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Solidaridad Estudiantil vs. redadas avanza lucha por el internacionalismo

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26 Enero 2018 40 visitas

BROOKLYN, 12 de Enero—Crece la lucha masiva contra las palabras y políticas racistas y fascistas de Trump, aprender a ir mas allá de donde nos quieren llevar la clase dominante y sus lacayos es lo primero que los trabajadores y estudiantes debemos hacer si queremos derrotar el racismo y fascismo de una vez por todas.
El Partido Laboral Progresista esta orgulloso de jugar un papel dentro de la pequeña pero potente acción en respuesta a los últimos ataques anti-inmigrantes de Trump: las deportaciones masivas de trabajadores latinos y haitianos, y las redadas en el 7-eleven (cadena de tiendas), para aterrorizar a trabajadores indocumentados en todo el país.
Falso santuario en escuelas
Mientras tanto la canciller de las escuelas publicas Carmen Fariña ha presentado unos lineamientos fingiendo hacer de las escuelas un “santuario” para los estudiantes indocumentados. Su declaración es; que los agentes de ICE [la migra] no podrán entrar a las escuelas sin antes ir a la oficina del director. Con la ideología perversamente racista, anti-estudiante, de “protégete tu” y “yo primero” que existe en las escuelas, muy pocos directores resistirán dichas circunstancias.
Los estudiantes y maestros quieren avanzar esa lucha. Durante una semana, el mes pasado en la secundaria Queens, se obtuvieron miles de firmas en una petición en línea demandando que ICE parara el proceso de deportación de un padre de familia. Después de recibir miles de firmas la administración hizo su propia petición y pidió al cuerpo estudiantil que agregue mas firmas. Después el racista Trump hizo su ya famoso comentario sobre los países negros como “países de mierda”. La ira de la clase trabajadora no se hizo esperar.
A los seudo lideres liberales de las escuelas les encanta hablar, mientras socavan la acción militante.
Pero cuando se llamo a una manifestación, la misma administración rápidamente trato de enfriar la cosa, pues las amenazas de “consecuencias” para los estudiantes que decidan manifestarse, viajaron rápidamente por las redes sociales y grupos de “chat” [charlas]. Desafiando la campaña de intimidación, varios estudiantes fueron al 7-eleven en una visita de solidaridad que se convirtió en un animado plantón.
Las jóvenes lideran plantón
Un grupo multirracial de media docena de estudiantes casi todos mujeres, quienes dieron liderato y a quienes se les unió un grupo de maestros luchadores de un grupo de derechos de los inmigrantes de la iglesia, algunos facultativos de una universidad cercana, y unos trabajadores retirados de un sindicato local.
Llegaron en total 24 personas, fue un plantón pequeño, pero ¡“no somos los únicos”! En especial considerando la naturaleza de la manifestación.
Formamos una línea de piquete alrededor del 7-eleven coreando con energía. Mucha gente que pasaba por ahí paraba a mirar, aplaudir, y elevar sus puños. Algunos corearon con nosotros.
Las consignas ¡“Alto a las deportaciones racistas”! y ¡“Los trabajadores no tenemos naciones”! además de ¡“Donald Trump, no te escaparas, te acusamos de genocida”!
Claro, las consignas de pregunta y respuesta tuvieron mucha acogida, como ¿Qué significa el racismo? ¡TENEMOS QUE LUCHAR!¿Qué significan las deportaciones? ¡TENEMOS QUE LUCHAR!¿Qué significa el sexismo? ¡TENEMOS QUE LUCHAR!¿El imperialismo? ¡TENEMOS QUE LUCHAR! ¿Qué tenemos que hacer? ¡TENEMOS QUE LUCHAR!
Los estudiantes secundarios tuvieron su propia consigna: ¡“Las deportaciones lesionan las relaciones”!
Un gesto de solidaridad
Los trabajadores dentro del 7-eleven nos recibieron amablemente. Aunque no pudieron salir a unirse a nuestro plantón, cuando nos íbamos nos ofrecieron bebidas gratis, un gesto significativo de agradecimiento y solidaridad.
Todos nos fuimos envalentonados por el planton y dispuestos a organizar a mas amigos la próxima vez. Para muchos fue su primera manifestación. Fue conmovedor ver a mujeres jóvenes militantes, negras, latinas, asiáticas dando liderato, apoyadas por veteranos trabajadores luchadores de las iglesias, universidades, retirados, y de grupos comunitarios, marchando, coreando consignas juntos.
Las ideas comunistas, en manos de las masas, se pueden convertir en una fuerza material capaz de romper las divisiones que la clase dominante trata de imponer a nuestra clase, sean estas fronteras entre naciones, o líneas que usualmente separan a jóvenes de viejos activistas. ¡Tenemos un mundo que ganar!