Han pasado casi dos años desde que tuvimos una cafetería en nuestro campus, ¡y los estudiantes y trabajadores están indignados! Estamos a mitad del semestre de primavera y, a pesar de las promesas de la administración, aún no podemos comprar comida sin caminar diez minutos hasta la carísima tienda de comestibles cercana. En respuesta, nuestro club estudiantil, junto con los trabajadores del campus, se prepara para intensificar la lucha contra esta austeridad capitalista racista.
Es evidente que, bajo el capitalismo, nuestra salud y bienestar son de poca o ninguna importancia para los patrones. El Partido Laboral Progresista (PLP) lucha por construir una lucha popular para exigir nuestras necesidades inmediatas junto con compañeros trabajadores y estudiantes, y por fomentar la comprensión de que solo una sociedad comunista dirigida por los trabajadores puede garantizar una nutrición saludable para toda nuestra clase.
La despensa popular refleja el comunismo en acción
Como se informó en un número anterior de DESAFIO [15/1], nuestro club ha estado organizando a los estudiantes para luchar contra los jefes racistas del campus, quienes solo nos han ofrecido excusas para justificar por qué los estudiantes y trabajadores del campus no pueden comprar nada que no sea de una máquina expendedora. En lugar de opciones asequibles, nutritivas y saludables, los estudiantes, el 98% de los cuales son negros o latinos, se ven obligados a comprar basura a precios excesivos en máquinas expendedoras que envenenan sus cuerpos.
En respuesta a esta negligencia racista, organizamos una Despensa Popular al final del semestre pasado para repartir refrigerios saludables a los estudiantes. Gracias a las donaciones de estudiantes y trabajadores, alimentamos a cientos de estudiantes mientras se preparaban para los exámenes finales. En contraste con las mentiras de los patrones sobre que el comunismo no puede funcionar porque los trabajadores son “desorganizados” o “individualistas”, ¡nuestra despensa demuestra el éxito de la organización comunista en acción!
Hemos continuado con esta importante labor este semestre, instalándonos en la biblioteca los miércoles. El apoyo a la Despensa ha sido asombroso. Con el paso de las semanas, el movimiento ganó fuerza, ya que los usuarios habituales de la Despensa pedían, frustrados, información actualizada sobre el progreso de la cafetería, o su ausencia, y recibían la misma respuesta. Probablemente no pronto.
Ampliar la lucha: apuntar al capitalismo
Esta semana planeamos intensificar nuestra lucha con una manifestación y una marcha. Comenzaremos fuera del campus, donde podremos atraer a miembros de la comunidad, que es un desierto alimentario en sí mismo y donde muchos residentes sufren inseguridad alimentaria y de vivienda racista. Después de la manifestación, marcharemos al edificio de administración para denunciar directamente al presidente y a sus secuaces por no garantizar la disponibilidad de alimentos en nuestro campus. Finalmente, instalaremos nuestra despensa para seguir sirviendo a estudiantes y trabajadores.
El periódico DESAFIO ha estado presente en la despensa y ha contribuido a generar muchas conversaciones interesantes con estudiantes y trabajadores. Hemos hablado de la importancia de fomentar la confianza en los estudiantes para fortalecer nuestra capacidad y así lograr esta reivindicación. Hemos hablado de cómo la administración es, en esencia, enemiga de los estudiantes y trabajadores, y solo sirve para poner excusas y hacernos aceptar la austeridad racista como norma. También hemos analizado las conexiones entre la situación en nuestro pequeño campus y eventos geopolíticos más amplios.
Establecer estas conexiones es crucial porque vincula el racismo que experimentamos en nuestro campus con el imperialismo estadounidense. Hemos mencionado que Estados Unidos ha enviado más de 20 mil millones de dólares a Israel, y sin embargo, no tenemos una cafetería, y los estudiantes han respondido con entusiasmo. Uno de los cánticos de nuestra próxima manifestación es “¡Del Bronx a Palestina, la desnutrición es un crimen!”. La brutalidad racista del capitalismo se manifiesta de muchas maneras, y vincularlas fortalece la solidaridad y la conciencia de clase que necesitamos para construir nuestro movimiento y nuestro Partido.
La emoción crece a medida que nos preparamos para aumentar nuestra justa ira y atribuirla a nuestra administración de poca monta y al sistema capitalista, racista y grande. Enviaremos un informe para el próximo número de DESAFÍO y mantendremos a la clase trabajadora informada sobre los pequeños pasos que estamos dando en el Bronx para derrocar el capitalismo y reemplazarlo con el poder obrero.