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Los trabajadores protestan contra las redadas racistas y los recortes del ICE

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24 Mayo 2025 84 visitas

NUEVA YORK, 19 DE ABRIL—La clase trabajadora salió hoy a las calles de Alto Manhattan, marchando para combatir las redadas y deportaciones fascistas del ICE, y los ataques a Medicaid, Medicare y Seguro Social. El PLP estuvo en el medio de la lucha, dando liderazgo clave en la planificación de la marcha, reclutando a muchos para que asistieran, y en el día de la marcha, liderando consignas y distribuyendo nuestra literatura. Esta marcha mostró tanto el tremendo potencial para unir a los trabajadores en la lucha de clases, como el veneno del nacionalismo y la colaboración de clases que amenaza con dividir y impedir la lucha de los trabajadores.

Más de 400 trabajadores marcharon, tomando varias cuadras de la ciudad, con cientos más animándonos con entusiasmo desde las aceras, bodegas, y edificios de apartamentos (algunos, sin duda, guardando prudentemente su distancia de la policía). Además, los organizadores distribuyeron 10.000 volantes por el Alto Manhattan y el Bronx, anunciando nuestra intención de organizar a los trabajadores contra la actual oleada de ataques racistas y fascistas.

El potencial de la unidad multirracial frente al veneno del nacionalismo

La marcha fue organizada por una coalición recién formada por algunos partidos políticos de izquierda de la República Dominicana, a la que se unieron también otras organizaciones comunitarias. Como el PLP tiene una larga historia en este vecindario, y como entendemos la importancia de sumergirnos en las organizaciones de masas, nos dedicamos a la planificación.

Se hizo evidente que había un ala derecha y otra izquierda entre los dirigentes. En la derecha, algunos argumentaban que teníamos que restringirnos a las tres demandas: (1) Detener las redadas y deportaciones del ICE; (2) Detener los recortes; y (3) Gravar a los millonarios. La izquierda abogó por pensar más allá de estas demandas, haciendo hincapié en cómo nuestras luchas están todas conectadas. Algunos hablaron con ánimo y elocuencia, por ejemplo, contra los ataques racistas en la República Dominicana contra los haitianos, estableciendo acertadas comparaciones con el trato que reciben los inmigrantes en Estados Unidos. Pero se nos dijo que dos grupos de la coalición eran tan nacionalistas que no permitían que se debatiera la cuestión del racismo contra los haitianos para que no desbaratara la coalición. Sin embargo, conseguimos que se incluyera a Palestina en el programa. El discurso sobre las redadas del ICE y las deportaciones corrió a cargo de un representante de Uptown4Palestine, y acabó relacionando el aumento del fascismo en EEUU con el imperialismo EEUU en el Medio Oriente y la necesidad de los patrones de reprimir la disidencia.

El nacionalismo era tan intenso que un dirigente de la coalición, al criticar las consignas que «eran irrelevantes» para su lucha, señaló la consigna «¡Las luchas obreras no tienen fronteras!» como inapropiado. Por suerte, hubo otros que salieron en feroz defensa de ese y otros eslóganes que establecían conexiones obvias entre las luchas de los trabajadores.

El PLP da liderazgo crucial

En el PLP entendemos que nuestro papel es inyectar la política comunista revolucionaria en la lucha de clases, y el día de la marcha, eso es exactamente lo que hicimos. Nos convertimos en la principal fuerza de consignas en la marcha, cautivando a la multitud con consignas firmes y retumbantes que destacaban nuestra línea revolucionaria internacionalista, proporcionando la tan necesaria disciplina de marcha, y atrayendo e inspirando a muchos a nuestro alrededor. Como se informó en el último número del DESAFIO, también distribuimos 1.000 volantes comunistas y más de 400 copias de este periódico.

La mortífera colaboración de clases amenaza al movimiento

Aunque algunos miembros de la coalición expresaron su desconfianza y odio hacia la policía, otros vieron ventajas de trabajar con ellos. De hecho, el enlace comunitario del precinto estaba en nuestro chat de grupo (¡!). Una vez más, el nacionalismo desempeñó un papel negativo: el capitán del precinto local es dominicano. A pesar de estos «lazos» nacionalistas, la policía y la ciudad nos mantuvieron en vilo durante semanas, hasta el mismo comienzo de la marcha, sobre si nos permitirían marchar legalmente por la calle. Muchos de nosotros sabemos que nuestro verdadero poder no reside en los permisos y la colaboración con la policía, sino en nuestra base en la clase trabajadora.

La única razón por la que no hubo más políticos presentes fue que la mayoría (incluida Alexandria Ocasio-Cortez) ignoraron las invitaciones para asistir, demostrando lo poco que les importan los trabajadores bajo ataque. El único candidato a la alcaldía que vino habló efusivamente sobre lo mucho que le importa a la comunidad. Pero muchos de nosotros recordamos a Ydanis Rodríguez, un lacayo de los patrones, un político local que saltó a la fama como «izquierdista»/«activista» dominicano que rápidamente se vendió a los intereses bienes raíces y que ahora es odiado en su propio vecindario. Si nuestro incipiente movimiento quiere conseguir algo positivo en el Alto Manhattan, tiene que reconocer lo que la mayoría de los trabajadores y jóvenes de “Uptown” ya saben: la policía y los políticos son nuestro enemigo mortal de clase.

Queda más trabajo por hacer

La planificación hacia esta marcha nos ayudó a avanzar en nuestra distribución de literatura y la construcción del Partido en el vecindario, y como resultado pudimos traer a algunos trabajadores a nuestra marcha del Primero de Mayo, ¡pero no suficientes! Nuestra base necesita entender mejor la diferencia entre marchas masivas por reformas y la absoluta necesidad de construir un movimiento revolucionario dirigido por un partido comunista revolucionario. Necesitamos ganar su confianza en nuestro Partido como la única fuerza capaz de dirigir a la clase trabajadora para derrotar al fascismo y al capitalismo de una vez por todas. Es una lucha a vida o muerte.