CIUDAD DE NUEVA YORK, 20 de febrero—dieciocho años después de que se creara el proyecto de ley en 2001, el estado de Nueva York acaba de aprobar su propia versión del Dream Act, que brinda a algunos estudiantes universitarios indocumentados seleccionados acceso a ayuda financiera. El Dream Act es una victoria para los jefes liberales, representados principalmente por el Partido Demócrata, que buscan explotar a los jóvenes indocumentados como una pieza de ajedrez en sus juegos de guerra y fascismo.
Una pesadilla viviente
El DREAM Act (acrónimo para Development, Relief, and Education for Alien Minors Act) fue un camino hacia la residencia permanente condicional para jóvenes indocumentados que demuestran “buen carácter moral” y sirven dos años en el ejército o la universidad sin ayuda.
Este Dream Act a nivel estatal no puede detener la deportación ni otorgar ningún derecho legal a permanecer en los Estados Unidos. En cambio, promete a los jóvenes la elegibilidad para recibir ayuda estatal para la universidad. “El Centro de Políticas de Inmigración estima que, debido a restricciones financieras, solo del 5 al 10 por ciento de los 4,500 estudiantes indocumentados que se gradúan de las escuelas secundarias de Nueva York cada año continúan para obtener títulos universitarios” (NY Times, 1/23). Nueva York será ahora uno de los siete estados que han aprobado una legislación similar.
Cuando le di la noticia a mi familiar indocumentado, ella lloró y luego suspiró, “mejor que nada”.
Mientras que el movimiento liberal anti-Trump está aclamando esto como una victoria, en realidad es una bofetada. Al igual que nuestros hermanos y hermanas negros y latinos (ciudadanos o no), las familias indocumentadas viven bajo la amenaza del terror estatal. Alguna ayuda financiera estatal es útil para aquellos que pueden pagar la universidad en primer lugar. Nuestra clase merece más que migajas para los pocos seleccionados que mantienen la cabeza baja y no cuestionan. Los gobernantes liberales están ganando a jóvenes negros, latinos y asiáticos en un grado de cinismo que ahoga el potencial de rebelión en la base.
Por supuesto, nadie ve este NY Dream Act como el final de una lucha. Más bien, es el comienzo. La pregunta es, ¿quién lo liderará, la clase obrera bajo la influencia comunista o la clase dominante bajo la influencia imperialista.
Los jefes liberales juegan a niños indocumentados
La aprobación de este patético Dream Act refleja cómo la clase dirigente de los Estados Unidos usará la lucha contra las deportaciones como una forma de comprar votos y lealtad a su agenda de guerra imperialista. Cuando los trabajadores se alían con nuestros enemigos de clase, nos estamos convirtiendo en un elemento clave del fascismo: la unidad de todas las clases.
“ Pasar el Dream Act reflejó el giro del Partido Demócrata a la izquierda sobre la inmigración, un tema que los líderes del partido una vez manejaron cautelosamente por temor a enojar a algunos votantes blancos ... Los aspirantes a la presidencia del partido en 2020, incluidos algunos que una vez sostuvieron opiniones más optimistas sobre la inmigración, como La senadora Kirsten Gillibrand de Nueva York: ya se está moviendo para tranquilizar a los activistas liberales sobre el tema en un esfuerzo por protegerse a sí mismos en la campaña de 2020 ”(NY Times, 1/23). No confundamos el oportunismo de estos políticos con el apoyo real a las familias inmigrantes.
Después de todo, este es el mismo partido que deportó a 3 millones de personas bajo la presidencia del liberal Barack Obama. “A partir de 2016 ... la cantidad de personas que viven en los Estados Unidos sin documentos disminuyó a 10.7 millones, desde un máximo de 12.2 millones en 2007. El fuerte descenso se produjo en gran medida durante la administración de Obama y después de la Gran Recesión. Las deportaciones también aumentaron bruscamente durante ese tiempo ”(NY Times, 11/27). ¿Dónde estaba entonces el grito liberal para la humanidad?
Conducir una cuña entre estudiantes y trabajadores
Las consecuencias del Dream Act son mucho más insidiosas, ya que la legislación no solo disciplina a los jóvenes de clase trabajadora por el nacionalismo, sino que también enfrenta a los estudiantes contra los trabajadores.
El canciller del Departamento de Educación de Nueva York, Richard Carranza, calificó a estos estudiantes como “los mejores de la ciudad de Nueva York y de los Estados Unidos ... Han ido a la escuela, han obtenido excelentes calificaciones y en muchos casos, han servido a nuestras comunidades y a nuestro país ...” (Chalk Beat, 1/10 ). Al limitar la lucha a los “buenos niños”, esta reforma elitista criminaliza a los padres y adultos cuyo único “crimen” es cruzar una frontera artificial.
Nada más que la desesperación y el amor por los propios hijos harán que un padre haga el peligroso viaje a través del desierto, solo para arriesgarse a vivir en campos de concentración o vivir bajo la amenaza de ser atrapado como una presa. Estas son las opciones bajo el capitalismo.
Esta reforma reafirma el mito de levantarte por correas de arranque, en ese sentido, la culpa se remonta a las familias indocumentadas por ser indocumentadas, mientras que el sistema se escapa. La clase obrera no falló; el sistema nos preparó para el fracaso.
Debemos rechazar el intento de los patrones de dividirnos entre inmigrantes “buenos” y “malos”. Hay que ver a través de la postura del ala liberal. Debemos organizar a todos los que nos rodean para invocar el amor de nuestra clase a través de las fronteras luchando por un mundo en el que nos definimos, no por los papeles que tenemos, sino por nuestro trabajo, creatividad y contribución al comunismo.