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‘Django Sin Cadenas’: ¿Liberación? No, Es La Nueva Cara Del Racismo Y Sexismo

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14 Febrero 2013 82 visitas

Miles de espectadores multirraciales en EEUU hicieron fila durante horas para ver el éxito de taquilla de Quentin Tarantino, Django Desencadenado. Django es una narración de venganza esclava hecha en un estilo que combina el espagueti-wester con estereotipos racistas de los 1970s. Con tan pocas películas de Hollywood sobre la esclavitud y lucha, esta historia cómo es contada es de importancia para la clase trabajadora.
Algunos han llamado a Django una narrativa de “liberación”. Pero ¿hasta qué punto la industria capitalista de Hollywood es capaz de contar una historia de verdadera  liberación anti-racista? Hollywood ha sido históricamente el principal fabricante de ideas racistas y sexistas. Las películas que realmente son anti-racistas y anti-sexistas rara vez llegan a la pantalla grande. Entonces ¿Django es una excepción a la regla? ¿Y cuáles son las consecuencias de que Tarantino le hable del racismo y la esclavitud a la clase trabajadora?
Los comentarios sobre la película han sido abrumadoramente positivos, y en la película hay mucho que apoyar. En la primera escena el Dr. Shultz, un blanco caza-recompensas alemán, mata a los traficantes de esclavos y ofrece a Django su libertad y la de su esposa a cambio de ayudarlo a cazar dueños de esclavos. ¡Se pusieron en camino, dejando a decenas de dueños de esclavos muertos a su paso! Este dúo multi-racial se hizo eco del legado de John Brown, el predicador blanco quien encabezó rebeliones armadas en contra de la esclavitud.
En una de las escenas más memorables de la película, el jefe esclavista, Calvin Candie insiste en que el Dr. Shultz estreche su mano para completar la compra de la esposa de Django. En un verdadero espectáculo de intransigente unidad multi-racial, Shultz le extiende su mano disparándole dejándolo fuera de combate. Shultz es asesinado y Django pelea contra los esbirros esclavistas, por su libertad y la de su esposa, aniquilándolos uno por uno. Cuando Django se aleja cabalgando con su esposa en la puesta de sol, es difícil no aplaudir a este héroe anti-racista.
Pero la pregunta sigue siendo, ¿cuál es la imagen que el público se lleva de la película? ¿La de Django como combatiente anti-racista o la de un mafioso que tiene que probar su hombría con su revolver?
El uso que hace Tarantino de los estereotipos de los 70s es problemático y termina promoviendo estereotipos racistas en lugar de socavarlos. Tras el movimiento de derechos civiles, las películas en los 70s, reemplazaron las imágenes de unidad negra con estereotipos raciales. En el mismo sentido, el personaje Django es “encadenado” a los estereotipos raciales colgados a los hombres negros de super-machos, con tendencia a la violencia y mostrándose para llegar “a los suyos”.
Aparte de la excesiva violencia, Tarantino intenta sorprender al público con su uso excesivo de la palabra-N (110 veces en la película.) Tarantino afirmó que quería presentar un retrato exacto del racismo en el Sur. Pero el problema está en cómo la palabra se utilizó. La palabra fue usada no para evocar el horror y la inhumanidad de la esclavitud, sino para evocar risas baratas. Al mantener la palabra-N viva a través de la comedia, hace el racismo cotidiano más aceptable para las personas porque pueden percibirlo como “una broma.” Insultos raciales producen estereotipos raciales, haciendo que los trabajadores se deshumanicen unos a otros en lugar de organizarse juntos.
A lo largo de la película, Django es descrito como único y por el jefe esclavista como “uno de cada diez mil” debido a la forma en que se pone de pie por sí mismo. La frase sugiere que los que se enfrentaron a la supremacía blanca y a la esclavitud fueron la excepción y no la regla. Desde la rebelión de los esclavos en Haití a los cientos de rebeliones de esclavos que sacudieron la región de América del Sur y el Caribe antes de 1860, las rebeliones de esclavos fueron hechos cotidianos. Se trató de masas de esclavos, hombres y mujeres luchando, y no una pequeña elite.
Presentar a Django como excepcional y a la rebelión como individualista, de nuevo socava la verdadera historia de la lucha contra la esclavitud. Ninguno de los personajes femeninos de la película, incluyendo a su esposa, son presentados como combatientes. Las mujeres en cambio, se muestran como víctimas que deben depender de los hombres para ser liberadas de la esclavitud. A lo largo de la historia las mujeres, como en “Niñera” de los Cimarrones jamaiquinos y Harriet Tubman, han sido de suma importancia en la lucha para liberarse de la opresión.
Django atrajo al público con la promesa de una “liberación” del racismo, pero al final les vendió el individualismo, el racismo y el sexismo en un nuevo paquete. La audiencia se ancló a Django porque él estaba luchando contra la esclavitud. Sin embargo, su lucha contra la esclavitud no está impulsada por la solidaridad contra el racismo, sino por el individualismo machista que juega con los estereotipos de las películas de los 70s y el rap de gangster actual. Estos estereotipos racistas sirvieron a los patrones después de la era de los derechos civiles, al tratar de arrebatar los logros obtenidos por una clase trabajadora negra combativa. Actualmente, estos estereotipos continúan sirviendo a sus necesidades, en su intento por justificar el desempleo racista, la encarcelación masiva y racista así como los asesinatos policíacos racistas.
El atractivo de las masas para Django muestra que la clase trabajadora posee ideas anti-racistas y que quiere luchar. De hecho, los verdaderos héroes no son Django y Shultz, sino los grupos multirraciales de trabajadores y estudiantes que vieron la película con la esperanza de inspirarse con una historia de lucha contra el racismo.
En última instancia Django no cumple con su promesa de “liberación”, al igual que los patrones y Obama no pueden cumplir con sus promesas de “cambio”.  La clase obrera no puede depender de la industria capitalista de Hollywood para que le cuente su historia. Debemos contar nuestras propias historias sobre la lucha actual, aprendiendo de las luchas del pasado como fuente de inspiración para construir un futuro verdaderamente anti-racista y comunista.