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Colombia: Crisis capitalista se profundiza, trabajadores se rebelan

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09 Octubre 2020 47 visitas

Tras siete días y noches consecutivas de movilizaciones y protestas, cuyo objetivo principal es el rechazo hacia la represión policial tras el asesinato de Javier Ordoñez a manos de dos uniformados la semana pasada, miles de personas han salido realizando tomas y bloqueos en varias ciudades. Estas movilizaciones exigen una reestructuración de la Policía, la renuncia del ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, por el fin de los asesinatos de líderes políticos y sociales. Entre otros tantos reclamos, se pide solución al creciente desempleo, la anulación del decreto 1174 que es la “más agresiva reforma laboral y pensional de los últimos 30 años” en Colombia.
En el presente año además del horrible regreso de las masacres, el desplazamiento racista de comunidades en campos y ciudades, la amenaza constante por parte de paramilitares, y el creciente asesinato de líderes sociales, defensores de derechos humanos y de ex guerrilleros de las Farc, las organizaciones campesinas, indígenas y afros han vivido el exterminio con más fuerza durante la cuarentena, y el hostigamiento militares y grupos de asesinos al servicio del estado y capitalistas locales.
Trabajadores de la salud, del estado, del reciclaje y comités de paro, siguen invitando a cacerolazos y manifestación en las plazas, parques y espacios públicos. Los manifestantes piden que se desmantele el ESMAD, responsable de la represión y los muertos –como lo fue el asesinato (todavía impune) de Dylan Cruz el 21N, día del primer paro nacional. Las movilizaciones son convocadas por organizaciones comunitarias y de jubilados, organizaciones de estudiantes de mujeres y las demás organizaciones pertenecientes al Comité Nacional de Paro.
La represión policial durante las movilizaciones, dejó al menos 14 asesinatos, más de 250 heridos, y al menos 150 disparos de armas por parte de los uniformados. El número de heridos de bala de plomo llegó a 74. También se contabilizaron varias denuncias de abusos y violaciones por parte de la policía durante las detenciones ilegales. Según la Revista “Noche y Niebla”, los mayores violadores de derechos humanos en Colombia en 2019 fueron los paramilitares y policías.
La represión tuvo también un carácter parapolicial: “abuso sexual, contra dos mujeres detenidas, obstrucción a la información, y hasta detenciones en centros clandestinos como se evidenció en videos donde, además, se prueba cómo los policías se intercambian armas con matones vestidos de civil, que disparan en equipo, y además apuntan directamente al cuerpo de los manifestantes y los golpean en estado de indefensión”
Los vecinos de muchos barrios de la capital y otras ciudades, se organizaron para impedir que la policía entrara a los conjuntos residenciales, golpeando y disparando contra la gente. Hay muchas denuncias de infiltración policial y de haber visto agentes de civil detrás de los incendios a comercios y saqueos. En muchos videos se ve a la policía huir de los ataques de los vecinos organizados con piedras y palos.
Durante las protestas más de 30 CAI (Centros de Atención Inmediata de la policía), fueron quemados o destruidos. Los vecinos denuncian que esos son las “garitas” donde se comercian drogas y se pagan los sobornos por las actividades mafiosas. Luego de los incendios, muchos de esos CAI fueron transformados en bibliotecas populares y centros de reunión comunitaria por los manifestantes.
El Plp está construyendo una base dentro de la clase trabajadora como parte de nuestro trabajo internacional. Miembros del partido, amigos y lectores de nuestro periódico, están participando en estas manifestaciones uniéndonos a nuestros hermanos que luchan por una mejor sociedad, discutimos y explicamos tratando de avanzar. El movimiento espontaneo lo que necesita es liderato comunista para elevar la conciencia de la gente entendiendo que la policía es una institución asesina y corrupta que no puede ser reformada y que esta para proteger y servir a los intereses de los ricos, y que solo la revolución comunista puede poner fin a las presentes oleadas de terrorismo de estado contra nuestra clase, construyendo una nueva sociedad libre de toda forma de opresión racista, nacionalista, sexista, de guerras patronales y esclavitud salarial.