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Convirtamos Guerra Obama-Putin en Guerra de Obrera de Clases

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15 Agosto 2013 48 visitas

El creciente conflicto entre los imperios de EEUU y Rusia llevo al Presidente Barack Obama a cancelar su reunión planeada para septiembre con el Presidente Vladimir Putin.  Las “emergentes diferencias” (como las llamo Obama) detrás de este desaire van más allá del asilo otorgado al soplón Edwuard Snowden, quien descubrirá secretos de la Agencia de Seguridad Nacional.  Siempre es sobre la lucha por más ganancias bajo el capitalismo.  
Bloques hostiles de capitalistas, representados por Obama y Putin, están cada vez más en oposición en su competencia inter imperialista por los recursos, mercados y mano de obra, mundiales.  Los patrones que controlen los suplementos de energía global ganan ventajas económicas y políticas sobre sus rivales. Cada poder mayor necesita fuerza armada – incluso armas nucleares – para ejecutar su dominio. No es sorpresa, entonces, que el petróleo, gas y misiles estén al frente de la lista de quejas entre Obama y Putin.  Al mismo tiempo, ambos, EEUU y Rusia están confeccionando sus tácticas en la construcción de coaliciones para confrontaciones más extensas en el futuro, una de las cuales podría involucrar al emergente súper-poder: China.
El costo de esta competencia recae fuertemente en la clase trabajadora mundial.  Mientras los imperialistas rivales se preparan para la guerra, sus políticas de austeridad devastan los estándares de vida de la clase trabajadora internacional.  Varios miles de millones de trabajadores viven con menos de dos dólares al día.  El desempleo es masivo en Grecia, España, Italia Francia, México, Sudamérica, China, EEUU, y en todos lados.  Millones han sido despedidos durante la última crisis económica del capitalismo.  Las peligrosas condiciones de trabajo asesinan a miles en incendios como la fábrica de Bangladesh.  Mineros son abiertamente asesinados por los herederos políticos de Mandela en Sudáfrica.  Millones más sufren y mueren por falta de salud pública.
Más allá de estos horrores capitalistas, las confrontaciones imperialistas asesinan a decenas de millones en guerras por recursos en África, Irak, y Afganistán, y los ataques por aviones robots (drones) de Obama sobre Yemen, Somalia y Pakistán.  
Racismo de gobernantes está  a la orden del día
Finalmente, tenemos el racismo contra trabajadores árabes y musulmanes, construido por los gobernantes de EEUU al cerrar sus embajadas en África, Medio Oriente y Sur de Asia.  Este pánico creado demoniza a estos trabajadores como enemigos que pueden ser asesinados con impunidad.  El racismo también es ejercido por los policías de los gobernantes de EEUU cuando asesinan a jóvenes negros y latinos en todo el país.  Y los jueces y procuradores que encarcelan a millones con cargos prefabricados, o violaciones no violentas a las leyes patronales.  
Estos horrores terminaran solo cuando este infierno capitalista sea destruido con una revolución comunista.  Solo construyendo un masivo, revolucionario Partido Laboral Progresista podrá el mundo eliminar a los patrones y su sistema de ganancias.  Solo entonces podremos crear una sociedad dirigida por y para los trabajadores, una sociedad sin guerras, racismo, sexismo, desempleo ni pobreza.
Siria: el más reciente campo de batalla de los patrones
La disputa de EEUU  con Rusia ha asesinado a más de 100,000 trabajadores en Siria en los dos últimos años.  Rusia mantiene una base naval ahí, apoya al régimen anti-EEUU de Assad, y busca una alianza con Irán, que es un posible poder nuclear.   Los problemas Ruso-Sirios de Obama se centran en el continuo flujo de petróleo del Medio Oriente bajo las marcas Exxon Mobil, Chevron, y otras.  Una victoria de Assad, con ayuda rusa, podría fortalecer a los gobernantes anti-EEUU de Irán, quienes amenazan cerrar el crítico Estrecho de Ormuz para las compañías petroleras estadounidenses y británicas.  Por otro lado, Obama ha estado reacio en apoyar a los islamistas anti-Assad después que las fuerzas de Al Qaeda ganaran dominio en ese campo.  El éxito de su oposición podría poner en peligro a la monarquía de Arabia Saudita, gran socio de Exxon Mobil.
Una batalla menos publicada se libera entre Rusia y EEUU por supremacía sobre la arena de gas europeo.  Nueva tecnología de producción, conocida como “fracturación” hidráulica o “fracking” ha convertido, por primera vez, el gas de EEUU en una significativa mercancía.
Fracking extrae el gas natural de los posos muy debajo de la superficie al disparar agua mezclada con arena y químicos a alta presión en los depósitos que contienen petróleo y gas, trayéndolos a la superficie a bajo costo.  También contamina el agua de la tierra y el agua potable, hace que gases y químicos salgan a la superficie y se sabe que ha enfermado a los animales y la  gente y produce cáncer.  Pero las consideraciones geoestratégicas han sobrepasado rápidamente la oposición ambiental.  
“Fracturizando” a la Clase Obrera
La clase dominante racista de EEUU, quienes asesinaron a millones de nativos americanos en el siglo 19, han renovado su genocidio fractorizando en las reservas en Dakota del Norte y otros estados del oeste.  Los residentes son forzados a hervir el agua mientras que sufren de la polución proveniente de grandes fuegos que irrumpen cuando se quema el gas en las praderas.  
Hace dos años, el New York Times publico una serie llamada “Drilling Down” sobre los males de fracturación. Su encabezado advertía sobre “materiales tóxicos,” “agua turbia” y “aire envenenado.”  Para el 2012, sin embargo, el Times se retractó con los artículos “Revisiting The Facts on Fracking” y “Rethinking Opposition to Fracking.”  La clase dominante de EEUU se une para romper el poder  de Rusia sobre la energía alemana y  otros países de la Unión Europea, los cuales tienen que depender del gas ruso.  
Michael Levi del Concejo de Relaciones Exteriores, el centro de estudios más importante de los imperialistas de EEUU (el cual cuenta a Exxon Mobil, Chevron, Citicorp y JP Morgan entre sus “fundadores”) le dijo al Congreso el 23 de abril:
Exportaciones de USLNG (gas natural líquido) también ayudarían a Europa a mantener ventaja con respecto a Rusia – aun si, como aparenta serlo, un poco de gas natural de EEUU sería enviado a Europa.  Después del boom del gas bituminoso de EEUU, los proveedores del Medio Oriente y África del Norte se volvieron hacia Europa para vender su excedente de gas natural, creando una intensa competencia en el mercado europeo e forzando cada vez más a Rusia a vender su gas natural de manera transparente y con los términos del mercado en vez de a través de opacos contratos políticos.  Aun la posibilidad de significantes exportaciones de gas natural de EEUU podría sostener presión sobre Rusia para vender gas natural en este mercado (más barato) basado en términos europeos.  
Alardeando amenaza nuclear
Mientras Washington y Moscú hacen uso de sus recursos energéticos como manera de control, ellos están enfrentados sobre sus armas nucleares que protegen sus respetivos imperios.  “En octubre, Putin dejo saber que no renovaría el programa de Cooperación de Reducción de Amenaza de América (CTR, siglas en ingles), el cual cuida los arsenales nucleares en los países anteriormente soviéticos desde 1990” (Boston Globe, 11/8/13).  En 1992, una Rusia severamente debilitada tuvo que aceptar el CTR, bajo el cual EEUU supervisaba el desmantelamiento de explosivos en lo que fuera la fortaleza de Rusia, Europa del Este y la vieja Unión Soviética.  Pero hoy Putin es el que está decidiendo, y Rusia está alardeando su amenaza nuclear en estos antiguos satélites y repúblicas soviéticas.  Georgia, invadida por Rusia en el 2008 para suprimir su apertura al Oeste, hace el mismo ruido hoy – y está recibiendo una severa respuesta de su viejo amo.  Como escribió el Primer Ministro de Georgia Bidzina Ivanshvili en el Wall Street Journal el 5 de agosto:
Georgia ya es un medio para la energía caspia…Con cuatro oleoductos a través de Georgia, nuestro gobierno ha declarado su intención de unirse a la [controlada por la Unión Europea] Comunidad Energética.  Nosotros queremos hacer del país un ejemplo de democracia estable y un socio confiable para Europa y EEUU también… Georgia ya se ha acercado a la OTAN [controlada por EEUU].
El siguiente día, Moscú literalmente se puso furioso.  Primer Ministro ruso Dmitry Medvedev apareció en la televisión de Georgia para declarar que:  
Nosotros no damos la bienvenida a la membresía de Georgia a la OTAN, para ponerlo en palabras suaves…Rusia es un país muy grande con un gran arsenal nuclear…Si hay un estado que sea miembro de otra alianza militar-política cuyos misiles nucleares están apuntando a territorio ruso, nosotros no podemos bendecir eso…tu [Georgia] te convertirás en un miembro de una gran alianza militar política la cual…es un posible enemigo si ciertas situaciones surgen.   
Medvedev se refiere a la posible guerra mundial.  Como los gobernantes de EEUU, el régimen de Putin tiene dos prioridades: fortalecer su esfera territorial de influencia (incluyendo a Georgia y el resto de Europa del Este), y cementar grandes alianzas.  Este verano vimos ejercicios militares y navales a gran escala entre Rusia y China.  
Significativamente, fue el Consejo Atlántico quien puso el discurso de Medvedev en primera plana de su pagina web (7/8/13).  El Consejo, fundado por filántropos capitalistas de EEUU y el Pentágono, está al frente aplaudiendo la expansión de la OTAN.  Más agresivamente, es el que toca los tambores a favor de una formación de aliados dirigidos por EEUU para confrontar sus rivales imperialistas.  Chuck Hagel, en su último acto el jefe del Consejo Atlántico (antes de convertirse en Secretario de Defensa de Obama) público un reporte delineando un “grupo de ensueño” pro EEUU de aliados estratégicos: India, Brasil, Indonesia, y Turquía. Los cuatro podrían movilizar ejércitos masivos para ayudar a EEUU a pelear contra sus enemigos.
¿Capitalismo? ¡No! – ¿Revolución? ¡Si!
Cuando empezó el problema Obama-Putin, los políticos de EEUU y sus secuaces debatían si la Guerra Fría de mediados del siglo pasado entre Rusia y EEUU había vuelto.  En verdad, es mucho peor para nuestra clase.  Pero como siempre, la clase trabajadora está luchando, desde las rebeliones en Sudáfrica a las huelgas de la costura en Bangladesh, desde las manifestaciones anti-austeridad en Europa del sur a las protestas contra los asesinatos de jóvenes negros por la policía de Nueva York.  
Pero debemos ir más allá de protestas y manifestaciones.  Los trabajadores debemos convertir los ataques capitalistas en una guerra de clases.  Dirigida por el Partido Laboral Progresista, nosotros podemos derrocarlos con una revolución comunista.  Únetenos y ayuda a dar liderato a nuestra clase en este camino.