Con todo y el distanciamiento social, podemos ver claramente los horrores creados por la enfermedad del capitalismo. En solo semanas, el covid-19 ha destrozado las economías patronales y mostrado que el sistema de salud es una farsa racista. La pandemia nos ha revelado – otra vez – la incompetencia y negligencia criminal del capitalismo. Cuando los trabajadores son mas vulnerables, ellos convierten la medicina en una mercancía racionada. Nos ofrecen solo ataúdes y eutanasia.
Solo la clase trabajadora internacional tiene la capacidad y humanidad para reconstruir un mundo decente sobre este cataclismo. Solo el comunismo, una sociedad dirigida por y para los trabajadores puede llenar las necesidades vitales de toda nuestra clase.
Mientras los trabajadores luchan por sus vidas y las de sus familias, por su seguridad y empleos, los gobernantes capitalistas apresuran sus planes hacia el fascismo y la guerra inter-imperialista. Países mas abiertamente fascistas, como China y Rusia aprovechan la oportunidad para alinear a sus aliados y remplazar a EE.UU. como primer poder mundial. Mientras tanto, los patrones de EE.UU. y la Unión Europea (UE) se encuentran divididos y peleando entre si. Pero no importa cual grupo de estos monstruos chupasangre prevalezca, y no importa cuando acabe la pandemia, los trabajadores seguiremos enfermándonos con el contagio de la explotación capitalista. Nuestra clase aun seguirá siendo enfermada por el racismo, la desigualdad sexista, por la pobreza y la falta de refugio. La infección mas letal hasta ahora es el propio sistema de ganancias.
Pero los patrones no son los únicos que pueden impulsar este periodo. También la clase trabajadora lo puede hacer. El Partido Laboral Progresista, aunque pequeño y limitado por ahora, continuara organizando y crecerá hasta que seamos millones y convirtamos las guerras patronales en una revolución comunista.
Las migajas de los patrones no son suficientes
Mientras que el coronavirus muestra la fragilidad de la vida bajo el capitalismo, los patrones estadounidenses tratan de esconder ese horror. Prestamos estudiantiles congelados, seguro de desempleo extendido, suspensión de desalojos, y un cheque de $1,200 son solo migajas para mantener cojeando a la economía de consumo patronal – y tratar de frenar las rebeliones en las calles. Pero, pronto, cuando lo peor de esta ultima crisis haya pasado, las aplastantes deudas, los desalojos, volverán. Bajo el capitalismo, aumentar las ganancias – a toda costa, no importa cuantos estén sufriendo en sus hogares, o en los campos de muerte de los hospitales.
La respuesta de los gobernantes al covid-19 ha sido confusa debido a sus divisiones internas, la falta de disciplina, y la anarquía de su sistema. En EE.UU. la discrepancia principal esta entre los grandes fascistas del capital financiero, representados por el partido demócrata y los aislantes pequeños fascistas dirigidos por la familia Koch y representados por el presidente Donald Trump. Los grandes fascistas, quienes también luchan con sus discrepancias, esta enfocados en construir un extenso movimiento patriótico para su próxima guerra con China – ellos demandan “sacrificio” de los trabajadores y otros capitalistas. Utilizando a Nancy Pelosi, presidenta de la cámara de representantes, presionan a Trump a poner en marcha la ley Defense Production Act para obligar al sector privado a producir millones de mascarillas y decenas de miles de respiradores, el equipo necesario para salvar a los pacientes con coronavirus.
No solo es Trump, es el capitalismo
Trump, a regañadientes, decidió no implementar su plan para que “EE.UU. regrese a trabajar” el domingo de Pascua, lo cual garantizaría una masacre de millones y no le ayudaría para la re-elección en noviembre. Trump sigue el plan trazado por los pequeños fascistas de limitar el papel del gobierno federal y proteger “la libre empresa” – es decir, la libertad para que los patrones roben todas las ganancias que puedan en un corto tiempo, mientras los trabajadores se mueren. Después de atacar las restricciones impuestas por los estados de “quedarse en casa”, Americans for Prosperity, controlada por los Koch, instaron a Peolsi y Mitch McConnell, líder republicano del Senado, a “evitar aprobar medidas que usurparían inapropiadamente el papel que los estados y gobiernos locales, el sector privado y nuestras comunidades, pudieran hacer mas apropiadamente” (americansforprosperity.org, 17/3).
Trump ha cumplido al no centralizar la compra y distribución de equipamiento medico, y permitiendo que seis estados – entre ellos Florida y Texas – desafíen las urgentes recomendaciones de todo científico honesto; no permitir reuniones publicas. Lo que causara la muerte de miles de trabajadores.
Pero, no nos equivoquemos, los grandes fascistas y sus lacayos políticos, desde Barack Obama a Joe Biden, Andrew Cuomo, son igual de asesinos y quienes ponen en peligro a los trabajadores. Por décadas, los capitalistas financieros en el mundo han destrozado la infraestructura de salud, una desinversión que se acelero después de la crisis financiero del 2008. Estos liberales del ala principal han cerrado hospitales no rentables, recortado medicaid, y con alevosía y ventaja han utilizado el “triage” con enfermos críticos – permitiendo que los estados decidan cuales trabajadores son desechables. Varios hospitales en la ciudad de Nueva York han “tomado el paso, sin precedentes, de permitir que los doctores no resuciten a la gente con covid-19 para evitar que trabajadores de la salud se expongan a este virus altamente contagioso (Washington Post, 31/3).
EE.UU. y la UE en retirada
Los patrones estadounidenses ya no lideran el escenario internacional. No pudieron convencer a sus aliados sauditas de parar la guerra petrolera con Rusia, la cual ha devastado los precios y amenaza la industria de fractura hidráulica estadounidense (CNBC, 25/3). En una reciente reunión del G7, después que el departamento de estado estadounidense redactara un comunicado que pedía llamar al covid-19 el “virus Wuhan”, los lideres europeos se rehusaron a firmar – reflejando la creciente influencia china.
Mientras tanto, la UE esta fracturada internamente. La reticencia de Angela Markel, canciller alemana, a ayudar a los países europeos mas pobres fue criticada por el presidente francés Emmanuel Macron (Reuters, 27/3). En Italia, un país que desafío, el año pasado, a la Unión Europea al unirse a la iniciativa china Cinturón de Seda, recibió miles de mascaras y a nueve doctores chinos (FP,31/3). Serbia, después de recibir, de China, su paquete de ayuda para la pandemia, dijo que “La solidaridad europea no existe. Era un cuento de hadas” (Wall Street Journal, 18/3).
Llegan los patrones chinos
Durante la segunda mitad del siglo 20, el imperialismo estadounidense dominaba el mundo y controlaba los eventos mundiales. Pero después de su derrota en Vietnam y recientemente en el Medio Oriente, y ahora maniatado por Trump y la desvinculación de su Fortaleza América, su estatus de jefe mayor esta en peligro. La clase dominante china esta mas unida, eso les permitió contener el covid-19 con un brutal encierro de 60 millones de trabajadores. Lo que les ha dado la ventaja de levantar su decadente economía.
China exporto miles de respiradores a Europa (South China Morning Post, 31/3). Produce la mitad de las mascarillas en el mundo; el multimillonario Jack Ma envió juegos de pruebas y mascarillas a mas de 50 países africanos y 50,000 pruebas a México (El Universal, 31/3). El Consejo de Relaciones Exteriores, principal grupo de expertos del capital financiero estadounidense, sonó la alarma: “Mientras Washington flaquea, Beijing se mueve rápidamente para llenar le vacío y posicionarse como el líder global que responde a la pandemia” (18/3)
Crece la lucha de los trabajadores
La pandemia ha incrementado las desigualdades del capitalismo y despertado la consciencia de la clase trabajadora. ¡Los trabajadores están contraatacando! En Italia, cerraron el país al hacer un llamado a la huelga nacional de los trabajadores no-esenciales (Político, 15/3). En EE.UU., trabajadores de Instacart y Whole Foods se fueron a la huelga contra las letales condiciones laborales. Trabajadores de automóviles en Michigan, choferes en Alabama, trabajadores sanitarios en Pittsburgh, trabajadores en fabricas de pollos en Georgia, trabajadores de Amazon en Nueva York – todos han dejado sus empleos para protestar contra la insensible desatención patronal por la salud y seguridad de los trabajadores.
Han surgido espontáneamente organizaciones de ayuda mutua, en solidaridad con los trabajadores que los patrones han dejado a su suerte. En Paterson, Nueva Jersey, activistas llevaron comida a mas de 100 ancianos. Surgen huelgas de renteros. Militantes del PLP están en estos grupos, recordando el trabajo masivo del Partido Comunista durante la Gran Depresión de la década de 1930. Estas acciones hacen que los trabajadores tengan confianza en nuestra clase mientras que la infraestructura patronal se desmorona a nuestro al rededor.
No existe un privilegio ni deber mas grande que servir a nuestros compañeros trabajadores que necesitan ayuda. Pero también debemos avanzar políticamente, mas allá de lo que hiciera el viejo PC, ganando a masas de trabajadores al comunismo. En una sociedad comunista los trabajadores tomaran la responsabilidad colectiva de nuestra clase – por convencimiento, no por amenazas ni por la fuerza. ¡Luchemos por el comunismo! ¡Acabemos con los patrones! ¡Únete al PLP!
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Covid-19 acelera aproximación patronal hacia fascismo y guerra
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- 04 Abril 2020 97 visitas