Organizarse para proteger a los estudiantes
Querido DESAFIO,
Soy un profesor comunista, organizando en mi escuela durante dos décadas. Esta es la primera vez que he estado en una sala con un grupo multigeneracional de 25 profesores asiáticos, latinos, negros y blancos que estaban planeando cómo luchar contra la entrada del ICE en nuestro edificio escolar. Más profesores estaban interesados pero tenían otras obligaciones durante el tiempo y por eso no pudieron asistir. Se les hará un seguimiento en breve.
Un evento como este y de este tamaño nunca ha ocurrido en nuestro edificio. Los profesores expresaron la necesidad de traer a otros profesores de diferentes escuelas que tuvieran experiencia para ayudar a facilitarles y formarles en la lucha que tienen por delante. Varios profesores de primer año no se preocupaban por su titularidad; se preocupaban más por sus alumnos. Un profesor al que le faltaba un año para jubilarse y otros hablaban de cómo íbamos a ser detenidos si venían a por nuestros alumnos, cerrando los brazos y no dejando entrar a ICE en el edificio.
Fue mi club del Partido Laborista Progresista (PLP) el que consiguió que me asegurara de que se celebrara esta inspiradora reunión. Diferentes profesores del PLP discutieron lo que estaban haciendo en sus propias escuelas, y yo llevé a cabo lo que había que hacer en la mía. Me puse en contacto con el responsable de mi sección, que publicó nuestra reunión en una actualización de la sección. Hablé con distintos profesores de todo el edificio, asegurándome de empezar con un periodico DESAFIO para iniciar la conversación. En mi reunión, muchos profesores comentaron con orgullo lo que habían oído que hacían otros profesores en otras escuelas.
También me aseguré de colaborar con mis alumnos utilizando la información de «Conoce tus derechos» para facilitar la conversación en clase. Varios alumnos han aceptado asistir a un futuro grupo de estudio. Tenemos que seguir aprovechando este tiempo para seguir luchando y construyendo el PLP. Podemos acabar con todas las fronteras.
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Despidos racistas en Amazon
“Basicamente depusieron a todos quienes estaban parte de la huelga... El sindicato nos esta apoyando bien con intención de ayudarnos... Era un paso por adelante pero la próxima vez necesitamos una acción más fuerte.” “HAN SUELTO MÁS QUE 30 PERSONAS ( DEPUESTO ). HA SIDO UN FIASCO GRACIOSÍSIMO Y ESTA CIERTO QUE MERECE UNA PELICÚLA [EMOJI DE MAÍZ TOSTADO]” “Los Teamsters nos han usado como peones en su golpe para poder. Hay una parte en mi canión que dice que el obrero es mamón. Estas barras ahora cumplieron una significancia más profunda... ¡Propáguelo!”
Yo preguntaba a un obrero si volvió al trabajo o ha sido depuesto. “Ninguno [EMOJI DE REIRSE HASTA LLORAR]” era su respuesto. Seís personas compartieron sus citas para contactarles. Los cuatro de arriba son Asiano, Latino, o Negro. Todos ellos perdieron sus trabajos. Los otros dos son blancos. Ellos siguen en sus trabajos. Uno de estos trabajadores aparecía estar en el papel de liderazgo y coordinaba con los organizadores de los Teamsters y DSA (socialistas demócratas de america). Me contaba que habían “despedidas normales después de la época de auge” después del paro “pero el gran parte de los participantes en el paro están todavía de pie y siguiendo en la lucha.”
Los Teamsters llevaron carteles que decían “conforma a la ley,” y muchos conductores, teamsters, y politicos locales fijaron en el derecho a participar en paro y las protecciones contra depuesto retaliativo. Obreros prometieron esto a sus compañeros cruzando el piquete para motivarles conjuntar en el paro. Estos obreros quienes seguían contactandome sintieron que han sido depuesto en represalia y que la “despedida” era solo un pretexto. Prometer que el estado de los patrones va proteger a los “derechos” de los obreros agregaba una traición secondaria.
Amazon es una compañia racista que produce technologia para apartheid por todo lado del mundo, incluyendo Israel y la frontera EEUU. Amazon atribuye la culpa a sus subcontratistas, quienes son llamados Proveedores de Servicio de Entrega (DSP), por la exploitación de los conductores. No debemos culpar al sindicato por los depuestos racistas de los patrones, pero tambien no debemos inventar excusas. Debemos saber que Chris Smalls, grupo de reforma demócrata (democratic reform caucus), y La hermandad internacional de los Teamsters son tres distintos grupos dentro del Sindicato Laboral de Amazon. Otras comunistas y intelectuales izquierdistas ayudaron explicar estas distinciones importantes, y es importante contruir una base con ellos también. Nosotros tenemos que vigilar el relato político de varios grupos a la misma vez que continuamos contruyendo una base en la clase obrera, rompiendo racismo y sexismo, conjuntando en y liderando a la contralucha de la clase obrera, y desarollando paros a ser escuelas de la revolución.
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Los jefes son los culpables de los incendios en Los Ángeles
Un aspecto de los recientes incendios de Los Ángeles que no se trató en el reciente artículo es el papel de las empresas de servicios públicos. A Pacific Gas and Electric (PG&E) y Southern California Edison (SCE) se les ha permitido ignorar la seguridad básica durante años. La mayoría de los incendios forestales comienzan cuando los árboles o las ramas muertas caen sobre las líneas eléctricas y crean una chispa que luego enciende la vegetación seca que hay debajo. Rara vez sustituyen los equipos viejos para que no se caigan las líneas eléctricas, no podan la vegetación cercana a las líneas eléctricas ni las aíslan, no instalan dispositivos de desconexión automática ni construyen líneas subterráneas en lugar de tenderlas a través de paisajes combustibles.
Hasta ahora, el peor incendio en la historia de California fue el Camp Fire en Paradise en 2018 que mató a 80 personas, causado por un cable desgastado de PG&E de 97 años de antigüedad. En 2021, el enorme incendio de Dixie también fue causado por cables de PG&E, y esta empresa fue declarada responsable de más de 1500 incendios entre 2014 y 17. SCE está siendo demandada ahora por los residentes de Altadena, ya que un vídeo muestra que el fuego comenzó en la base de una de sus torres cercanas.
Aunque PG&E ha sido declarada culpable de más de 80 cargos de homicidio involuntario por muertes en incendios, ha tenido que declararse en bancarrota y se ha comprometido a gastar miles de millones para proteger su red, ha hecho poco. De hecho, ha despedido a miles de trabajadores y va a subir las tarifas un 18% este año. Al igual que ocurre con el cambio climático, provocado por la industria de los combustibles fósiles, el capitalismo es el problema básico. Mientras ganar dinero para las grandes industrias sea la fuerza motriz del sistema económico, mientras los trabajadores sean prescindibles, los incendios forestales mortales se repetirán. Una razón más por la que debemos construir urgentemente un movimiento por una sociedad que dirijamos los trabajadores en nuestro interés: una sociedad comunista.
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Apariencia y esencia The Brutalist
Hace poco fui a ver la nueva película The Brutalist y me recordó el ingenio de la cultura capitalista para replicar y reforzar su ideología. Sin duda, la película es una obra maestra majestuosa, con una fotografía impresionante y una actuación poderosa en todo momento, pero debajo de toda su grandilocuencia, la película transmite poco o ningún mensaje que beneficie a la clase trabajadora.
El protagonista principal (interpretado por el ganador del Oscar Adrien Brody) es László Tóth, un arquitecto judío de Hungría que llega a los Estados Unidos después de sobrevivir al Holocausto. Gran parte del primer acto muestra sus esfuerzos por asimilarse a su nuevo entorno como un “pez fuera del agua”, aceptando trabajos ocasionales hasta que un rico capitalista reconoce su talento arquitectónico y, posteriormente, crece en estatura profesional.
La película es reveladora al mostrar que, por más elogios superficiales que puedan recibir las personas históricamente marginadas en la sociedad de clases, los prejuicios racistas y sexistas, la violencia y la discriminación siguen siendo habituales. Pero en lugar de llegar a la conclusión liberadora de que una sociedad así tiene defectos intrínsecos y de que deberíamos encontrar formas de luchar colectivamente para superarlos, The Brutalist ofrece el ejemplo recurrente del arte capitalista de recurrir a la autocompasión decadente y a la destrucción para salir adelante y escapar.
Para ello, László mantiene relaciones extramatrimoniales con regularidad y lucha contra su adicción a la heroína. Aunque más tarde encuentra la fuerza para superar sus demonios, el resultado final no es un rechazo de un sistema capitalista que, a través de sus violentas contradicciones, casi lo ha aniquilado a él y a sus seres queridos, sino más bien una difícil paz con él, ya que todavía le brindaba prestigio y riqueza. Las soluciones colectivas a la alienación y la violencia capitalistas ni siquiera están sobre la mesa; László, en cambio, ha escapado de la pesadilla viviente del Holocausto solo para amurallarse detrás del edificio de su maestría en arquitectura.
Una lección que debemos sacar de esto es el engañoso atractivo que tiene el llamado “arte elevado” en la sociedad capitalista. Aunque nos asombra su apariencia reluciente, no podemos pasar por alto su papel en la defensa de la ideología dominante que siempre está buscando formas de alejar a las masas de la necesidad de organizarse para la revolución comunista.
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