La mortífera bomba suicida que explotó el 26 de Agosto en el aeropuerto internacional de Kabul, fue otro sacudón que merma la importancia de los EEUU, un poder imperialista en franco declive. Una vez que los terroristas de poca monta en ISIS-K asumieron responsabilidad por el ataque, que mató a cerca de 200 trabajadores y 13 miembros del personal militar de EEUU, el líder de la pandilla terrorista más grande del mundo, contra-atacó con un misil teledirigido que masacró por lo menos a 10 civiles, incluyendo a 7 niños (New York Times, 5-9-2021). “Los buscaremos y los haremos pagar” (Reuters, 27-8-2021), declaró el Presidente de EEUU, Joe Biden. Pero la bravuconada de Biden no engaña a nadie. La caótica retirada militar revela la debilidad de la clase dominante estadounidense que se inclina hacia el fascismo y hacia una guerra más amplia en un mundo cada vez más volátil.
Que no quepan dudas: El fin del último desastre imperialista en Afganistán no es un paso hacia la paz. De hecho, abre la puerta para que los patrones estadounidenses aceleren sus preparativos fascistas con miras a un conflicto con China, y posiblemente Rusia, sus rivales capitalistas más importantes. Pero la falta de unidad, incompetencia y desorden general de los patrones estadounidenses se intensifica aún más mientras se preparan para el inevitable choque.
En un periodo en que la clase trabajadora internacional confronta lo peor que el capitalismo puede ofrecer – el ahondamiento de una crisis climatológica, una pandemia fuera de control, el terror racista y machista, y el desempleo masivo – queda clara la absoluta necesidad de que los trabajadores nos pongamos en pie de lucha. Nuestra única vía hacia delante es forjando el Partido Laboral Progresista, internacional y comunista, como nuestra arma para destruir el capitalismo y a los patrones genocidas, de una vez y para siempre.
Patrones de EEUU tratan de enrumbarse a la guerra
En este momento en que Biden – y los Grandes Fascistas del capital financiero que el representa – necesita desesperadamente la unidad interna para establecer un nuevo rumbo, su sistema yace en el desorden. Las inundaciones e incendios forestales, la nueva ola de muertes debido al Covid-19, y el desempleo creciente son las realidades evidentes del capitalismo en la era de la pandemia.
Biden confronta su propia crisis de legitimidad. Criticó a sus altos mandos militares cuando estos se opusieron a la retirada abrupta. Ahora sus generales predicen que Afganistán terminará en una guerra civil (Al Jazeera, 5-9-2021). La propuesta de ley de más de un trillón de dólares que Biden propuso para renovar la infraestructura, que los patrones necesitan para poder competir con sus adversarios chinos, puede terminar torpedeada – no sólo por los Pequeños Fascistas aislacionistas, que se han adueñado del Partido Republicano, sino también por algunos de los presuntos aliados de Biden en el congreso (ABC News, 5-9-2021).
El plan a largo plazo de los Grandes Fascistas, de usar el aumento a la tasa de impuestos para recaudar fondos para la guerra y disciplinar a su clase, que es un distintivo del fascismo, se enfrenta a una fiera resistencia de compañías como la multi-trillonaria Apple y de uno de los pilares del capital financiero, Exxon Mobil (Business Insider, 3-9-2021).
Lo que más les preocupa a los patrones estadounidenses es su incapacidad de ganarse la lealtad de una población cansada de las guerras para luchar en las aún más grandes guerras que se avecinan. Los jóvenes de clase trabajadora – en su mayoría desempleados y con deudas aplastantes, y muy enojados por el terror policial racista y machista – rechazan la idea de morir por el podrido imperio estadounidense. En encuestas de los trabajadores menores de 30 años, sólo 38 por ciento expresó un “fuerte apoyo” por el ejercito, una reducción de 15 puntos porcentuales desde hace solamente tres años (military.com, 10-3-2021).        
Imperialistas chinos y rusos explotan los fracasos de EEUU
El fracaso de EEUU en Afganistán les ha dado a China y a Rusia la oportunidad de presentarse como colaboradores de confianza en Asia Central y otras regiones. Mientras que muchos países tuvieron que evacuar al personal de sus embajadas durante los trastornos en Kabul, tanto China como Rusia mantuvieron sus embajadas abiertas (Foreign Policy, 2-9-2021).
Un portavoz del estado chino, con gusto le echo sal a la herida abierta de los patrones estadounidenses, al describir la caída fatal de un adolescente de un jet como, “la caída del mito americano… Más y más gente está despertando” (Wall Street Journal, 1-9-2021).
Mientras que las ruedas de los patrones estadounidenses patinan sin dirección tratando de remendar su decaída infraestructura, el fortalecimiento de los lazos entre el cartel de la droga conocido como los Talibanes y los imperialistas chinos será un gran estimulo para la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, que ya ha conectado a más de 130 países a esa creciente central mundial (CFR, 24-3-2021). En la medida que China expande su influencia económica y militar, así mismo crece el riesgo que un choque entre potencias los lleve a la guerra.
Quizás el más grande comodín en esta mezcla inestable sean los patrones rusos, que se han unido a China para atacar a los EEUU. Según el Presidente Vladimir Putin, EEUU no logró nada en Afganistán, “excepto tragedias y la perdida de vidas” (Reuters, 1-9). Los analistas creen que el abandono del gobierno de Afganistán por parte de Biden podría envalentonar a las fuerzas militares rusas en su continuo conflicto con el aliado de EEUU, Ucrania (Atlantic Council, 16-8-2021).     
No hay honor entre ladrones – tambalea alianza capitalista
La llamada “Doctrina Biden”, que es un rechazo abierto al modelo de la “construcción de naciones”, podría representar el fin del liderazgo de EEUU sobre el viejo y tambaleante orden mundial liberal. También es una gran preocupación para los aliados tradicionales de EEUU. La retirada unilateral estadounidense de Afganistán, dijo el jefe de política exterior de la Unión Europea, Joseph Borrell Fontelles, fue “una catástrofe para el pueblo afgano, para los valores occidentales, y para la credibilidad y el desarrollo de las relaciones internacionales”. (NYT, 4-9-2021).
La falta de consistencia estadounidense ha llevado a que Francia, Italia y Alemania, entre otros países, busquen su auto-preservación y nuevas afiliaciones. Armin Laschet, el presidente-ministro del Norte de Rin-Westfalia en Alemania, declaró que las naciones europeas necesitan “reducir su dependencia en los EEUU” (Washington Post, 31-8-2021).
Mientras EEUU se distancia de los líderes europeos, trata de acercarse a las naciones asiáticas que colindan cercanamente con China. Por el tiempo que la bomba suicida explotaba en el aeropuerto de Kabul, la vicepresidente de EEUU, Kamala Harris, visitaba Singapur y Vietnam, en un descarado esfuerzo para ganarse su favor (Yahoo News, 31-8-2021). Lo que es aún más ominoso, el Comando Estadounidense Indo-Pacifico recientemente presentó una propuesta para la construcción de una cadena de misiles entre las islas de Japón y las Filipinas (Nikkei Asia, 16-4-2021).
Lucha internacional por el comunismo liberará a nuestra clase
Los patrones imperialistas siguen demostrando que su motivación es al afán del lucro máximo – cueste lo que le cueste a la clase trabajadora. ¡Pero los trabajadores seguimos luchando! Hoy en día, en Afganistán, los trabajadores más oprimidos – incluyendo un número de mujeres – han llevado a cabo valerosas acciones contra los violentos patrones Talibanes, exigiendo seguridad, inclusive cuanto los golpeaban (CNN, 4-9-2021).
Estos luchadores han desplegado con valentía su lealtad a la clase trabajadora, a pesar de las represalias que sabían les esperaba. Pero para acabar con la brutalidad y opresión del capitalismo, deben tomar el paso siguiente e integrarse a la lucha internacional por la revolución comunista. Sólo aplastando al sistema de lucro vamos a poder acabar con el machismo, el racismo y la guerra imperialista. ¡Unámonos al PLP y luchemos para triunfar! *