El último ataque brutal de Donald Trump contra inmigrantes indocumentados y sus hijos acelero el fascismo dentro de un imperialismo estadounidense decadente.
Trump es apoyado por un masivo sector racista de la clase trabajadora que utiliza como chivo expiatorio y demoniza a los trabajadores inmigrantes, culpándolos de todos los males del sistema de ganancias – aun cuando los patrones sobre explotan su mano de obra. Pero las grandes masas de trabajadores alrededor del mundo han respondido con rabia y repugnancia a este abuso de niños patrocinado por el estado; que ha dejado a más de dos mil niños traumatizados. Estos trabajadores están presionando en apoyo a sus hermanos y hermanas de clase, y los políticos tratan de esconderse.
El 20 de junio, en respuesta a las crecientes protestas y deserción de su propio campo racista, el Terrorista-en-Jefe firmo la orden ejecutiva de modificar su política de “cero tolerancia” de perseguir a todos los que cruzan la frontera sin documentos, incluyendo quienes buscan asilo – y raptar a los niños. Videos de jóvenes en jaulas y grabaciones de niños llorando desconsoladamente pidiendo a sus mamas, nos recordó los antiguos campos de concentración, empezando con los campos de reclusión de japoneses de Franklin D. Roosevelt durante las Segunda Guerra Mundial a los campos de muerte de los Nazis en Alemania. Trump continuo esta tradición fascista con su perorata racista que culpa a los demócratas por permitir que los inmigrantes “ilegales infecten nuestro país” (CNN, 19/6).
Monstruoso trato de niños latinos
Los patrones capitalistas – demócratas o republicanos – tienen un historial monstruoso de victimización de niños para aterrorizar y dividir a la clase trabajadora. Por mas de dos siglos de esclavitud en EE.UU. un sin numero de niños fueron comprados y vendidos. En la década de 1970, más de uno de tres niños indígenas fueron robados de sus familias por agencias gubernamentales e instituciones religiosas (dailykos, 2/2/13).
Cuando, el 26 de junio, la corte suprema estadounidense sostiene la prohibición racista anti-musulmana de vuelos de Trump, los patrones han declarado una cacería de inmigrantes – y han probado nuevamente que la constitución estadounidense no sirve para nada. Para implementar su rapto legalizado, la Gestapo de la guardia fronteriza estadounidense le mintió a los padres diciendo “que llevarían a los niños a bañarse” (Los Ángeles Times, 16/6). A otros, entre ellos una madre lactante, les arrancaron a los hijos de sus brazos (Hufffington Post, 22/6). Durante la noche, el departamento de Seguridad Nacional, envío a dos bebes de menos de un año a un aeropuerto en Michigan (Detroit Free Press, 20/06).
El abuso en estos campos de concentración es generalizado. Un joven de 14 años en McAllen, Texas, dijo que lo “esposaron y amarraron a una silla con una mascara en su cara solamente con dos agujeros para respirar”. Unos cinco niños describieron similares castigos, incluso uno que dijo que por mas de dos días lo amarraron desnudo a una silla (CNN, 21/6).
El 26 de junio, un juez federal ordeno a la administración de Trump reunir a las familias separadas por más de 30 días, y los niños menores de cinco años en 14 días. Debido al caos administrativo y además que muchos padres han sido deportados, el impacto de este fallo es incierto. Cientos de niños probablemente quedaran atrapados en las instituciones del país por periodos indefinidos, sin contacto con sus familias. Como escribió el juez: “bajo el actual sistema, los niños migrantes no son tomados en cuenta con la misma eficacia y certeza como se lo hace con las propiedades” (New York Times, 27/6). Bajo el capitalismo los trabajadores son considerados productos desechables.
Trump fomenta el fascismo
Mientras que el racismo anti-inmigrante de Trump representa un claro paso hacia el fascismo, la base para ello fue preparada por sus predecesores de ambos partidos. En 1996, Bill Clinton apoyo la Reforma de Inmigración Ilegal y La Ley de Responsabilidad Inmigrante, las cuales autorizaban un muro fronterizo y aumentar la patrulla fronteriza, permitiendo el encarcelamiento de inmigrantes indocumentados por hasta dos años antes de ser deportados. En 2005, la ley Operación Streamline de George W. Bush criminalizaba aun mas a los migrantes, si cruzaban la frontera una segunda vez, los cargos serian felonías.
Barack Obama Deportador-en-Jefe, forzó a cerca de 3 millones de personas a salir de EE.UU. aunque fue vanagloriado por su apoyo al Dream Act, “en realidad contribuyo a la criminalización de un gran grupo de inmigrantes, por lo tanto, le abrió el campo a la retorica de Trump. También utilizo la política de Bill Clinton, ‘duro con el crimen’, para poder relacionar la criminalización de los inmigrantes con la criminalización de la gente de color. También ayudo a fomentar los miedos raciales de los blancos” (Nation, 25/4/17). Bajo la orden de Trump del 20 de junio, el gobierno montará un campo de concentración “familiar”- la solución ofrecida por Obama. Otra propuesta seria encerrar hasta 20,000 “niños extranjeros no acompañados” en cuatro bases militares en Texas y Arkansas (NYT, 22/6).
Envalentonado por una aprobación de 90% entre los republicanos (NYT, 24/6), Trump sigue desafiante. Vocifera mentiras sobre la criminalidad ficticia de inmigrantes mientras pide que se acabe con los procedimientos legales y se elimine a los jueces que escuchan los pedidos de asilo.
Divisiones dentro de un imperio decadente
Pero Trump podría estar llegando al límite de lo que el ala principal de la clase dominante estadounidense pueda tolerar, al menos por el momento. Aunque a los capitalistas financieros no les importan los inmigrantes, a ellos les preocupa las alianzas multilaterales que podrían sostener a su tambaleante imperio, desde la OTAN al TLCAN – todo en peligro bajo la agenda de “América Primero” de Trump. A los patrones también les preocupa la capacidad del inepto presidente de contener a los crecientes rivales imperialistas, China y Rusia.
El capitalismo esta en crisis en el mundo, con la dirección estadounidense de un “orden mundial liberal” en decadencia. Desde Europa del Este a Turquía a las Filipinas, gobernantes nacionalistas han tomado el poder. Los antiguos aliados incondicionales de EE.UU., como Alemania, Italia, y Gran Bretaña, están en un caos interno. En el New York Times (18/6) un artículo de opinión titulado “La Caída del Imperio Americano”, Paul Krugman, vocero del ala principal, lamento los últimos ataques anti-inmigrantes de Trump y el declive del imperialismo estadounidense:
Cometer atrocidades en la frontera, atacar las leyes domesticas, insultar lideres democráticos mientras alaba a maleantes, y romper con los acuerdos comerciales son, todo, el fin del excepcionalísimo estadounidense, dar la espalda a los ideales que nos diferenciaron de otras naciones poderosas…
Éramos líder del mundo libre, una fuerza moral, financiera, y militar. Pero lo hemos tirado todo a la basura.
Mientras tanto, el ejercito estadounidense ve crecer el alistamiento de trabajadores latinos (Pew Research Center, 12/4/17) – un grupo de vital importancia para el ala principal y sus planes de una eventual tercera guerra mundial. Deberán encontrar la forma de ganar a millones de jóvenes a morir por el imperialismo estadounidense, la idea principal detrás del Acta del Sueno de Obama. Los gobernantes también necesitan del racismo, para dividir y explotar a nuestra clase – pero Trump lo ha puesto todo al descubierto, demasiado obvio, demasiado feo. Las suplicas liberales de “Humanidad” en realidad son un llamado para sostener la supremacía global de EE.UU.
Solidaridad Internacional
Los trabajadores se rebelan para decir: BASTA. Ha habido manifestaciones contra las deportaciones de antirracistas en Nueva York, Chicago, Boston, Los Ángeles, Houston, Berlín, Paris, y Londres. Su solidaridad representa una tremenda oportunidad para el revolucionario comunista Partido Laboral Progresista.
Para el PLP y su base internacional, la crisis de migración mundial recalca nuestra lucha por la construcción de un mundo sin fronteras racistas. Mientras el capitalismo se desmorona y el fascismo se intensifica, también el movimiento de la clase trabajadora crecerá y se propagara por todo el mundo. Estamos unidos en la misma lucha: Una clase trabajadora, un Partido, un mundo bajo la bandera roja del comunismo. ¡Acabemos con las deportaciones! ¡Únete al PLP!
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Trump acelera fascismo anti-inmigrante en medio de declina de EE.UU.
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- 29 Junio 2018 80 visitas