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ASESINATO RACISTA POR POLICIAS INCENDIA REBELION OBRERA

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23 Septiembre 2010 94 visitas

“La policía aquí no te da multas, te dispara.” Eso es lo que un trabajador en la comunidad de Westlake en Los Ángeles estaba diciendo a un grupo de trabajadores ayer. Recientemente, un agente de la policía  mató a un inmigrante de Guatemala. Le dispararon a Manuel Jiménez dos veces en la cabeza y después lo esposaron. Este agente de la policía, Frank Hernández, es conocido como “El Pelón” por los trabajadores de la comunidad porque tiene una historia de matar a otros trabajadores en el pasado. Reportes de la policía dicen que Manuel tenía un cuchillo y estaba amenazando a una mujer embarazada. También dijeron que estaba borracho. Los trabajadores que estaban allí cuando todo de esto pasó dijeron que Manuel no tenía un cuchillo y que no estaba amenazando a nadie.
Día después del asesinato, hubo una  protesta. El día siguiente la gente  se reunió en frente de la estación de policía Rampart, que quedaba a una cuadra de donde ocurrió  el asesinato. Esta estación tiene una historia de ser una de las más corruptas de todo el país. Esa noche los trabajadores tiraron rocas y huevos a la estación de policía. La policía salió de la estación y empezó a atacar a los trabajadores.
Tiraron  gas lacrimógeno y balas de goma, aterrorizando a la vecindad. Residentes en los edificios empezaron a tirar televisiones y aires acondicionados  para pegarle a la policía. El tercer día había una reunión de la comunidad que estaba organizada por la policía. Los trabajadores que estaban allí se enojaron y gritaron al jefe de la policía. El jefe de la policía dijo que quería paz y calma. Mientras él estaba mintiendo a la gente, había policía aterrorizando a la comunidad afuera con sus autos policíacos y helicópteros. En el día final de la violencia, empezamos consignas como “Manuel Vive, La Lucha Sigue.”
Durante toda la noche la policía atacó cualquier trabajador con un megáfono y un mensaje político. La policía atacó a la gente tres veces, arrestando tres trabajadores y disparando balas de goma a otro trabajador. Había como 250 trabajadores de la comunidad que se quedaron toda la noche. Había muchísima policía, tratando de apagar la indignación de los trabajadores. Fue difícil contar a la policía porque se movían bastante durante la noche. Nosotros quedamos hasta muy tarde para hablar con las personas de la comunidad. El sábado siguiente había una marcha en contra del asesinato. Fuimos con nuestra base multirracial y distribuimos 100 Desafíos y 400 volantes.
Resistencia espontánea como esta pasa a veces y ataques de la policía pasan todo el tiempo. Estos asesinatos van a continuar si nosotros como trabajadores no nos organizamos a luchar. No solamente queremos resistencia espontánea en lugares pequeños. Nosotros queremos un movimiento organizado. Lo que necesitamos es una revolución comunista.