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Marea Rosa de gobiernos “izquierdistas” en Latino América

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26 Octubre 2019 85 visitas

En el 2000, varios países de América Latina eligieron gobiernos socialistas democráticos, en lo que se llamó la “Marea Rosa”. Estos gobiernos instituyeron reformas al capitalismo. Ahora las reformas han sido eliminadas y los políticos de la Marea Rosa están desacreditados. Las guerras capitalistas, la explotación, el racismo y el machismo continúan. Para eliminar estas lacras, los trabajadores debemos abolir la clase capitalista y su gobierno, y reemplazarlos con un gobierno comprometido con la clase trabajadora. Eso es el comunismo.
Surgimiento de la Marea Rosa
Durante los años 70 y 80, los gobiernos de Latino América aceptaron préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) liderado por los EEUU. Cuando no pudieron pagar los préstamos, EEUU los obligó a adoptar la austeridad neo-liberal, que implicó la liberalización de los controles fiscales, la reducción de gastos gubernamentales, despidos, y la privatización de los servicios. Las protestas masivas promovieron la elección de los políticos de la Marea Rosa que prometían reformas.
Estos políticos propugnaban el “socialismo democrático”, o la reforma del capitalismo. Mientras proveían asistencia pública a los trabajadores, negociaban con varios capitalistas. Les exigieron más ingresos a los imperialistas petroquímicos y mineros, ya sea a través de la nacionalización o la restructuración de los acuerdos con los inversionistas extranjeros. Todos los países de la Marea Rosa incrementaron el comercio y las inversiones de Rusia y China. La venta de productos primarios hizo posible el pago en efectivo a los trabajadores, lo que brevemente elevó salarios. Cuando cayeron los precios, se recortaron estos pagos, y regresó la pobreza. Los trabajadores se opusieron entonces a los políticos de la Marea Rosa.   
Venezuela
Venezuela depende de los ingresos que genera la exportación de su petróleo para comprar alimentos y manufacturas en el extranjero. El Presidente Hugo Chávez prometió una Revolución Bolivariana. Sus reformas incluyeron: pagos en efectivo a los trabajadores, reforma agraria, vivienda y cuidados médicos gratuitos, alfabetización, etc. Criticó al capitalismo, pero su gobierno incluyó líderes militares y capitalistas. Chávez denunció el Imperialismo de EEUU pero implementó la política de austeridad del FMI, y mantuvo a EEUU como el principal socio comercial de Venezuela. En el 2017, durante el gobierno de Maduro, sucesor de Chávez, la inflación llego al 1’698,488 por ciento (Reuters, 21/2/18).
Brasil
El Partido de los Trabajadores (PT) socialista democrático tenía una plataforma anti-capitalista: cancelar la deuda internacional, nacionalizar las empresas, redistribuir la tierra, y abolir el capitalismo. Pero el presidente del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo exactamente lo opuesto. Implemento la austeridad del FMI sobre los trabajadores, pero invirtió $343 billones para promover el capitalismo local. Por otro lado, su programa de asistencia pública costó $10.13 billones al año. (Guardian, 17 de Dic. 2013). Por un tiempo Lula fue muy popular. Las exportaciones pagaron por los programas sociales de Lula. Cuando la caída de los precios de los productos primarios causó una recesión, se cancelaron los pagos a los trabajadores y finalmente su sucesora, Dilma Rousseff, fue destituida.
Bolivia
Evo Morales de Bolivia lideró un movimiento popular contra el imperialismo. Morales nacionalizó las industrias petroquímicas para darles $5 billones al año a los trabajadores. Mientras crecía la economía, los capitalistas locales se beneficiaban. Simplemente distribuyó algunas de las ganancias de las exportaciones para comprar votos, al mismo tiempo que ayudaba a que la industria minera usurpara tierras indígenas.
Ecuador
Rafael Correa salió elegido en el contexto de un movimiento masivo contra la austeridad y la usurpación minera de tierras indígenas. Correa expulsó las bases militares de EEUU y a la Agencia para el Control de Drogas (DEA) del Ecuador, redujo la deuda externa al 60 por ciento, y reestructuró los acuerdos petroleros. Estos ingresos permitieron pagos a los trabajadores de $30 por mes. Para el 2009 aceptaba abiertamente la austeridad neo-liberal y estaba del lado de la industria minera. Las protestas populares lo expulsaron del país en el 2017.
Argentina
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner llegaron al poder como Peronistas de izquierda. Argentina había sido el país más industrializado de América Latina. La austeridad neo-liberal de los 90 puso fin a las barreras comerciales, destruyendo industrias y creando desempleo masivo y pobreza. Un movimiento masivo de trabajadores desempleados piqueteros bloqueó carreteras en toda la Argentina en el 2001 y 2002.
    Néstor Kirchner prometió reformas y su esposa reestructuró la deuda externa. Cuando cayeron los precios de las principales exportaciones argentinas, Fernández eliminó muchos de los programas sociales.  
Cambios duraderos requieren la revolución comunista
Sin abolir el capitalismo, las reformas obreras pronto se pierden. La Marea Rosa asumió gobiernos capitalistas existentes y les dio algunas migajas a los trabajadores. Pero los trabajadores no dirigían la sociedad; no controlaban nada. Los capitalistas controlaban la economía, las cortes, el parlamento, la policía y el ejército. Los capitalistas eliminaron las reformas tan pronto pudieron.
Estos gobiernos de la Marea Rosa temporalmente encubrieron algunos feos aspectos del capitalismo, ayudando a que los capitalistas locales se mantuvieran en el poder durante las rebeliones masivas. Cooperaron con los capitalistas locales y apoyaron las conexiones financieras con los imperialistas rusos y chinos. La reforma promueve el capitalismo.
El Partido Laboral Progresista se propone derrocar al capitalismo y organizar un sistema de poder obrero dedicado a la superación de la clase trabajadora mundial. Eso es el comunismo.    
Aprendamos de los Errores
Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Alexandra Ocasio-Cortez tratan de atraer a la clase trabajadora en los EEUU. Prometen un salario mínimo de $15 por hora, Medicare para todos, universidad pública gratuita, y un Nuevo Acuerdo Verde. Algunos trabajadores se podrían beneficiar. Pero las reformas capitalistas son temporales y se avecina más explotación y guerras de lucro. Mientras luchamos por reformas, no nos dejemos distraer de nuestra meta final: un mundo sin guerras, racismo, machismo, explotación y desigualdades.
Podemos construir un mundo con viviendas, trabajos, cuidados de salud, educación y más, todo dirigido por y para la clase trabajadora. Pero no se consigue votando. Los patrones no nos van a dejar que con un voto les quitemos su dinero y su poder. Debemos destruir el capitalismo con un movimiento organizado para la revolución comunista. Únasenos.