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Discurso de graduacion: ‘Nunca dejaremos de luchar!’

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09 Agosto 2021 61 visitas

El siguiente es un discurso de graduación pronunciado por un estudiante comunista de secundaria a su clase de graduación del 2021.
Voy a comenzar este discurso, como cualquier otro estudiante de secundaria en su último año que habla en una graduación, felicitándonos por perseverar a lo largo de estos 16 meses de adversidad.
Yo sé que puedo hablar por todos cuando digo que ha sido difícil mantener la motivación y confianza durante el aprendizaje en línea, la constante preocupación por enfermedades, y los hogares llenos de gente, pero con el continuo apoyo de nuestros profesores y compañeros, ¡hemos perseverado!
Estamos aquí hoy por todo el arduo trabajo que hemos realizado a lo largo de una de las experiencias de secundaria en la historia más poco convencionales.
Pero la verdad es que nuestra celebración va mucho más allá de haber superado estos 16 meses de covid.
Como estudiantes en una escuela predominantemente Negra y Latina, y en un sistema educativo racista, nuestra adversidad en la secundaria comenzó hace cuatro años.
Hemos sufrido cuatro años de opresivos detectores de metales, cuatro años en que nos han dicho “pongan sus elementos metálicos en su bolso,” cuatro años de ser tratados como criminales.
A pesar de que el Departamento de Educación (DOE) ha intentado infectar nuestro cerebro con la idea falsa de que no estamos destinados para tener éxito, hemos luchado y ganado. Nuestros diplomas son nuestros trofeos. Todos estamos aquí demostrando que están equivocados.
Sin embargo, hoy no estamos celebrando un racismo duradero, celebramos la lucha contra el racismo.
En noveno grado, entramos a una comunidad que llevaba años construyendo un entorno antirracista y multiracial. Nosotros vimos eso y prosperamos.
Reconocimos la separación deliberada del DOE entre todas las escuelas dentro de nuestro edificio y creamos y nos unimos al consejo del campus para ayudar a aliviar las tensiones. Hablamos con estudiantes de Millennium y nos dimos cuenta de que somos más similares que diferentes. El consejo del campus ha celebrado con éxito varias noches de juegos, noches de cine y fiestas en toda la escuela. Luchamos y ganamos.
Observamos las disparidades entre los equipos deportivos a los que principalmente los blancos tenían acceso versus los equipos a los nosotros teníamos acceso. Estudiantes, profesores y la facultad nos unimos y trabajamos para conseguir más equipos deportivos para nosotros. Luchamos y ganamos.
Continuamos luchando por fusionar los equipos con los nuestros para construir camaradería y equipos invencibles. Este año, el PSAL no pudo ignorar las continuas peticiones de cambio y unión a los equipos. Luchamos y ganamos.
Y así como logramos la lucha por una institución integrada, ganaremos la lucha en contra de detectores de metales. Hoy, celebramos la unión de equipos deportivos, y en el futuro, los estudiantes de último año darán discursos celebrando el retiro de detectores de metales.
La plataforma que se nos ha dado para hablar por nosotros mismos y luchar contra la desigualdad sólo es posible gracias a la base construida por las generaciones de estudiantes anteriores. Hemos continuado con éxito el trabajo de nuestros predecesores para ayudar a posibilitar las victorias de nuestros sucesores. Hemos hecho nuestro trabajo para asegurarnos de que la escuela que hoy dejamos sea mejor, más fuerte y más resistente de lo que era cuando ingresamos.
Hemos creado recuerdos inolvidables que nosotros y los profesores apreciaremos por el resto de nuestras vidas. Y aunque estoy triste por no poder sentarme aquí y recordar el baile de graduación o nuestro viaje de último año, pasamos cuatro años de diversión en los dos años y medio que pasamos en el edificio.
Así que por cada broma hecha en la clase de español, cada línea de protesta fuera del edificio, cada partido de baloncesto que nos hizo morder las uñas, cada risa, cada lágrima y cada reunión de toda la escuela en el auditorio donde pudimos animar a nuestros amigos mientras hacían una actuación vergonzosa para la clase de canto.
Mi escuela secundaria nos ha convertido en los increíbles estudiantes, amigos y antirracistas que somos hoy.
Ahora es nuestro trabajo llevar lo que hemos aprendido, tanto académica como políticamente, al próximo capítulo de nuestras vidas. Cada universidad que ocupamos merece escuchar los ecos del eslogan de nuestra escuela en el momento en que entramos en el campus: “Una injusticia contra uno es una injusticia contra todos”.
Como clase de último año, hemos luchado, hemos ganado y nunca dejaremos de luchar.