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Incendio en Moría causado por el capitalismo

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25 Septiembre 2020 50 visitas

El 9 de septiembre, un incendio destruyo el campo de refugiados Moría en Lesbos, Grecia. El campo de concentración mas grande de trabajadores migrantes en Europa. Moría hacinaba un total de 13,000 mujeres y niños, en un espacio para 3,000. Aunque no se sabe realmente quien comenzó el incendio, nosotros sabemos que los trabajadores se organizaban contra sus deplorables condiciones y fueron el blanco de fascistas. Estos miembros de la clase trabajadora internacional desplazada huían de la hambruna y la guerra. Aun cuando su situación es extrema, ellos representan cientos de millones de trabajadores cuyas vidas han sido trastocadas por la intensificación de la rivalidad inter-imperialista y la crisis mundial del capitalismo.
Conforme el orden mundial liberal dirigido por EE.UU. se desmorona entre el caos y la pandemia global, una China ascendiente y una Rusia resurgente se acercan a los patrones capitalistas locales en países como Grecia y Turquía. Trabajadores migrantes – los miembros mas vulnerables de nuestra clase – han sido marionetas de este juego perverso del sistema de ganancias. Pero, ¡también están aprendiendo a luchar y a liderar el contra ataque! El Partido Laboral Progresista se solidariza con los refugiados que dirigen la lucha contra el brutal racismo y el creciente fascismo. ¡Unidos, los trabajadores, no podrán ser derrotados!
No somos animales, somos trabajadores
Antes del reciente incendio, la vida en el campo Moría ya era insoportable. La grave aglomeración, la falta de servicio de salud, y la ausencia de agua potable e higiene, la convirtieron en una bomba de tiempo para el covid-19 (Human Rights Watch, 2020). Solo un proveedor de emergencias medicas fue asignado a la población del campo, el cual llego a los 20,000 a principios de año. Como escribió el Guardian, sobre las deplorables condiciones el invierno pasado: “Miles de trabajadores vulnerables duermen en carpas sobre pallets de madera para separarlos del suelo congelado. Los que no tienen suerte, duermen sin pallets, entre ellos un bebe de cuatro días de nacido. Los refugiados, 40% de ellos son niños, enfrentan a ataques violentos con cuchillos, ataques de meningitis, las mujeres dan a luz sin el cuidado apropiado, y ataques de pánico extremo, síndrome de estrés post traumático, alucinaciones, y reviviscencias, disturbios del sueño, y violencia sexual” (9/2).
Un trabajador de la salud de Doctores sin Fronteras hablo de los terribles efectos que estas condiciones tienen para los niños en Moría: “Dejan de jugar. A veces dejan de comunicarse, y solo miran hacia el suelo. Se rehúsan a hablar” (Atlantic, 11/2019). Algunos están tan traumatizados que se empiezan a cortar.
Un poco antes del incendio, muchas de las manifestaciones eran enfrentadas con represión por la policía griega y las violentas fuerzas derechistas. Anteriormente, el mismo año, escuadrones fascistas trataron de incendiar una instalación del covid que se usaba para dar asistencia medica a trabajadores del campo (Doctores sin Fronteras, 2020). Aun cuando los sospechosos mas lógicos del incendio del 9 de septiembre serian los racistas anti-inmigrantes, la policía racista ha arrestado a cuatro refugiados por el incendio provocado.
200 trabajadores migrantes han dado positivo a coronavirus después de ser trasladados rápidamente a un campo apenas terminado de construir en Lesbos. Lo que significa que los casos aumentaran grandemente en las próximas semanas (infomigrants.net, 22/9). Zekria Farzad, un trabajador de 40 años de Afganistán, dijo; “Estamos viviendo como animales…En realidad estamos luchando por vivir” (Washington Post, 23/2).
Crisis migratoria provocada por el colapso del orden mundial liberal
El capitalismo crea refugiados. La mayoría de los reclusos en los campos de concentración en Moría vienen de Afganistán, Siria, o Somalia, países en medio de la lucha imperialista por el control del petróleo en Asia Central, el Medio Oriente, y el este de África. La energía es un recurso critico para las ganancias de los grandes patrones capitalistas. Pero, mas importante, el petróleo será necesario para la inevitable guerra entre EE.UU. y sus contrincantes por la supremacía global.
Afganistán, por décadas, ha estado en medio del conflicto inter-imperialista entre EE.UU., la Unión Soviética (ahora Rusia) y China, y poderes como Pakistán, Irán, y Arabia Saudita aumentan la inestabilidad. Según el proyecto Cost of War de la universidad Brown, 2.4 millones de trabajadores huyeron de Afganistán entre 2012 y 2019, “La mas alta población de refugiados en el mundo”. Muchos fueron admitidos por Irán, pero la pandemia y una campaña de presión por parte de EE.UU. les ha cerrado la puerta. Después que un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía se quebrantara, miles de trabajadores migrantes desesperados fueron forzados a buscar refugio en Grecia.
Mientras tanto en Siria, Rusia ha mantenido en el poder a su apoderado criminal de guerra, el presidente Bashar al-Assad, recuperando una base naval estratégica en Tartus. Después de 8 años de guerra civil, seguida por la Primavera Árabe, apoyada por la CIA, “mas de la mitad de la población antes de la guerra ha sido desplazada, un total de unos 13.3 millones de personas” (Brown University). Los refugiados que cruzan fronteras aparecen con el aumento de las milicias, financiadas por EE.UU., que han asesinado y mutilado por todo el territorio controlado por los kurdos (The Intercept, October, 2019). Muchos de estos refugiados llegaron a Moría.
Somalia se encuentra cerca del estratégico estrecho de Bab el-Mandeb, donde cuatro millones de barriles de petróleo pasan todos los días. Bajo el bombardero-en-jefe Barack Obama, EE.UU. bombardeo al país, asesinando y desplazando a masas de trabajadores. Bajo el asesino Donald Trump, estos bombardeos han continuado, masacrando y aterrorizando a civiles. Para fines de 2019, “aproximadamente 4.2 millones de somalíes han sido desplazados dentro del país y (3.4 millones) mas allá de sus fronteras además de (800,000) buscar asilo o refugio” (Brown University). EE.UU. tiene muchas razones de seguir asesinando y destruyendo ya que China ha establecido su primera base militar, fuera del país, en el vecino Yibuti.
¡Trabajadores del mundo unámonos!
Mientras los poderes imperialistas afilan sus cuchillas preparándose para la guerra mundial, muchos mas trabajadores serán asesinados o desplazados. ¡No existen los patrones buenos! Escoger entre EE.UU., China, Rusia, o cualquiera de sus lacayos es una propuesta perdedora. La clase trabajadora internacional deberá estar en solidaridad con trabajadores como los de México, quienes proveen de alimentos y refugio a los migrantes de Centroamérica. O los trabajadores en Alemania quienes se tomaron las calles para declarar que “¡Si hay espacio!”, y en oposición a los gobiernos y las fuerzas fascistas que no estén de acuerdo (Ruptly.tv/en, 9/20). La misión de nuestro Partido es luchar junto con estos trabajadores e inyectar la política comunista que libere a toda nuestra clase del letal imperialismo.
La revolución comunista acabara con todas las fronteras, líneas arbitrarias que dividen a los trabajadores y causantes de las guerras entre los patrones. ¡La clase trabajadora internacional no reconoce fronteras! ¡Luchemos por el comunismo, únete al PLP!