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Selma: Patrones Violentos Promocionan La No Violencia

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29 Enero 2015 51 visitas

Selma empieza con el momento en que Martin Luther King, Jr. recibe el Premio Nobel de la Paz en 1964. La película y el retrato de MLK presentan su pacifismo de manera consistente. La marcha de Selma a Montgomery concluye pacíficamente. Lyndon Johnson dice. “Esta es la razón por la que te escogí a ti y no a Malcolm X, que aboga por la violencia, para liderar el movimiento”. La película, de principio a fin, sin embargo demuestra que un movimiento pacifista que no está preparado para la violencia engendra violencia.  
La película aboga por el pacifismo y el uso del sistema legal. King y los otros líderes regulares de los derechos civiles argumentaban que su accionar dentro del sistema—en alianza con los patrones “menos malos” y a través de las cortes—les permitiría ganar la lucha contra el racismo. King y los otros toman posiciones colaboracionistas, explotando las luchas anti-racistas de los trabajadores para fomentar ilusiones reformistas sobre las elecciones, el pacifismo, y ganarse un sitio en la mesa patronal.    
El Pacifismo vs. La Violencia Clasista de las Masas
“Negociaciones, marchas, y resistencia pacífica” es la mantra de King cuando presiona por el derecho al voto. Los barreras al voto son a todas luces parte de un sistema legal mucho mayor. La película demuestra la verdad de esta afirmación, “La policía, las corte, el KKK, son parte de los planes patronales”. Para demostrarlo, cuando la última marcha pacífica termina y Viola Liuzzo se lleva a un grupo de participantes de regreso a Selma, los subtítulos anuncian que el KKK la ha asesinado.
Después de la brutal golpiza que la policía les da a un grupo en un restaurante (algunos participaban en marchas mientras King estaba en una reunión) y el asesinato de Jimmie Lee Jackson, King visita al abuelo de Jimmie. Este dice, “Dios fue el primero en llorar”. Esta declaración contrasta agudamente con la reacción de un trabajador negro al ver las golpizas a cientos de personas durante el primer cruce del Puente Edmund Pettus (así llamado en honor a un líder del KKK del Sur y senador estadounidense) saliendo de Selma y al subsecuente asesinato de Malcolm X. “Necesitamos armas”.
King le responde que no pueden ganar si el hombre mata a dos pero el gobierno racista con su innumerable armamento y equipo mata diez. La visión limitada de King no puede visualizar el poder de una clase trabajadora armada y organizada, y mucho menos la estrategia de derrotar a todo el sistema capitalista, y por lo tanto acalla las otras voces militantes.   
La Incapacidad de Desafiar                     a los Patrones
La segunda marcha en el puente muestra la incapacidad de King de confrontar a la clase dominante y al estado estadounidense. Las tropas tenían órdenes de retroceder. Pero el “instinto” de King, como James Reed, un ministro Unitario lo explica, le dijo que podría haber una emboscada y un mayor derramamiento de sangre en esta marcha multirracial. King se da la vuelta y después de una breve oración lidera la marcha—ahora con un tercio de participantes blancos de todo el país—en un repliegue. Esa noche, un grupo de racistas de Selma asesina a golpes a James Reed.  
Sólo cuando aprueban la marcha de 50 millas—después de una audiencia con las víctimas de los previos ataques como testigos—King hace serios planes para marchar todo el trayecto. Hay una conversación imaginaria entre el confeso racista Gobernador de Alabama George Wallace y el racista liberal presidente de EEUU Lyndon Johnson antes de la marcha. Los dos políticos se niegan a reconocer quien tiene la mayor autoridad sobre los derechos al voto, el Presidente, el Gobernador, o realmente el racista Registro Civil. Johnson declara que él no quiere pasar a la historia con la misma identidad que Wallace y se ve obligado a firmar.
La conclusión de la película indica que la firma de Johnson y el derecho al voto, y no la lucha militante, van a mejorar la vida de los trabajadores negros. Cincuenta años más tarde, los trabajadores negros todavía sufren por culpa del racismo criminal de la policía, las cortes y los patrones. La declaración de King “no peleamos” y el apoyo de Johnson (“el es pacifista”) es la esencia de Selma. Dos hombres cercanos a King, Andrew Young y John Lewis, ambos creyentes en el pacifismo, salen a relucir al final de la película por haber alcanzado posiciones en el gobierno. Estos siguieron engatusando a muchos trabajadores para renovar el mismo sistema que los oprime.     
Sin embargo, las acciones hablan más fuerte que las palabras. A King lo asesinaron cinco meses más tarde cuando apoyaba las demandas de los huelguistas sanitarios de Memphis. A dos de los trabajadores los había aplastado a muerte un camión defectuoso. El Alcalde Loeb se negó a llevar a cabo reparaciones o subir el sueldo miserable que mantenía a muchos trabajadores en la asistencia pública. A King se le debe recordar en la historia por su liderazgo a los trabajadores en huelga, su crítica a la guerra de Vietnam, y por demandar los derechos de los trabajadores negros y blancos.
En última instancia, los patrones lo evocan a King como un héroe porque representa las tácticas que en esencia no amenazan las raíces del racismo. Los patrones prefieren las marchas pacifistas y las negociaciones con los politiqueros que las rebeliones como Ferguson. Los trabajadores necesitan la violencia revolucionaria organizada por un partido de masas. Los trabajadores necesitan no uno sino muchos líderes que le presten servicio a nuestra clase luchando por un mundo comunista.