Information
Imprimir

Apagón en Texas: Muerte por capitalismo

Information
10 Marzo 2021 80 visitas

La insurrección en el Capitolio el 6 de enero, los problemas por el colapso eléctrico en Texas y haber sobrepasado la triste meta de 500,000 muertos debido a la pandemia del coronavirus, muestra al mundo que la podredumbre del capitalismo estadounidense se extiende a la infraestructura, la democracia liberal, y la salud. Un niño de 11 años fue encontrado, por sus devastados padres, congelado en su cama (Houston Chronicle, 18/2). Murió porque los depravados patrones valoran mas sus ganancias que las mas básicas necesidades de la clase trabajadora.
Para los trabajadores de y alrededor de la costa del golfo, la maldita negligencia de los patrones llevo a la miseria masiva y un sin numero de muertes. Tan solo en Texas hoy, casi 17 millones de trabajadores viven con ordenes de “hervir el agua”. Medio millón aun no tiene agua, tres semanas después que la tormenta invernal rompiera la frágil red eléctrica (cnn.com, 1/3). Los patrones estadounidenses tienen un grave problema, enfrentar el creciente poder global de China. Los trabajadores no estarán tan ansiosos de luchar por una clase gobernante que no puede proveer ni siquiera agua potable, o calefacción durante los brutales inviernos. No se puede regular al capitalismo para que sirva a las necesidades de los trabajadores. Conforme el capitalismo estadounidense da tumbos de crisis en crisis, debemos comprender para que sirven las reformas capitalistas: preparaciones fascistas para la guerra general.
El desastre eléctrico en Texas nos demuestra la anarquía y crueldad que existe al nucleo del capitalismo. Los patrones solo se mueven en base a las ganancias que puedan obtener de la extracción de energía para generar electricidad y llevarla a los hogares, la red esta agotada, no tiene la capacidad de llevar electricidad cuando y donde mas se necesita.
Energía domestica: Espina dorsal del pequeño fascismo
La caída energética refleja una creciente división dentro de la clase dominante estadounidense. El modelo energético de Texas no es precisamente regulado, es un “mercado libre” capitalista en toda su extensión. Acuerdos independientes de electricidad, en Texas, datan de mas de un siglo. Fueron concebidos por productores de energía domestica para escapar regulaciones federales e impuestos que beneficiaran al capital financiero multinacional, es decir el ala de los grandes fascistas dentro de la clase dominante, quienes ahora son representados por Joe Biden y Kamala Harris.
Los racistas pequeños fascistas, como los republicanos que dirigen Texas, están desesperados por conseguir el máximo de ganancias a corto plazo. Por lo tanto, no les interesa contribuir para mantener el extenso y tambaleante imperio estadounidense. Los grandes fascistas necesitan una infraestructura mas confiable y mas “sacrificio” de todos sus colegas capitalistas – para preparase para la guerra con China. Lo que significa mas regulación y mas impuestos corporativos. Mas allá de financiar la guerra, los liberales del capital financiero saben que necesitan proveer el mínimo de estándar de vida para que los trabajadores piensen que viven en una sociedad por la que vale la pena luchar y morir.
Fascismo grande: sigue
siendo principal peligro

Después que Donald Trump llegara a la Casa Blanca, una probadita de los poderes presidenciales han motivado a los pequeños fascistas a mantenerse en la ofensiva. Su desafío a los patrones liberales muestra la debilidad del ala principal en disciplinar a su propia clase. Los pequeños fascistas comenzaron el 2021 con un intento de golpe vitoreado por Trump, quien aun rehúsa aceptar que perdió las elecciones con Biden. Hasta la fecha no ha habido consecuencias. En la convención del Conservative Political Action Conference (CPAC) el 28 de febrero, Trump presumía la tenacidad del movimiento racista: “No estamos comenzando nuevos partidos. Tenemos el partido republicano” (Convencion CPAC, 28/2).
Los grandes fascistas liberales enfrentan un montón de desafíos si quieren mantener el control en su propia casa mientras se defienden de sus rivales como China y Rusia. Esta en juego las necesidades a largo plazo del imperialismo estadounidense. La infraestructura se cae a su alrededor. El fracaso de la red eléctrica, además de los grandes incendios forestales en California y los apagones por todo el país, han demostrado que estaba justificada la calificación de “D+” que le diera, en 2017, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles, a la infraestructura de la nación. Es decir, que las condiciones exhibidas estaban por “debajo del estándar”, exhibiendo “deterioro significativo” con un “fuerte riesgo de fracaso” (Council on Foreign Relations, septiembre, 2020).
El gran plan de los grandes fascistas esta, por ahora, en neutral. Aun cuando los demócratas controlan la Casa Blanca y ambas casas del Congreso, aun no han podido establecer modestos avances para ganar la lealtad de la clase trabajadora. El salario mínimo de $15, condonación de la deuda estudiantil, y cheques de estimulo, aun no han pasado. Pronto, la única opción que les quedara a los liberales imperialistas será moverse hacia el fascismo abierto, para acabar con sus rivales, los pequeños fascistas, y tratar de controlar una clase trabajadora enfurecida. Bajo esta lupa debemos ver las crecientes demandas para que la Cámara de demócratas, le quite la plataforma al noticiero Fox por sus pecados en promover el fenómeno Trump (político.com, 22/2).
Al imponer la solución final – el fascismo – los gobernantes liberales tratan de avanzar con una clase gobernante unida, como la de China, quienes muestran mayor control sobre el poder estatal y la infraestructura.
Las ilusiones sobre el declive de EE.UU. hace que algunos trabajadores se pregunten “como puede ocurrir en este país” que los ancianos y niños mueran de frio en su cama. Pero este tipo de atrocidades es lo que el capitalismo estadounidense ha impuesto internacionalmente desde que se convirtió en el poder máximo después de la segunda guerra mundial. Es una pequeña muestra de los que nos espera. Los planes del imperialismo estadounidense global destruirán poblaciones y devastara el ambiente natural. Las atrocidades de hoy parecerán un juego en comparación con lo que viene.
Capitalismo = Lucro antes
que necesidades humanas
Comunismo = abolición del lucro

La revolución comunista es la única fuerza en la historia que ha podido parar el imperialismo. Los grandes logros de los trabajadores soviéticos y chinos al convertir la guerra imperialista en revoluciones comunistas sigue siendo nuestro ideal. Es verdad, esos logros han sido revertidos por el resurgimiento del sistema de ganancias. La valiente victoria de los trabajadores vietnamitas sobre la maquinaria de guerra del imperialismo estadounidense en la década de 1970, no pudo producir un Vietnam comunista. Pero, nuevamente, probo que el poder de los trabajadores con liderato comunista puede derrotar al imperialismo.
Los comunistas confiamos que podremos construir un mundo donde los trabajadores no tengan que morir en sus camas. Cuando hayamos acabado con la dictadura de los patrones liberales capitalistas, una dictadura de la clase trabajadora podrá resolver todos los problemas que hoy parecen no poder resolverse. Tendremos éxito donde los patrones han fallado porque acabaremos con el lucro como la fuerza motriz detrás de cada decisión económica y política.
El sistema de ganancias racista y sexista ofrece terribles opciones a los trabajadores, sean demócratas o republicanos. Los trabajadores se congelan hasta morir en Texas, se mueren incinerados en los fuegos forestales de California, mueren en secreto en los asilos de ancianos en Nueva York, o son masacrados por la lluvia de misiles estadounidenses en Siria. Solo el comunismo puede acabar con el caos mortal fabricado por el capitalismo. Nuestra liberación esta en deshacernos de los fascistas, grandes o pequeños, para crear un mundo dirigido por y para los trabajadores. ¡Lucha por el comunismo, únete al Partido Laboral Progresista!