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Luchar contra desalojos, desenmascarar motivo racista

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09 Agosto 2021 62 visitas

Washington, DC, 4 de agosto—cuando la moratoria sobre los desalojos de viviendas en los EE. UU. se acercaba a su fin, los inquilinos y organizadores, incluyendo a miembros y amigos del Partido Laboral Progresista (PLP), se unieron a Stomp Out Slumlords (SOS), afiliado a DSA, para protestar los desalojos de nuestras hermanas y hermanos que los dueños de propiedades y sus lacayos políticos persiguen con ansiedad. Cientos de personas marcharon hacia la Casa Blanca exigiendo el cese de los desalojos. Algunos acamparon durante la noche en una vigilia para protestar contra este ataque a la clase trabajadora.
Los comunistas entienden que la lucha de clases contra los terratenientes-parásitos, incluyendo el cese directo de los desalojos y el paso a la acción militante y al apoyo del resto de la clase trabajadora, es el camino a seguir en esta lucha. Un miembro del PLP también asistió a la pobre protesta simbólica contra el desalojo organizada por Cori Bush y AOC en el Capitolio, pero como se esperaba, no se escuchó nada sobre cómo el capitalismo más una pandemia significa un desastre para los trabajadores que intentan quedarse en sus hogares.
La lucha de clases y la acción directa deben pisotear a los terratenientes de barrios marginales junto con sus aliados capitalistas a través de la revolución comunista. Muchos participantes en esta protesta, marcha y vigilia recibieron con alegría copias del DESAFÍO y se comprometieron a investigar la necesidad de una lucha a largo plazo por el comunismo para derrotar los ataques racistas anti-trabajadores de la clase dirigente.
SOS sostiene que sus protestas ayudan a los organizadores e inquilinos a practicar sus habilidades organizativas y de liderazgo. Los organizadores reunieron gráficos, consiguieron alimentos y recursos, y corrieron la voz a otros líderes, organizaciones y medios de comunicación. Los comités de inquilinos aprovecharon sus redes sociales para convocar a sus vecinos para acciones políticas. Para algunos inquilinos, estas son sus primeras acciones políticas las cuales energizaron a todos. Para los organizadores, inquilinos y espectadores, estar rodeados de vecinos con un propósito común puede ser “radicalizador”: la gente comienza a imaginar el inmenso poder que podrían tener si continúan organizándose y luchando. Sabemos que la crisis de los desalojos está golpeando duramente y no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros vecinos corren el riesgo de unirse a los habitantes de calle.
 Según un informe del 2020 del Aspen Institute, se estima que entre 30 y 40 millones de personas en los EE. UU. corren el riesgo de ser desalojadas debido a la crisis de vivienda del COVID-19. Si las tendencias anteriores continúan, la próxima crisis de desalojos conducirá a tasas más altas de infección por COVID-19, especialmente a medida que surjan nuevas variantes del virus, y el impacto se sentirá con mayor fuerza en las comunidades negras (Brookings, 8/2). La escala de este problema expone los problemas fundamentales del carácter racista del capitalismo: “las ganancias primero, las personas de último”.
El capitalismo erosiona interminablemente a las comunidades y seguirá haciéndolo hasta que desaparezca y sea reemplazado por el poder colectivo de los trabajadores. Las comidas comunitarias, las barbacoas y las fiestas junto con las protestas políticas pueden reforzar el potencial revolucionario al crear un sentido de comunidad y solidaridad. Uniéndonos y construyendo una organización revolucionaria, el PLP, asegurará un futuro para el crecimiento de la solidaridad de la clase trabajadora, mientras avanzamos juntos en el camino hacia la revolución comunista.