WASHINGTON, D.C., 20 de marzo—¡No hay mejor manera de pasar el primer día de primavera que en solidaridad con la clase trabajadora internacional! El Partido Laborista Progresista pidió a los trabajadores que se unieran en solidaridad con los trabajadores de almacén de Amazon, principalmente negros, en Bessemer, Alabama, que luchaban (en última instancia sin éxito) por el reconocimiento sindical. Más de 35 trabajadores y estudiantes respondieron al llamado del PLP con un piquete militante frente a la tienda Whole Foods. El multimillonario Jeff Bezos es propietario de Whole Foods y Amazon y lucha con uñas y dientes para acabar con los esfuerzos de organización sindical en ambos lugares. La línea de piquete fue seguida por una marcha hacia la sede del periódico Washington Post, un medio de propaganda líder para los capitalistas, también propiedad del repugnante Bezos.
Los oradores del PLP declararon que capitalistas como Bezos siempre bloquean los esfuerzos de los trabajadores para sindicalizarse y mejorar sus vidas. Pero los políticos pro capitalistas como el presidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders “apoyan” a los sindicatos, principalmente porque pueden controlar a los líderes sindicalistas y esos líderes engañosos hacen todo lo posible por controlar a los trabajadores. En última instancia, estos líderes sindicales quieren algunas migajas para los trabajadores mientras viven bien de sus salarios inflados.
Sí, queremos unirnos a sindicatos, convertirlos en organizaciones antirracistas y de lucha para la clase trabajadora. Pero para salir de la rutina de la reforma, debemos avanzar en el objetivo de la revolución comunista: el poder de la clase trabajadora. Únase a nosotros en la lucha por el comunismo, una victoria permanente para la clase trabajadora al unirse y construir el Partido Laborista Progresista comunista revolucionario.
Desafortunadamente, Bezos y otros jefes de Amazon superaron la campaña sindical con una votación de 738 a 1,798. ¿Por qué el voto de 2-1 en contra de unirse al sindicato? Amazon utilizó muchos trucos para ganar y la respuesta sindical fue ineficaz. Y en este sistema capitalista, el gobierno sirve a los intereses de las empresas y los sindicatos funcionan dentro de ese sistema. Así que Amazon consiguió que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), que supervisa las elecciones de reconocimiento de sindicatos, ampliara la definición de la unidad de negociación del almacén de Bessemer para incluir personal de oficina, trabajadores a tiempo parcial y ocasionales, aumentando a más de 5.900 trabajadores, en lugar de la 1.500 trabajadores que efectivamente laboran en el almacén que buscaban reconocimiento.
Los jefes de Amazon se confabularon con el Servicio Postal de EE. UU. para establecer un buzón para la votación por correo en la propiedad de la empresa, intimidando a los trabajadores espiándolos mientras votaban. En su truco más inteligente, acordaron con el gobierno local que los semáforos cambiaran a verde cada vez que un trabajador salía del almacén, minimizando el tiempo que los organizadores sindicales tenían para charlar con los trabajadores. Luego, incluso pagaron incentivos a los trabajadores hartos de Amazon para que renunciaran antes de las elecciones sindicales para reducir el voto a favor del sindicato. El sindicato ahora está presentando quejas por prácticas laborales injustas ante la NLRB, pero eso llevará muchos meses antes de que se tome una decisión y el resultado es incierto. ¿Qué tan débil es eso?
Para los comunistas, la organización de vida o muerte requiere ir a las casas de los trabajadores para tener conversaciones sobre los líderes sindicales engañosos, sobre cómo luchar contra la explotación y el racismo de la empresa, y sobre la lucha de los trabajadores en todo el mundo. Significa hablar sobre la próxima guerra mundial y cómo eso se relaciona con luchar por mejores condiciones y pagos en Amazon. Depender de las estrellas de cine y los políticos (como Biden) para influir en los trabajadores es similar a la estrategia perdedora de intentar elegir políticos “progresistas”, que generalmente terminan haciendo el trabajo sucio de los patrones.
Históricamente, los sindicatos obtienen reconocimiento al cerrar la producción como lo hicieron en la famosa huelga de brazos caídos en Flint de 1936 (ve al DESAFIO, 22/12/18). Esos organizadores comunistas obtuvieron algunos logros para la clase trabajadora en la década de 1930, pero no lograron organizarse para una revolución comunista. Así que aquí estamos en 2021 con sindicatos terriblemente débiles y todavía estamos en esa rueda de la reforma. Mientras libramos batallas de reforma como la sindicalización, conviértalas en escuelas para el comunismo, un sistema que dirigen los trabajadores. Deshagámonos del capitalismo donde debemos luchar constantemente por nuestra supervivencia. Hasta que el capitalismo sea destruido con la revolución comunista, todos los trabajadores, incluidos los sindicalistas, seguirán siendo oprimidos por el racismo y la explotación.