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Editorial: Los imperialistas bombardean, los trabajadores sangran – Destruyamos la maquinaria de guerra con el comunismo

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28 Marzo 2025 53 visitas

El 15 de marzo, menos de 100 días de su reino terrorífico, el “pacificador” Donald Trump desato una serie de ataques aéreos a Yemen, asesinando y mutilando a más de 100 trabajadores (NBC, 16/3). El asalto fue un desesperado intento por los imperialistas estadounidenses de recuperar el control sobre el Mar Rojo, vital ruta global de navegación. Este ataque muestra un movimiento hacia una guerra más extensa entre imperialistas estadounidenses y los patrones chinos, e iranies que apoyan a la milicia yemení hutíes. Mostrándonos que la versión “Fortress America” del imperialismo estadounidense, promocionada por Trump y sus partidarios capitalistas, no pueden salvar a los trabajadores de la sangrienta guerra mundial. Solo construyendo un movimiento internacional masivo para luchar por la revolución comunista podremos voltear este conflicto en una lucha por la liberación de nuestra clase. 

Imperialistas Asesinan por Rutas Comerciales 

El conflicto entre los. Patrones estadounidenses y chinos se ha venido agudizando por años, y son los trabajadores quienes pagan el precio. Yemen fue uno de siete países bombardeado por Barack Obama, el presidente que masacro miles de trabajadores defendiendo las ganancias y líneas de transporte de los patrones estadounidenses (vox.com, 10/1/17). Joe Biden continuo con el bombardeo de Yemen el año pasado, y ahora Trump continúa masacrando. Pero, después del desastre en Irak y Afganistán, los patrones estadounidenses no podrán asesinar a suficiente gente para frenar su declive en el petrolero Medio Oriente. Mientras tanto, China ha fortalecido su posición en la región como poder dominante debido a su apoyo a grupos proxy de Irán e Irak, la milicia hutí entre ellos (Atlantic Council, 14/1).

Con el bloqueo de los envíos de petróleo y otros productos por los hutíes en toda la región del Mar Rojo, los barcos estadounidenses se han visto forzados a tomar rutas más largas y caras rodeando el Cabo de Buena Esperanza en la parte más al sur de África. Mientras tanto, los tanqueros y barcos cargueros de China y Rusia, los dos rivales imperialistas más grandes de EE.UU., han podido seguir en la ruta del Mar Rojo, lo cual aumenta su ventaja (Foreign Policy, 24/2/24). 

Conforme avanzan hacia la guerra, los patrones optan por aumentar el fascismo y racismo usando a inmigrantes y musulmanes como chivos expiatorios para dividir a la clase trabajadora y culparlos por la crisis internacional del capitalismo. Los ataques a los estudiantes e inmigrante que protestaron contra el genocidio en Gaza, junto con las barridas de la migra Gestapo y los planes de Trump de deportaciones masivas, son diseñadas solamente para crear miedo y racismo. Es esencial que la clase trabajadora luche contra estas atrocidades racistas uniéndose para defender a los trabajadores que estén bajo ataque. 

Conforme la batalla entre imperialistas se expande, es aún más claro que la clase trabajadora internacional tiene el mismo interés en común: aplastar el sistema de ganancias y los parásitos capitalistas que lo sostienen. Los trabajadores que hoy en día mueren en Ucrania, Yemen, Sudan, y Gaza todos son de la misma clase. Pero, alrededor del globo, muchos trabajadores siguen el liderato letal de una u otra facción imperialista y nacionalista. Es tarea del revolucionario y comunista Partido Laboral Progresista, dar liderato a nuestra clase para romper estas cadenas y crear una sociedad dirigida por y para la clase trabajadora. 

El Petróleo Sigue Siendo la Sangre del Capitalismo

Aunque Trump dice que quiere evitar las guerras en el Medio Oriente, los gobernantes estadounidenses no pueden perder el control sobre las más grandes reservas de petróleo en el mundo y las más baratas de extraer – o las rutas de envió que controlan su distribución. El petróleo sigue siendo la sangre del capitalismo. Las enormes flotas de tanques, camiones, aviones y barcos del ejército estadounidense siguen moviéndose debido al petróleo. Aun con el cambio y catástrofes climáticas el mundo seguirá necesitando los combustibles fósiles por tiempo indefinido. Mas allá de las aplicaciones militares, el gas y petróleo son las más abundantes y lucrativas formas de dar energía a industrias como el cemento y acero. En épocas de crisis económica globales, los capitalistas no van a sacrificar sus ganancias a corto plazo para cambiar a energías limpias renovables, que son solo una pequeña fracción de la producción industrial estadounidense (Energy Information Administration, 13/7/23). Goldman Sachs proyecto recientemente una “creciente demanda de gas natural como combustible de transición hasta el 2050, y la necesidad de nuevas formas de desarrollo del petróleo y gas más allá de 2040” (JP Morgan, 3/44). Hasta en Europa, donde los capitalistas financieros han dirigido la “transición” a la energía limpia, las acciones no han crecido ni en uno por ciento por año. 

¡El Nacionalismo es una Trampa Letal! 

Muchos trabajadores, por desesperación, y en vista de lo violencia racista de los patrones, se han aliado a los pequeños capitalistas bajo la bandera de la “liberación nacional”. Desde Vietnam hasta Sudáfrica, se ha comprobado que esta estrategia es un desastre para la clase trabajadora alrededor del mundo. Cada que se crean alianzas con capitalistas “menos malos” estos han destrozado la posibilidad de la emancipación de la clase trabajadora. En muchos de los casos estas alianzas han costado la muerte de millones de trabajadores. 

En 1968, después de sacar a los imperialistas británicos, el Frete nacional tomo el poder en el sur de Yemen. Por identificarse con los patrones y la falta de confianza en la clase trabajadora, estos falsos revolucionarios mantuvieron el servicio civil creado por los británicos y utilizaron las fuerzas entrenadas por los británicos para aplastar a los trabajadores que habían creado una milicia de trabajadores revolucionarios. Hoy los patrones nacionalistas hutí, apoyados por Irán, están combatiendo al viejo régimen de capitalistas nacionalistas apoyados por las sanguijuelas reales de Arabia Saudita. El resultado: una guerra civil que ha asesinado a más de 300,000 trabajadores, todo para remplazar a un cruel opresor por otro.

A pesar de estas traiciones, el corazón solidario de la clase trabajadora persiste. Estudiantes universitarios en todo el país han arriesgado sus carreras y amenazas de deportación para protestar el genocidio anti-musulmán en Gaza. Aun cuando Mahmoud Khalil y otros valientes estudiantes han sido brutalizados en la cárcel, la clase trabajadora debe pelear aún más agresivamente para defender a nuestra clase. Mientras el régimen de Trump expande su reino de terror estatal, conforme las condiciones de trabajadores alrededor del mundo empeoran, debemos aprovechar la oportunidad de este momento. Mas que nada, debemos hacer un llamado para que nuestra clase construya el PLP. Si no nos comprometemos al antirracismo, y anti-sexismo, y a una revolución comunista, todas las batallas más valientes nos llevaran a una batalla reformista que bajo los términos patronales. Solo una clase trabajadora organizada con un punto focal revolucionario nos puede llevar hacia la liberación final: el comunismo. ¡Únetenos!