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Torpeza de Trump en G-7 sirve a la caída de EE.UU.

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15 Junio 2018 33 visitas

La torpeza del presidente Donald Trump en el Grupo de los 7 en Quebec, muestra el caos y decadencia que plaga el imperialismo estadounidense. Al rehusarse a firmar el comunicado de cierre y después atacar al primer ministro canadiense Justin Trudeau, como “débil” y “deshonesto” a tan solo tres días de la reunión con Kim Jong Un de Corea del norte, Trump ha alienado aun mas, a los aliados mas cercanos de EE.UU. La semana pasada, insulto a la Unión Europea, Canadá, y México imponiendo aranceles al acero e importaciones de aluminio.
Según el New York Times, vocero del ala principal de la clase dominante estadounidense, Trump “insulto al Grupo de 7 naciones que Estados Unidos ha dirigido por mas de cuatro décadas y, esencialmente, declaro una guerra política abierta contra los vecinos mas cercanos de Estados Unidos”(10/06).
Antes de Trump, EE.UU. y sus aliados mas importantes (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, y Japón) colaboraban en como controlar a enemigos imperialistas en común, China y Rusia. Trump ha destruido esta tradición y con ello, el “orden internacional” es decir, el “orden mundial liberal” – o lo que significa para los patrones capitalistas; la estructura para el dominio imperialista estadounidense post segunda guerra mundial. Interesantemente, Trump pidió que se le permita re-ingresar a Rusia al G-7, cuatro años después que ellos fueran expulsados por anexar a Crimea.
“Primero América” una propuesta perdedora
Para el ala del capital financiero dominante como JPMorgan Chase y ExxonMobil, el oportunismo indisciplinado de Trump amenaza su posición sobre sobre la jerarquía financiera de los imperialistas. Los políticos, republicanos y demócratas, secuaces que sirven la agenda patronal, atacan la política exterior y las decisiones comerciales de Trump. Salir del Acuerdo Climático de Paris, escabullirse del acuerdo nuclear con Irán, mover la embajada estadounidense a Jerusalén, instigar una guerra arancelaria –cada provocación, dicen, deja a EE.UU. cada vez mas aislado y menos capaz de proyectar su poder. Los patrones estadounidenses se preocupan que la arremetida de Trump hacia un racismo y fascismo abierto desenmascare su sistema asesino de ganancias quitándole su fachada de “democracia” y socave sus esfuerzos de revigorizar el patriotismo estadounidense para enlistar a los trabajadores en su próxima guerra mundial.
Mientras tanto, los descontentos aliados estadounidenses tratan de recuperar lo poco que queda de su orden mundial liberal, esperando a “un presidente que comparta sus valores” después de las elecciones de 2020 (The Atlantic, 10/6). O como Richard Haass, presidente del Consejo en Relaciones Exteriores, principal grupo de expertos asesores dijo: “Estados Unidos se ha bajado del pedestal solo” (Ecomomist, 7/6).
Los cálculos de Trump
En los últimos meses, Trump ha desafiado mas abiertamente a los patrones que tratan de contenerlo. Despidió a Rex Tillerson, anterior Secretario de Estado, quien fuera ejecutivo de ExxonMobil y a H. R. McMaster, Consejero de seguridad Nacional y miembro del Instituto Hoover. Ambos operativos confiables del ala principal. En su lugar Trump nombro a Mike Pompeo, quien fuera congresista favorito de los Hermanos Koch, y a John Bolton, quien ha hecho carrera saboteando acuerdos multilaterales como el Acuerdo Nuclear con Irán.
El ala estadounidense orientada a lo nacional (dirigida por los Koch, Mercers, y Sheldon Adelson, entre otros) no tiene interés en invertir en un masivo cuerpo militar terrestre, el cual se requiere para el orden mundial dominado por EE.UU. Como resultado, le dan menos valor a las alianzas internacionales que Trump esta saboteando.
Pero, el ala patronal principal no se esta quedando cruzada de brazos. Ellos tratan de domar a Trump, por eso la investigación Mueller. En mayo de 2016, el consejero de política exterior de Trump, George Papadopoulos le dijo al embajador australiano en Bretaña, Alexander Downer, que Rusia tenia “información degradante” de Hillary Clinton (Observer, 5/6). Papadopoulus resulto ser uno de los muchos incompetentes abriendo el escrutinio contra Tump, dándole apertura a grupo de Mueller. Si esta apertura lleva a algún lado en un futuro cercano dependerá de si el ala principal de los patrones desea arriesgar una guerra civil con la base racista del presidente.
Tarde o temprano, el ala principal tratara de aplastar el ala nacional. Antes que puedan imponer el fascismo y la guerra mundial sobre la clase trabajadora, el ala principal de patrones necesitar mucha mas disciplina en sus filas.
El riesgo es alto
El riesgo para la clase dominante estadounidense es alto. Su posición como el imperialista dominante esta en juego. En África, inversionistas chinos han excedido a EE.UU. desde 2009 (FT, 13/6/17). En Sudamérica, China ya es el socio comercial mas grande de Argentina, Brasil, Chile y Perú (Atlantic 3/2). El aceleramiento militar chino en le Mar del Sur de China sigue sin parar. Mientras tanto la continua pesadilla para los trabajadores en Siria demuestra como Rusia esta superando a EE.UU. en el Medio Oriente.
Como dice Foreign Affairs (30/4): “La era de Pax Americana termino, pero el próximo capitulo sobre el papel de América en el mundo aun esta por escribirse. Vamos hacia un nuevo orden mundial, y Estados Unidos deberá tomar un papel de liderato en moldear cual deberá ser ese orden. Si no lo hace, el resultado será decidido sin él, sin sus intereses y sus valores”.
También el riesgo es alto para la clase trabajadora internacional. Cualquiera que sea el resultado de esta investigación, proceso legal o elecciones, perjudicaran a la clase trabajadora. Los gobernantes estadounidenses podrán tener sus conflictos internos o externos, pero siempre estarán de acuerdo en explotar a la clase trabajadora, en usar sus cuerpos para la próxima guerra petrolera. Nuestros hermanos y hermanas de clase deberán de ver mas allá de la mascara capitalista de “democracia”.
El error mas letal que podemos hacer es tomar partido en la lucha entre patrones capitalistas. Robert Mueller y el FBI son los asesinos profesionales a sueldo de los patrones, son los mas letales y racistas enemigos de la clase trabajadora. Esperar un proceso legal contra Trump es aliarse a un segmento de la la clase dominante que esta aun mas dispuesta y capaz de desatar la guerra y el fascismo contra el mundo. Nos dicen que Trump destruye la “democracia”. Pero para los trabajadores la democracia electoral capitalista siempre ha sido un mito peligroso, un manto para cubrir la dictadura brutal de los capitalistas. ¡No es solo Trump, es el capitalismo!    Ningún presidente podrá servir los intereses de los trabajadores. Solo una revolución comunista liderada por el Partido Laboral Progresista, podrá crear el mundo que necesitamos.