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Alemania: Cómo el fascismo se convirtió en una democracia liberal

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18 Febrero 2021 86 visitas

En la época de los 1920’s, Alemania era una democracia liberal. Dentro de unos pocos años, esa misma sociedad estaba matando a millones de trabajadores bajo el Partido Nazi. Las causas del Holocausto, unos 12 millones de personas asesinadas sistemáticamente, tuvo que ver con las necesidades del capitalismo en crisis y demostró que el único futuro para nuestra clase es la revolución comunista.
Si no logramos comprender este hecho y en cambio aceptamos los mitos liberales de que la causa fue que Hitler era maligno, no vamos a comprender de como el capitalismo liberal de hoy seguirá el mismo camino como del liberalismo Alemán de los 1920’s.
El economista comunista, R. Palme Dutt en 1934, 5 años antes del comienzo de la segunda guerra mundial y ocho años antes de que comenzaran las cremaciones masivas, comprendió de las necesidades del capitalismo en crisis para destruir no solamente la maquinaria y comida excesiva que las gentes hambrientos no podían comprar, sino también destruyendo a la propia gente.
“La guerra es solo la manera más completa y sistemática capaz de procesar la destrucción. Hoy en día están quemando trigo y granos, los medios del ser humano. Mañana estarán quemando los seres humanos vivos”. (El Fascismo y la Revolución Social) Dutt fue profético en su predicción de los hornos del holocausto. Su predicción no fue basado en el maligno Hitler, sino en las necesidades de los capitalistas.
En los 1930’s, el capitalismo alemán estuvo en crisis extremo. La clase gobernante alemán fue derrotada en la primera guerra mundial. La Depresión devastó los países capitalistas en ese tiempo y había causado el desempleo masivo. Las fábricas se quedaron inactivas porque la clase trabajadora no pudo comprar nada. La leche y trigo fue destruido sistemáticamente en lugar de dárselos a la gente hambriento. Dutt correctamente señaló que esas decisiones no tuvieron nada que ver con algún “maligno” existencial sino todo que ver con los capitalistas tratando de subir sus precios de comida. Matando a la gente sistemáticamente era el predecible siguiente paso para una sociedad que veía a la clase trabajadora como fungibles.
La política del nazismo y la aceptación masiva del holocausto entrelazó con las necesidades del capitalismo. La política y acciones se alimentaron mutualmente. La política del fascismo creció más abiertamente bárbaro mientras la crisis y caos del sistema agudizó. Los liberales se convirtieron en fascistas porque, por falta de confianza de que hubiera la posibilidad que existiera algo menos del capitalismo, los liberales desesperadamente buscaron de justificar, o a lo mínimo, ignorar lo que estaba pasando.
Hoy en día, es desesperadamente pertinente de entender de como el liberalismo se convierte en el fascismo. Solamente necesitamos ver a Nueva York en el día presente para ver ante nuestros ojos cientos de miles de trabajadores dejados a morir del COVID. Los capitalistas ponen sus recursos para subir sus mercados bursátiles en vez de proteger a la clase trabajadora. Miles murieron mientras el índice Dow Jones subió a lo máximo.
Fue predecible que los capitalistas estaban actuando para proteger sus intereses. El más grande problema fue la aceptación de muchas de las mentiras diarias de los políticos como Andrew Cuomo que decía que no había mucho que se pudo hacer. Mientras los cuerpos se apilaban unos encima de otros en camionetas frigoríficos, Cuomo, promovido por CNN, los NY Times, etc., nos contaban mentira tras mentira. La aceptación de Cuomo como el héroe de los liberales de la Ciudad de Nueva York, es una señal de advertencia que todos necesitamos prestar atención. En un drama letal que tuvo lugar entre la aterrorizada clase alta y media, buscando algo en que conectar, vimos de como el liberalismo de hoy se convierte al fascismo de mañana.
Hitler se convirtió en la fuerza impulsora en la política alemán después de la elección de 1932 cuando el Partido Nazi recibió 37% de voto (Quien Votó Por Hitler 1980). Los barrios ricos de las más liberales ciudades de Alemania fueron los bastiones de los Nazis en esa elección.
“Es un punto de ironía que las poblaciones de las educadas clases altas y medias, quienes reaccionan entusiásticamente a las reclamaciones de teorías de sociedad de masas, se han dejado ser víctimas de un proceso que ellos, con tan evidente desprecio, suponen ser conmovedores para otras personas. En este caso, parecería que los demagogos, con algún ayuda de los medios de comunicación, tuvieron considerable éxito en conmoviendo a las masas de clase alta y media”. (Quien Votó Por Hitler). Aunque es fácil que mucha gente vea lo obvio y llame a Trump como un fascista, la más grande amenaza para la clase trabajadora son los grandes números de liberales ricos defendiendo las próximas atrocidades de guerra y exterminación cuando son ejecutados por su propio campeón como Biden o Kamala Harris. Los patrones no escatimaran ningún gasto en contratando representantes para llevarnos a nuestra destrucción.
La lección del Holocausto Alemán y lo que vemos ahora es la locura de seguir a la clase gobernante. El camino adelante, ante la crisis del capitalismo, es con la clase trabajadora y la lucha por la revolución comunista.