellas dos transeúntes, en un barrio de mayoría negra (sin que los comunistas mostraran simpatía alguna por el oficial de policía que también resultó herido en el tiroteo). Uno de los transeúntes recibió un disparo en la cabeza y parece tener daño cerebral permanente (Pix 11, 18/9).

Los camaradas del Partido Laboral Progresista se unieron a nuestros hermanos y hermanas de clase en su enfrentamiento contra los cerdos policías.

¿El motivo de este ataque racista? Un trabajador negro, también baleado, que entró en la estación sin pagar la tarifa de 2,90 dólares. ¡El capitalismo trabaja todos los días para demostrar que nuestras vidas son prescindibles para los patrones! La construcción de un mundo comunista garantizará nuestra seguridad frente a estos escuadrones de la muerte de gatillo fácil, demasiado ansiosos por jugar a “matar a diestra y siniestra” por 2,90 dólares.

Hablando claro

En una demostración de fuerza, los policías racistas rodearon la estación y las aceras antes de la protesta. Pero no nos dejamos intimidar por las tácticas de intimidación. ¡Organizamos una manifestación fuera de la estación antes de tomar las calles!
Un estudiante de un camarada que acudió a la protesta con él dio un contexto global al tiroteo y cómo se están utilizando “las herramientas del imperialismo” para incitar “una retórica de odio y una violencia genocida” contra otros trabajadores a los que debemos oponernos.

Un compañero que habló agregó que este tiroteo probablemente nunca hubiera ocurrido en un barrio con más trabajadores blancos y que ninguna reforma policial solucionaría esto. Pronto marchamos a un distrito cercano, donde los cerdos policías atacaron con gas pimienta y hubo varios arrestos. Los trabajadores restantes mantuvieron una presencia afuera, brindando apoyo en la cárcel y llamando a los cabrones azules cuando pasaban.

Publican imágenes de tiroteo racista

Un video del incidente, publicado recientemente por una cámara corporal, muestra a los agentes de los policías racistas persiguiendo al trabajador negro Derrell Mickles por no pagar para entrar a la estación. El hombre hace varios intentos de evitar a los cerdos policías y corre hacia uno de ellos después de que le aplicaron una descarga eléctrica, justo antes de que abrieran fuego.
Incluso si Mickles tuviera un cuchillo, ¡eso no justifica este ataque racista! La policía decidió enfrentarse a alguien por una tarifa de $2.90 y luego disparó imprudentemente cuando no pudieron reducirlo con pistolas eléctricas de bajo rendimiento (Gothamist, 17 de septiembre).

No es casualidad que esto haya ocurrido en Brownsville, un barrio que ha sido el epicentro de la negligencia racista de los patrones durante décadas. El 36 por ciento de los residentes de Brownsville vive por debajo del nivel federal de pobreza. Casi la mitad de los residentes en edad laboral del barrio están desempleados (NY Health Foundation). Los policías racistas se sintieron como en casa disparando a las personas que viven aquí y que consideran inútiles.

La tarifa trae más violencia

La tarifa del metro en sí misma genera violencia en los autobuses y el metro de la ciudad de Nueva York. Divide a los trabajadores del transporte público y a los pasajeros y provoca el antagonismo de estos últimos, que pueden no poder pagar.

Los compañeros que trabajan en el transporte público han promovido la idea de que eliminar la máquina expendedora de billetes es una forma de hacer que el transporte público sea menos peligroso. Un proyecto piloto de autobuses gratuitos que la MTA llevó a cabo entre septiembre de 2023 y 2024 mostró una disminución del 39 por ciento en las agresiones de los operadores de autobuses en las líneas gratuitas durante ese período (The Nation, 6 de septiembre).

Independientemente de que cada persona pague o no el pasaje, la MTA sigue debiendo miles de millones de dólares en bonos a los jefes de Wall Street. Cualquier debate sobre la imposición del pago de los viajes en transporte público en la ciudad inevitablemente refuerza ideas racistas (es decir, quienes no pagan son todos criminales).

Cuando los fascistas Proud Boys interrumpieron un evento de cuentos para drag queens en Queens el año pasado, los policías racistas les permitieron acceder al sistema de metro sin pagar, lo que demuestra que los cerdos policías solo utilizan la tarifa como arma para su beneficio personal (NBC New York, 3/1/23).

La implacable exigencia del capitalismo de proteger los beneficios y mantener a raya a los trabajadores está detrás de este tiroteo racista. Los trabajadores negros y latinos deben soportar el peso de un sistema de transporte que se desmorona y cuyos jefes los señalan como responsables de su falta de seguridad. Mientras tanto, dichos patrones siguen desfinanciando y enviando a sus perros de presa como soluciones. Sabemos que la única solución para un mejor sistema de transporte y un mundo mejor pasa por la dictadura del proletariado-comunismo. Juntos podemos dirigir una sociedad comunista sin dinero, antirracista, antisexista y sin kkkops, donde todos podamos disfrutar de lo que nuestra clase produce libremente, como el libre tránsito y la vivienda gratuita, que no sera una mercancía.