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Capitalismo de EEUU: Industria de Asesinatos Racistas

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16 Diciembre 2014 45 visitas

Mientras la policía sigue asesinando a gente negra, la ira de la clase trabajadora crece.   Pero los gobernantes de EEUU y sus acólitos – desde Barack Obama a Al Sharpton – tratan de alejar la ira obrera de su blanco especifico; el sistema de ganancias.  Aunque la violencia racista azota más a trabajadores negros, también afecta a toda la clase trabajadora.  El terror patrocinado por el estado ha sostenido al capitalismo desde la era de la esclavitud.  La súper explotación de trabajadores no blancos da súper ganancias a los patrones (ver recuadro) y les permite bajar los salarios y nivel de vida de todos.  
Un reciente editorial del New York Times, vocero importante de los gobernantes, advirtió de la amenaza que posa la última ola de protestas contra la policía: “Muestra nuevamente que la desconfianza hacia los cuerpos policiales presentan un grave peligro al entramado cívico de Estados Unidos” (25/11/14).  Los rebeldes negros en Ferguson y todos los Fergusons del futuro pueden dar liderato a trabajadores en todo EEUU, incluyendo a dos millones de tropas en el ejército estadounidense.  Ellos también pueden inspirar a los trabajadores a resistir el racismo e imperialismo en todo el mundo.  
El capitalismo no tiene futuro para la clase trabajadora, y menos para la juventud negra, excepto morir en una guerra imperialista, desempleo, pobreza, sexismo y asesinatos racistas.  Los capitalistas usan el concepto anti-científico de “diferencia racial” para dividirnos y debilitar nuestra capacidad de lucha.  Solo el comunismo ofrece una solución al infierno del sistema de ganancias.  Solo una sociedad comunista puede llenar las necesidades de nuestra clase eliminando a los patrones que nos explotan y sacan sus ganancias de nuestro trabajo.  Esa sociedad obrero-comunista es por lo que el Partido Laboral Progresista está luchando.
Parece no tener lógica el remedio que ofrece la prensa capitalista y los políticos después de la ejecución de Michael Brown por la policía, Akai Gurley, Eric Garner y Tamir Rice.  Traidores a nuestra clase como Obama y el informante del FBI Sharpton piden investigaciones federales.  Sin embargo,  el Departamento de Justicia de EEUU invocado por estos payasos es parte del aparato estatal de los patrones.  Sharpton y sus compinches quieren una “conversación nacional” entre la policía y las comunidades de la clase trabajadora.  Pero nuestra clase no tiene nada que discutir con estos opresores criminales; solo eliminándolos nuestros intereses de clase serán reales.
Rol de la Policía: Proteger las  Ganancias de los Patrones
La policía jamás podrá ser reformada, a pesar de las promesas del liberal alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, y de su comisionado de policía, William Bratton.  Sean negros, latinos o blancos, los policías tienen un trabajo esencial para los capitalista.  Ellos protegen el sistema de ganancias rompiendo huelgas y reprimiendo las rebeliones de los trabajadores.   Ejerciendo terror callejero como arma principal, la policía es una parte integral del poder estatal.  
La política racista de Bratton, “ventanas rotas” – una dudosa teoría de que atacando infracciones triviales se reduce el crimen – ha llevado a cientos de miles de arrestos de trabajadores, desproporcionadamente, negros y latinos.  Mientras tanto, una renovación de “vigilancia comunitaria” induce a los trabajadores a convertirse en soplones barriales.  Ambas políticas contribuyen a la agudización de los ataques patronales a nuestra clase.  
La policía es la línea frontal para las detenciones  racistas – campaña que comenzó en la década de 1980, cuando los capitalistas ya no podían comprar la pasividad de los trabajadores con la esperanza de un empleo fabril.  Así como la competencia imperialista se ha intensificado, los gobernantes de EEUU ahora tienen más de siete millones de trabajadores en prisión, a prueba o bajo palabra (pewtrust.org).  EEUU tiene el doble de hombres negros atrapados en el sistema criminal que esclavos en EEUU en 1850 (Providence Journal PolitiFact.com, 7/12/14). Virtualmente, cada caso criminal empieza con la policía, cuyo objetivo es claramente, trabajadores negros.  “Jóvenes negros…corren más riesgo – 21 veces más – de ser asesinados que los jóvenes blancos” (New York Times, 28/11/14).
El plan de Bratton, de “re entrenamiento” de tres días para la policía seguro no cambiara el sadismo con que actuó el policía Daniel Pantaleo, quien ignoro los gritos de “no puedo respirar” de Garner.  Tampoco alterara la forma inhumana de proceder de Peter Liang.  “Mientras Akai Gurley moría en las escaleras oscuras de un edificio  de vivienda publica, el policía que le disparo fatalmente le enviaba un mensaje de texto a su representante sindical…en vez de pedir ayuda” (New York Daily News, 5/12/14).  Esto es procedimiento común para la policía en un periodo de capitalismo en crisis.  Desde 1999, cuando el crimen ha caído dramáticamente en EEUU, los “homicidios justificados” por la policía han ido en aumento.  En 1991, hubo 1,92 asesinatos por la policía por cada 10,000 crímenes violentos; para el 2011, había 3.35 (Washington Post, 15/8/14).
‘Privilegio Blanco,’ Otro               Mito Capitalista
Otra idea podrida de la clase dominante, está en boga después de Ferguson, la noción errónea del “privilegio blanco.”  Diseñada para separar a la clase trabajadora, esta idea proclama que los trabajadores blancos no pueden unirse con trabajadores negros porque su “experiencia” es tan diferente.  En realidad, nuestras experiencias nos unen; el racismo contra trabajadores negros abre la puerta para el ataque a trabajadores blancos.  Como muestra un botón: En los 80’s después que los sindicatos vendidos aceptaran los despidos de decenas de miles de trabajadores negros del auto, cientos de miles de trabajadores blancos fueron despedidos también.  Desde entonces, mientras los patrones del auto continúan apretando para mantener sus ganancias, los líderes sindicales vendidos nos atascaron con un sistema de pago de dos niveles.  El resultado: ambos trabajadores, negros y blancos, son empleados ahora con la mitad del sueldo que se había ganado antes.   Aunque los trabajadores blancos aun reciben un salario más alto que los trabajadores negros, los sueldos están bajando para todos los trabajadores.  No importa en qué cubierta te encuentres, cuando el barco capitalista se hunde todos a bordo se ahogan.  
Aunque no lo leas en el New York Times, existe una larga y orgullosa historia de unidad multirracial obrera en EEUU.  En los 30’s y 40’s, en las industrias básicas como la automotriz, acero y electricidad, trabajadores negros y blancos estaban unidos bajo el liderato comunista.  Su solidaridad forzó a los patrones a aceptar los sindicatos, la semana laboral de 40 horas, aumentos regulares de salarios, seguro de desempleo y el Seguro Social.  
Como demuestran las calles de Ferguson y Nueva York, se ve una creciente, militante y multirracial respuesta a las atrocidades de la policía.  Saliendo de más de 170 ciudades, trabajadores negros y latinos se están uniendo alrededor de sus intereses de clase.  Nuestro Partido esta activamente participando en este movimiento, dirigiendo consignas que desenmascaren la naturaleza de clase del racismo.  
Los capitalistas, al confiar en la carnicería racista de la policía para aterrorizar a la clase obrera, han mostrado su talón de Aquiles.  Su maquinaria de guerra imperialista cuenta con la lealtad de quienes son los más perseguidos.  Según el último reporte demográfico del Pentágono (2012), el 22% del personal conscripto en el ejército es “negro-afroamericano.”  Motines masivos de soldados negros entorpecieron significativamente los esfuerzos genocidas de los gobernantes estadounidenses en Vietnam.  Mientras los patrones se preparan para una guerra más extensa en Medio Oriente, su dilema está más afilado que nunca.
Construyamos un Masivo PLP
Este es un periodo cuando comunistas del Partido Laboral Progresista y sus amigos, deben jugar un papel de liderato antirracista donde quiera que estén activos – trabajo, sindicato, organizaciones comunitarias, en las secundarias y universidades, iglesias y en las calles.   A través de luchas multirraciales, los trabajadores y jóvenes pueden y deben ser ganados a unirse y construir el PLP.  Solo un partido de masas puede acabar con las atrocidades del sistema de ganancias y llevar a la clase trabajadora a la revolución comunista.