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Australia: los patrones aprovechan la crisis climática para el fascismo

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07 Marzo 2020 41 visitas

En Australia, la naturaleza letal y destructora del capitalismo global se ha desplegado por completo. Años de sequía en los estados orientales del país han llevado a los peores incendios de su historia. Desde septiembre de 2019, unas 30 personas han muerto y más de 14 millones de acres se han quemado, un área comparativa al estado de West Virginia (New York Times,1/3). Mas de mil millones de animales han perecido en la carnicería.
La culpa de esa devastación recae en los patrones capitalistas. A ellos les gusta culpar a otros, diciendo que tenemos que escoger mejores opciones de vida para revertir el cambio climático, cuando en realidad son ellos y su sistema de ganancias – especialmente los combustibles fósiles – que están llevando el ambiente al colapso.
Para la clase gobernante local, los fuegos australianos representan una oportunidad de imponer mas disciplina fascista sobre los trabajadores. Mientras tanto, los imperialistas estadounidenses y chinos tratan de aprovecharse de la crisis intentando crear una ventaja competitiva en la región, la cual tiene una importancia estratégica para la próxima guerra militar global.
El revolucionario comunista Partido Laboral Progresista (PLP) hace un llamado a la clase trabajadora internacional a rechazar las “soluciones” patronales a las crisis ambientales, pues eso sentencia a millones de trabajadores a muerte cada año. Construyendo un Ejercito Rojo masivo dirigido por el PLP, podemos derrocar a los gobernantes con una revolución comunista. Al abolir el dinero y las ganancias, podemos crear una sociedad colectiva que luche por la seguridad de la clase trabajadora y la sostenibilidad ecológica.
La Marea Imperialista cae a pico
Por décadas, Australia ha estad fuertemente ligada a EE.UU., principal poder imperialista en el mundo. Poco después de la Segunda Guerra Mundial, los patrones estadounidenses crearon sus alianzas militares con Australia para contener el avance de la Unión Soviética (que aun era un estado obrero en ese entonces) y a los comunistas en China quienes acababan de emerger victoriosos después de años de guerra contra varios ejércitos.
En los últimos años, los capitalistas chinos han proyectado más poder en el mar del Sur de China y la región del alto Pacifico, en donde están las rutas de transporte marinas y miles de millones en comercio (Geopolitical Futures, 3/2). Los patrones estadounidenses tratan de contrarrestar fortaleciendo sus lazos con Australia. Desde el 2005, los ejércitos de estas dos naciones han tenido ejercicios de entrenamiento dos veces por año, compartiendo logística, aterrizajes anfibios, y operaciones aéreas (Army Technology, 29/7/19). En la ciudad costera del norte, Darwin, viven 2.500 marines. A finales del 2018, el vicepresidente Mike Pence anuncio un compromiso junto con Australia para modernizar la base naval Lombrum en isla Manus, cerca de Papua Nueva Guinea, o PNG (Reuters, 16/11/18). Esto ocurrió durante la extensión de la iniciativa china del cinturón de seda y el desarrollo de puertos en PNG. Mientras tanto el Instituto Naval de EE.UU. advertía:
La posición dominante de Manus al norte de Papua Nueva Guinea, permitirá que China regule las líneas de comunicación (SLOCs, siglas en ingles) que van hacia el mar oriental de Australia y Nueva Zelanda. La isla de 2.100 kilómetros cuadrados también controla a quien se acerque en Asia del este. Es más, MIlan Bego, prominente pensador naval dice que “las bases que bordean rutas de transporte amigas o enemigas…provén una ventaja en ambos ofensa y defensa en tiempos de guerra” (usni.com, diciembre 2018).
Aun cuando la clase gobernante australiana sigue inclinándose hacia EE.UU., los patrones chinos continúan extendiendo su presencia en la isla continente. China es el principal importador de productos australianos, y deja miles de millones de dólares en ingresos por turismo (Wall Street Journal 9/2). Cabe notar que los patrones australianos se adhirieron como miembros fundadores del banco Asian Infrastructure Investment, una alternativa al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, dominado por EE.UU. (ACRI, 25/4/19).
Conforme crece la influencia económica china en y alrededor de Australia, esta lleva a mas ambiciones militares, lo cual podría desencadenar una respuesta de EE.UU. y un conflicto inter imperialista en una región inestable.
Construyendo el fascismo, un desastre natural tras otro
La clase gobernante australiana tuvo mas de diez años para prepararse para este ultimo cataclismo ambiental. Los incendios forestales en Victoria de febrero de 2009 fueron los más devastadores del país (The Guardian, 6/2/19). Pero, en vez de crear más regulaciones ambientales y mejorar la infraestructura de prevención de incendios, ellos clamaban que el acceso a la tecnología protegería a los trabajadores y la vida silvestre (The Conversation, 6/2/19). Como siempre, ellos estaban equivocados. Y como siempre los trabajadores pagan por su negligencia y avaricia.
Australia es el exportador más grande de carbón y gas, y el primer ministro Scott Morrison es su mejor promotor. Según un grupo de expertos en análisis alemán, el país es el último de 57 naciones por la política del cambio climático. (guardian.com, 10/12/19). Mientras los desastres climáticos capitalistas son más frecuentes e intensos, los patrones los utilizan para construir el fascismo. “Bajo la legislación pendiente en Tasmania, y que se espera sea copiada por toda Australia, los manifestantes ambientales enfrentan hasta 21 años en la cárcel por manifestarse” (New York Times, 3/1). Los patrones alrededor del mundo se preparan para las inevitables rebeliones ambientalistas. Una nueva ola de leyes fascistas y contra la protesta nos hacen recordar las leyes anti-terroristas en todo EE.UU. que el Congreso paso después de 11/9.
El reformismo liberal no puede salvar a los trabajadores del desastre climático
Mientras los patrones buscan explotar las crisis ambientales para construir el fascismo, muchos trabajadores y jóvenes comprenden que el cambio climático representa un riesgo real para su futuro. Grandes números se están movilizando dentro de movimientos de masas como la huelga climática en septiembre de 2019, la mayor manifestación en la historia de Australia, seguida de la masiva “Rebelión de la Extinción” y protestas contra la minería en Melbourne (NYT, 6/11/2019). En algunos casos, los estudiantes militantes se han convertido en la cara del movimiento, liderando la acusación de llamar a los desastres no naturales provocados por los capitalistas.
Pero no pasó mucho tiempo para que los jefes liberales y los revisionistas cooptaran el movimiento, cambiando el enfoque de los multimillonarios de combustibles fósiles de Australia a una campaña para expulsar a Morrison (CBS News, 1/10). En ausencia de un liderazgo comunista revolucionario, lo que comenzó como un movimiento anticapitalista se canalizó rápidamente hacia el callejón sin salida de la política electoral reformista.
La revolución comunista revertirá el desastre climático
La clase trabajadora internacional no puede dejarse engañar por falsos izquierdistas o liberales vendidos. Todos estos fraudes apoyan el capitalismo, el sistema que ha puesto las ganancias por delante del aire y el agua limpios durante siglos. Eliminar a algunos políticos corruptos no cambiará el curso de los ataques diarios del capitalismo contra los trabajadores y el medio ambiente. Reconocer nuestro propio poder es esencial para comprender cómo los trabajadores algún día manejarán el mundo. En Australia, con un apoyo gubernamental limitado y sin pago, miles de bomberos voluntarios han liderado las batallas contra incendios “del tamaño de pequeños países europeos” (bbc.com, 24/12/19). Cada vez que ocurre un desastre climático, los trabajadores son los primeros en dar un paso al frente y actuar desinteresadamente para rescatar a otros del peligro y para reconstruir.
Armados con la política y la organización comunistas, podemos transformar las crisis de los patrones en un movimiento internacional para destruir el capitalismo a través de la revolución comunista. Desde Melbourne hasta San Juan y en todas partes, ¡rebelarse contra el capitalismo y unirse al PLP!

 

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El racismo y la desigualdad de ingresos
plagan a los trabajadores en Australia

A los patrones en Australia les gusta alardear de su condición de una de las “democracias” capitalistas más longevas del mundo, y de cómo el país ha pasado casi tres décadas sin una recesión (Market Watch, 2/9). El crecimiento salarial de los trabajadores se ha ralentizado, mientras que las ganancias corporativas y las bonificaciones ejecutivas se han disparado. Solo en un año, entre 2016 y 2017, el número de multimillonarios en Australia creció un 20 por ciento. Los trabajadores están experimentando una “recesión de ingresos”, ya que el aumento de los costos de vida se ha combinado con la caída de los salarios (actu.org).
Mientras tanto, los ataques racistas contra los trabajadores, siempre presentes en esta “democracia” capitalista, solo se han intensificado en los últimos años. El gobierno del primer ministro Scott Morrison ha llevado a cabo una política racista de “reasentar” a los solicitantes de asilo en centros de detención en las islas en alta mar en Nauru y Papua Nueva Guinea. En espera de procesamiento legal, estos trabajadores suelen languidecer durante años y son blancos fáciles de violencia sexual y robo (Foreign Policy, 7/24/19).
Los trabajadores indígenas en Australia, que comprometen tan solo el 3 por ciento de la población, continúan rezagados en cuanto a mortalidad infantil, alfabetización y empleo. En promedio, los hombres indígenas mueren ocho años más jóvenes que los hombres no indígenas, y las tasas de suicidio juvenil son cuatro veces más altas (BBC, 2/12).