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Capitalismo estadounidense en un completo desorden

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12 Enero 2021 48 visitas

Cuando la milicia del terror de Donald Trump invadió el Capitolio en Washington, D.C., bloqueando temporalmente al Congreso estadounidense de certificar la elección de Joe Biden, se puso al descubierto la debilidad del ala principal de la clase dominante estadounidense.  Conforme trumpistas racistas armados destruían las oficinas y los lideres del Congreso se escondían cobardemente bajo los asientes, el mundo pudo ser testigo de la decadencia y desorden del capital financiero estadounidense, la despiadada pandilla imperialista que no hace mucho estaba al frente del mundo. 

Como todos quienes hemos marchado en D.C. sabemos, los manifestantes antirracistas hubieran sido gaseados, golpeados o baleados mucho antes que llegaran a entrar al Capitolio.  Pero en este caso, la policía del Capitolio, una agencia federal, pasivamente miro como se desarrollaba el caos.   Los trumpistas habían planeado abiertamente este violento ataque semanas antes, en varias plataformas de terroristas domésticos; el mismo Trump los incito durante un plantón antes del ataque.  Aun así, la presencia policial en lo que los gobernantes llaman “espacio cívico sagrado”, era casi invisible.  La perversa división entre el capital financiero y los capitalistas de Fortress America (a quienes Trump representa) ha trastornado y desenmascarado casi todas las preciadas instituciones de los gobernantes, desde sus policías asesinos racistas hasta su circo electoral.

Para los patrones liberales, la debacle es; criaron cuervos y ahora les sacan los ojos.  Desde Bill Clinton a Barack Obama, los capitalistas financieros utilizaron mensajes, no muy obvios, para mal dirigir a los trabajadores blancos, echándole la culpa a los trabajadores negros por las desigualdades del sistema de ganancias.  Por lo que los pequeños fascistas como las familias Koch y DeVos se apoderaron del movimiento de quejas de trabajadores blancos mientras que Trump los movilizaba hacia su base personal.

Aun no sabemos que seguirá, lo que si es claro es que estamos entrando a una etapa volátil desconocida.  ¿Qué pasara con el colapso institucional? ¿Los patrones del ala principal crearan medidas fascistas que necesitan para mantener su control? ¿Aceleraran su arremetida hacia la guerra mundial contra su rival China? Como clase y como partido comunista, debemos entender el peligro y la oportunidad de este periodo.  El peligro es que el miedo de estos terroristas de poca monta lleve a los trabajadores a los brazos de los grandes terroristas, los terroristas de estado que serán dirigidos por Biden.  La oportunidad es construir un movimiento masivo revolucionario comunista para destruir de una vez por todas al capitalismo.  ¡Únete al Partido Laboral Progresista!