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Día de la Independencia Colombiana Trabajadores no tenemos fronteras—luchemos por un mundo comunista

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09 Agosto 2021 137 visitas

Mientras el gobierno colombiano promueve discursos de celebración por la presunta independencia del país el 20 de julio, jóvenes trabajadores que viven en la ciudad de Nueva York, entre ellos una compañera del PLP, comunistas simpatizantes de PL y otros organizadores, denuncian desde Time Square, hasta el consulado de Colombia, Bryant Park y finalmente Flushing Meadows, la opresión y el sometimiento de la clase trabajadora en Colombia por parte de multinacionales, corporaciones y gobernantes de países imperialistas como Estados Unidos. Desde hace dos meses comenzó el liderazgo de estos jóvenes quienes se conocieron en las calles protestando. El proceso de organizarse ha costado tiempo, debates, discusiones y lágrimas.
Estos trabajadores con un rango de edades desde 19 hasta 50 años, han reconocido que el motivo que les convoca es triste y cruel: el sufrimiento causado por el capitalismo devastador. Sin embargo, ese sufrimiento colectivo ha convocado a la creación de comunidad, ha solidarizado a los colombianos con otros de su misma región e incluso con la lucha de otros trabajadores en Palestina, Guatemala, República Dominicana, Haití, Sudáfrica, Cuba, Perú, México y Puerto Rico.
La marcha comenzó con un discurso en inglés y español escrito por dos comunistas, una de ellas parte del PLP. En este discurso se listaron 10 motivos por los cuales Colombia no es independiente, entre ellos: el capitalismo y la acumulación de riquezas que priman sobre la vida; el colonialismo que aún desplaza a miles de indígenas y afros destruyendo sus comunidades y su cultura; las decisiones sobre el territorio llamado colombiano que se toman desde los intereses económicos de Washington, Ottawa y otras potencias internacionales. También se listaron las cifras oficiales de víctimas la brutalidad policial en todas sus formas durante los últimos dos meses y medio, poniendo en evidencia la violación al derecho de protesta.
No somos independientes hasta que este sufrimiento se detenga
El discurso continúa con que sólo celebraremos la independencia cuando no haya más gente pasando hambre, no haya más desempleo, falta de oportunidades y agresiones sexuales; no haya más desplazamientos, destrucción ambiental y sistema de salud ineficiente.
La estructura visual y performativa de la marcha incluyó a cinco personas con escudos y cascos representando a los jóvenes de primera línea que casi tres meses después del estallido social, aún siguen confrontando diariamente al ESMAD opresor y violador. Había una segunda línea comprendida por cinco mujeres lloronas, vestidas de negro y con velo, cargando letreros y partes de cuerpos mutilados y sangrando. Ellas intervenían a lo largo de la marcha con llantos y voces de lamento y se intercalaban con la voz que encabezaba la marcha para contar la historia de sus hijos y vecinos mutilados y encontrados en el río, en las puertas de sus casas o desaparecidos aún. El fascismo abierto ejercido en Colombia a través de su historia, se ve reflejado en estas prácticas tortuosas para acallar voces denunciantes convirtiendo a este territorio en el país número uno en asesinatos a líderes sociales en el mundo.
Subsiguiente, estaban las lápidas con los nombres de las recientes 73 víctimas de homicidio policial, dos ataúdes grandes y detrás de estos, otros letreros y una bandera colombiana distorsionada y manchada con tinta roja representando la sangre de las víctimas.
Durante la marcha se gritó una estrofa de la Milonga del Fusilado compuesta por el uruguayo escritor Carlos María Gutiérrez para denunciar la violenta represión de los Tupamaros en su país, (movimiento de liberación nacional) en 1973.
“Mi voz, la que está gritando / Mi sueño, el que sigue entero / Y sepas que solo muero / Si ustedes van aflojando / Porque el que murió peleando / Vive en cada compañero”. Continuaba la consigna diciendo: Por nuestros muertos: ¡Ni un minuto de silencio! Ni un minuto de silencio por los desaparecidos, mujeres violadas, niños muriendo de hambre, masacres, comunidades afro e indígenas desplazadas.
La marcha continuó en el tren hacia Queens donde se realizaron montajes artísticos y se interactuó con la gente de otros países explicándoles la situación en Colombia y estableciendo similitudes con sus gobiernos. Mexicanos, ecuatorianos y cubanos se unieron a los cantos. En el parque de Flushing el discurso antiimperialista y de denuncia a la opresión de la clase trabajadora en Suramérica continuó mientras la gente aplaudía, alzaba sus puños y gritaba junto con la marcha.
La marcha finalizó en un plantón uniéndose a un grupo abolicionista que esperaba a los protestantes para compartir comida, danzas y discursos.
El discurso que dio apertura a la marcha y acompañó las denuncias por las calles, concluyó con que necesitamos cambiar el sistema capitalista, acabar con el imperialismo y deshacernos de todos los gobernantes, multinacionales y corporaciones que nos oprimen. Para ser independientes necesitamos organizarnos, unir fuerzas y luchar. Solo seremos independientes hasta que todos en este mundo, incluidos México, el Congo, Haití, Palestina… ¡Todos, seamos independientes!