BROOKLYN, 1 de mayo - Antes del primer timbre del 1 de mayo, más de 30 trabajadores escolares, junto con estudiantes y padres, se manifestaron frente a nuestro campus en honor al Día Internacional de los Trabajadores. Llevamos carteles que decían: “Ninguno de nosotros estará a salvo y libre hasta que todos estemos a salvo y libres” y “Apoyamos a nuestros estudiantes y sus familias”. Se oían cánticos: “¿Quién es el Día? ¡Nuestro Día! ¿Qué Día? ¡Primero de Mayo!” y “¡Padres y Maestros Unidos Jamás Seremos Derrotados!”, mientras nos manteníamos unidos en solidaridad.
Estudiantes y profesores unidos en la lucha
Los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP), con una larga trayectoria organizativa contra el racismo y el capitalismo en nuestra escuela y vecindario, desempeñaron un papel clave en el éxito de esta acción. Reuniendo a miembros de base que ya habían trabajado contra la deportación, aportamos nuestra experiencia y compromiso al proceso de planificación, ayudando a definir la línea política de la manifestación y a asegurar que nuestros cánticos fueran contundentes e internacionales.
Nuestro mensaje fue claro: nos negamos a dejarnos intimidar por los ataques del capitalismo, ya sean las redadas cada vez más fascistas del ICE del presidente Donald Trump, los recortes presupuestarios o las divisiones racistas. Queremos que nuestros estudiantes vean que la resistencia es posible y necesaria, y que comienza con la unidad multirracial de la clase trabajadora. En un mundo que se precipita hacia una crisis capitalista y una guerra más profundas, los trabajadores debemos unirnos para luchar por un futuro donde todos podamos estar seguros y libres: un futuro comunista.
La manifestación fue el resultado de semanas de planificación por parte de educadores de varias escuelas de nuestro campus compartido. El día anterior, organizaciones estudiantiles se unieron a nosotros para hacer carteles, generando energía y sentido de pertenencia antes del evento. Ese espíritu de cooperación fue poderoso: no solo planeábamos una protesta, sino que construíamos comunidad.
Unirnos a través de las fronteras escolares no fue tarea fácil. El Departamento de Educación ha promovido durante mucho tiempo la separación entre las escuelas de nuestro campus, reflejando la estrategia capitalista más amplia de dividir a los trabajadores para debilitarnos. Pero rechazamos esas divisiones. Cuando coreamos “¡Árabes, judíos, negros y blancos!” y “¡Asiáticos, latinos, negros y blancos: trabajadores del mundo, uníos!”, lo decíamos en serio. Nuestra manifestación reflejó nuestro compromiso con la unidad multirracial y la lucha antirracista por el poder de la clase trabajadora.
El trabajo continúa
Esa mañana, entramos a la escuela con energía. Como dijo un estudiante: “¡Nunca es demasiado temprano para esto!”. Y esto fue solo el comienzo. Ya estamos planeando nuestra próxima acción y buscamos involucrar a aún más padres y estudiantes.
El Primero de Mayo nos recordó nuestra fuerza: lo que se puede lograr cuando trabajadores y estudiantes se unen, no solo con palabras, sino con hechos. Demostramos que la solidaridad no es un eslogan; es una fuerza que puede derribar barreras, tender puentes entre nuestras escuelas y desafiar las tácticas de “divide y vencerás” de los patrones. Al salir de la manifestación y entrar a nuestras aulas, llevamos esa fuerza con nosotros. No seremos silenciados, no seremos divididos y no cederemos. Esto es solo el comienzo. La lucha continúa: más fuerte, más fuerte y más unida. ¡Trabajadores y estudiantes, levántense! La lucha por un mundo justo y comunista ha comenzado, y estamos listos para liderarla.