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‘Guerra al Terror’ de Gobernantes de EEUU: Se Ajustan Las Leyes Para Hacer La Guerra A Trabajadores

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14 Febrero 2013 75 visitas

El fascismo, es la respuesta de una clase dominante en crisis. Los patrones de EEUU enfrentan una crisis que la compone su sistema financiero peligrosamente inestable, y la creciente competencia de sus rivales imperialistas como China. La parte dominante de la clase gobernante reconoce que el futuro incluye guerras más amplias y mortíferas, tal vez una guerra mundial. Su respuesta es el fascismo: militarismo creciente y disciplina fascista patronal necesaria para hacer frente a esta crisis.
Además de intensificar sus ataques racistas, los gobernantes están readecuando el derecho y proceso penal argumentando que la “guerra contra el terrorismo” requiere leyes especiales, para después aplicárselas a todos los trabajadores que protesten.
Durante la reciente campaña presidencial en EEUU, Obama y Romney compitieron entre sí para mostrar quién podía ser más duro contra el terrorismo. Esta confrontación se produjo a pesar de que las principales amenazas para el capitalismo de EEUU provienen de potencias emergentes como China, y no del  “terror” de países pequeños.
Los actos más recientes de “terrorismo dentro de EEUU” – de los cuales Obama se  refiere como la principal amenaza que enfrenta Estados Unidos – son usualmente orquestados por el FBI o la policía de Nueva York, usando informantes para atrapar a una persona o grupo, algo que los ha hecho ver incapaces y dependientes del informante.
Estas trampas han sido puestas contra la comunidad árabe-musulmana para crear miedo y racismo en contra de este grupo entre los demás trabajadores. La “guerra contra el terror” sigue siendo fundamental para los planes de la clase dominante de EE.UU.. Esta mentira es parte de su plan para adormecer a los trabajadores y acepten un futuro de guerra más amplia y los crecientes ataques racistas.
Tribunales Secretos para Mantener Dictadura patronal
Las leyes sobre “terrorismo” se han escrito de manera tan amplia que el 92% de los acusados son declarados culpables. Por ejemplo, la ley de “Apoyo material”, que existía antes del 9/11, fue ampliada significativamente cuando se aprobó la Ley Patriota en el 20001, ahora es delito proveer cualquier cosa, incluida ayuda humanitaria, a cualquier grupo que el Departamento de Estado tache como “terrorista”. La Corte Suprema ratificó la condena de los abogados que prestaron asesoría acerca de por qué renunciar a la violencia, también contra  los grupos que trataron de proporcionar ayuda a las víctimas del tsunami en Sri Lanka y que vigilan los derechos humanos en Turquía. El gobierno ha convertido este derecho en una herramienta en contra de cualquier grupo que no apoya los planes globales del imperialismo de EEUU.
Aunque esta ley suena como que está dirigido a grupos fuera de EEUU, también se ha utilizado para condenar a personas y grupos en el interior del país,  incluida la abogada defensora Lynne Stewart, así como Sami Omar Al Huassayn, un estudiante de Idaho acusado de dirigir una página web donde los islamistas radicales publican materiales. Esta tendencia va a continuar. Su siguiente paso en esta dirección es clasificar a los disidentes y comunistas como “terroristas” - que abogan por la violencia - y que convierte en crimen dar apoyo de cualquier tipo.
La Ley de “Apoyo material”  ha estado siendo ampliamente utilizada en casos penales: “conspiración” leyes que permiten la condena por el “delito” de cooperar con las personas que hablaron de hacer cosas malas y declaraciones falsas, leyes que convierten en delito decir a la policía algo que no es del todo cierto. Esto es particularmente cierto cuando la policía pregunta: “¿Es eso todo lo que sabes?” Si dices que “sí”, entonces se te puede detener si se te olvidó el más mínimo detalle.
Después de los escándalos en 1970 “sobre espionaje sin órdenes judiciales en nombre de la “seguridad nacional “, el Congreso aprobó la Ley de Inteligencia y Vigilancia Extranjera (FISA), supuestamente para evitar la vigilancia ilegal de ciudadanos estadounidenses.
Sin embargo, la ley creó un tribunal secreto que podría emitir órdenes de espionaje encubiertas contra enemigos extranjeros, incluidas las actividades dentro de EEUU. Esta Ley también fue ampliada por la Ley Patriota en 2001. La “guerra contra el terror” ha sido utilizada para justificar la emisión de órdenes secretas de FISA contra cualquier persona acusada de “terrorismo.” Esta es una categoría muy amplia, que les permite emitir miles de alertas cada año.
No satisfechos con obligarte a ir a la corte – hacen uso de uno de los secretos con el que aprueban más del 99 por ciento de todas las órdenes de allanamiento solicitadas - la Ley Patriota de EEUU dio la autoridad al FBI para emitir “cartas de seguridad nacional” que ordenan a bancos, compañías telefónicas y otras instituciones proporcionar los registros de personas sin que se les informe. Cuando cinco compañías telefónicas pequeñas se negaron a cumplir con esas cartas, el Departamento de Justicia los demandó por interferir con la seguridad nacional.
En  2011, había 16.511 cartas de seguridad nacional, además de decenas de miles de solicitudes informales del FBI a las compañías telefónicas y bancos.
Estas reglas “anti-terroristas” han definido la nueva norma. Los jueces han sido capaces de “sellar” (mantener en secreto) órdenes de allanamiento que antes era inusuales. Sin embargo, un juez indignado reveló que en el 2008, en Houston, el 99.8% de todas las órdenes de vigilancia electrónica fueron selladas. Se estima que 30.000 órdenes selladas de vigilancia se emiten cada año a nivel nacional por los tribunales federales  (tribunales estatales y locales también lo hacen).
Los policías cada vez más prescinden de órdenes judiciales, sólo escriben a las compañías telefónicas. Las compañías de teléfonos celulares informaron que en 2011 recibieron solicitudes de información por alrededor de 1.3 millones de suscriptores. Lo que comenzó como una situación especial para ser utilizado en circunstancias especiales (primero contra los “espías”, luego contra los “terroristas”) se ha convertido en una práctica normal en todos los departamentos de policía.
El Regreso de los Escuadrones Rojos
Después de los escándalos en 1970, en los que el FBI había estado investigando abiertamente (huelguistas, opositores al imperialismo de EEUU, manifestantes anti-guerra de Vietnam, y luchadores  anti-racistas), la clase dominante cambió el curso y pidió al FBI que se concentrarse en los delitos en lugar de las protestas. Mientras tanto, se creó la FISA para continuar tranquilamente con el espionaje interno.
Este doble enfoque ha sido desechado debido a la “guerra contra el terror.”
Actualmente la guía de investigaciones domesticas emitida el 2011 permite explícitamente al FBI utilizar todas sus técnicas de recolección de inteligencia en contra de personas sin antecedentes penales. Los agentes están autorizados a abrir una “evaluación”, “proactiva” (de personas sin ninguna antecedente penal) Como parte de esta evaluación, siguen a la gente, buscan en su basura, envían informantes, e intervienen sus cuentas de Internet - todo con el pretexto de capturar terroristas. Los federales han tenido que admitir su “incursión comunitaria”, reuniones con la comunidad musulmana para reclutar informantes e identificar a aquellos a quienes van a procesar. (Conclusiones en la siguiente edición: La nueva tecnología es hecha exenta de reglas de privacidad)