Los Ángeles—Por meses, las recamareras de hoteles han estado organizando en secreto. A principio de noviembre, hicieron su lucha pública. Solamente días después de la elección presidencial de Donald Trump, ganaron el voto en favor de sindicalización 27-15. Hay muchas más luchas por venir. La más importante es la lucha de vida por un mundo mejor; un mundo dirigido completamente por los trabajadores, y no los capitalistas especuladores. Vamos hacer cada lucha por pequeña que sea un paso más cerca al comunismo.
Como se informó previamente en el Desafío, estos patrones sexistas de un hotel de lujo cerca a nuestra iglesia, han estado violando las leyes laborales por mucho tiempo. Las 50 recamareras, principalmente mujeres latinas, han tenido que trabajar a través de los descansos y el almuerzo para terminar con los cuartos (muchos con balcones) que estaban obligados a limpiar cada día. De hecho, frecuentemente tenían que trabajar mucho más de sus turnos de trabajo sin paga.
Han estado trabajando más duro que nunca, especialmente después de que los propietarios del hotel contrataron destructores de la unión. Los propietarios usaron reuniones forzadas en donde les dieron a los trabajadores las razones para no sindicalizarce. Estos destructores contratados trataron de aterrorizar e intimidar a los trabajadores por querer mejores condiciones de trabajo. Exigieron que 7 trabajadoras asistieran a estas reuniones forzadas; en lugar, se presentaron 20 trabajadores más un grupo de apoyo comunitario e interrumpieron los planes patronales. Más tarde, los patrones decidieron atacar a las trabajadoras, reuniéndose con ellas de una a una mientras limpiaban los cuartos.
Durante su plantón de celebración en el palacio municipal, antes de la reunión de la Comisión de Planificación, las recamareras dieron las gracias a todos los que las apoyaron y la comunidad que siempre las ha respaldado; no hubieran tenido éxito sin ellos. En realidad, fueron las trabajadoras las que inspiraron a los activistas comunitarios, a los líderes sindicales, y otros que se presentaron para apoyar sus acciones valientes. Además, tienen el apoyo de otras recamareras de hoteles, que también han pasado por conflictos laborales. Uno de los trabajadores de otro hotel conto que la comunidad da su apoyo masivo a los trabajadores, y justo deseaba que más trabajadores de hoteles alrededor fueran tan audaces y que mostraran este tipo de solidaridad.
En vez de sentirse impotente después de que Trump fuera elegido, uno de los trabajadores dijo “con Trump siendo presidente electo, nos pareció que urgentemente necesitábamos convertirnos en un sindicato para defender a los trabajadores inmigrantes bajo ataque”. Otro dijo, “las acciones dicen más que las palabras”.
Podemos aprender de la solidaridad y las acciones audaces de estas trabajadoras del hotel cuando luchamos contra el racismo y el sexismo. Todos debemos estar organizados y comprometidos en las luchas de clase como esta o contra la violencia racista policial que ha sido una lucha en curso en todo el mundo. Nosotros, como trabajadores, necesitamos apoyarnos mutualmente. Para derrotar el sexismo, el racismo y los demás males del capitalismo, necesitamos convencer a nuestros amigos, nuestras familias, miembros de nuestras iglesias, compañeros de trabajo, y estudiantes para apoyar estas luchas. Los patrones no se van a dar por vencidos. Tenemos que prepararnos para las luchas más grandes que vienen, a medida que las recamareras de hoteles luchan por su contrato y otros trabajadores en el hotel luchan también para ingresar al sindicato. Pero nunca debemos de olvidar que “así es el maldito sistema”. Los patrones harán todo lo que esté en su alcance para seguir explotando a los trabajadores con el fin de aumentar sus ganancias. Necesitamos de hacer todo en nuestro alcance para construir la unidad anti-racista, anti-sexista – la unidad de la clase trabajadora. Únanse al Partido Laboral Progresista, el partido comunista revolucionario, y organiza por un mundo mejor. ¡Poder a los obreros!
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Para Derrotar el Sexismo, Lucha por el Comunismo
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- 14 Enero 2017 86 visitas
La Marcha de las Millones Mujeres, que inicialmente fue organizada por mujeres blancas, el 21 de Enero con fin de responder al sexismo exhibido por del presidente Donald Trump. (La primera Marcha de la Millones Mujeres fue en 1997 en Philadephia, Pennsylvania organizada por mujeres negras y alrededor de políticas feminista negra nacionalistas).
La lucha contra la marea del fascismo debe ir más allá de simplemente marchar en Washington por un día. Únete con el Partido Laborista Progresista para construir un movimiento que luchar por el comunismo y deshace del sistema capitalista desde la raíz de este sistema sexista y racista.
Mientras que los ataques hacia a la clase trabajadora empeoran por todo el mundo, debemos tomar la energía que vemos en una muchedumbre personas que quieren hacer algo y luchar. Debemos estar en nuestros barrios, escuelas y lugares de trabajo y asumir la lucha de escuelas desiguales, el racismo de la policía y la explotación sexista de mujeres trabajadoras.
La elección de Trump es un síntoma de un sistema que está fracasando en grandes escalas. El racismo y el sexismo que Trump ha demostrado en camino a la Casa Blanca no es nada nuevo. Las deportaciones, los asesinatos racistas por los policías asesinos, los ataques contra las mujeres trabajadoras, la segregación de vecindarios y escuelas, y un embate a nuestros salarios han sido ejercido por ambos partidos políticos a instancias de los mayores capitalistas, sin importar quien ocupe el puesto en la casa blanca.
Por todas las razones que odiamos a Trump, el racismo y el sexismo son inseparables del capitalismo. Esas ideas podridas están profundamente arraigadas en los jefes dividiendo a la clase obrera para mantener a las personas oprimidas.
Clinton hubiera sido la Sexista encargada
Hillary y Bill Clinton y sus aliados han servido de pantalla para las guerras de los patrones capitalistas contra la clase obrera internacional durante dos décadas. Hillary fue la compañera de trabajo de su marido durante su brutal administración contra los trabajadores en la década de 1990. (Como una vez dijo con la famosa frase, “Somos el presidente.”) Ella se hizo oír como defensora de la reforma sexista, racista de la asistencia pública, que arrojó a millones de personas - de manera desproporcionada a las madres y los niños negros- a la pobreza extrema.
Hillary Clinton también respaldó la ley contra el crimen del 1994, incluyendo la regla de “los tres golpes”, que abrió el camino para el encarcelamiento racista en masa y amplió el complejo industrial de prisiones para privatizar la mano de obra esclavizada.
Ella deshumanizó la juventud negra en bandas llamándoles “súper depredadores” “sin conciencia, sin empatía... que tenemos que hacerles entrar en ajuste.” Los 100.000 policías adicionales que inundaron las calles de ciudades por Estados Unidos, otra disposición de la ley de Clinton contra el crimen, fueron entrenados como un ejército de ocupación. La reciente ola de asesinatos racistas por parte de la policía -linchamientos por cualquier otro nombre- son el fruto de esa legislación.
A través de sanciones y bombardeos indiscriminados de Irak, los Clinton mataron a 500.000 niños iraquíes. Más tarde, como senadora de EE.UU., Hillary Clinton, apoyó con entusiasmo las invasiones de Afganistán e Irak para garantizar el control de Estados Unidos sobre el petróleo del Medio Oriente, matando a cientos de miles de civiles en el proceso.
Como Secretaria de Estado de Barack Obama, tomó un papel principal en diseñar los ataques sobre la población civil en Libia y el golpe de Estado en Honduras, que ayudó a que sea la capital mundial del asesinato. Ahora ella está encabezando la carga para una intervención más agresiva de los EE.UU. contra Siria, un conflicto que ya ha matado a cientos de miles de personas y ha dejado a millones a la fuga.
Mientras que Clinton es la candidata favorita del capital financiero, su avaricia sin fondo y la imprudencia arrogante están haciendo a los jefes nerviosos. El escándalo de correo electrónico en el Departamento de Estado, seguido por una reprimenda de primera plana en el New York Times, el principal vocero capitalista, pone de manifiesto un grave problema para la clase dominante.
Clinton inspira tan poca confianza que ella puede ser incapaz de obtener el apoyo de las masas para la amplia guerra con la que cuentan los gobernantes estadounidenses para salvar su inestable imperio.
Fracaso Partido
Demócrata desabarrotados
El Partido Demócrata tiene esperanza que la Marcha de Mujeres reviva su partido, pero el crecimiento de los demócratas sólo nos mantendrá en el mismo camino en el que hemos estado: más racismo, más sexismo y más guerras por el petróleo y el poder. Aun cuando muchos están marchando por justicia y contra el racismo y el sexismo, los jefes quieren usar nuestra energía y espíritu de lucha para pelear en sus guerras depravadas de ganancias. El NY Times, un súper oponente de Trump y partidarios del Partido Demócrata acaba de pedir un proyecto militar (1/7), usando disfraz de “servicio” como pretexto para enviar a mujeres y hombres en todo el mundo a matar a hermanas y hermanos de nuestra clase obrera que viven en otros países.
Podremos liberarnos de los capitalistas cuando nos demos cuenta de que no los necesitamos para dirigir la sociedad. Las batallas contra los ataques en contra de la clase obrera son tanto sobre la luchar por nuestra supervivencia y aprendiendo a liberarnos.
Únete a nosotros, el Partido Laborista Progresista, en la lucha para construir una sociedad basada en las necesidades de las masas del mundo y no de la explotación.
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La Historia Sin Contar de los Trabajadores: Unidad Multirracial
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- 14 Enero 2017 78 visitas
Una de las secuelas de las elecciones estadounidense del 2016 fue que los más importantes medios de comunicación capitalistas inmediatamente culparon a la clase trabajadora, en especial a los trabajadores blancos, por la victoria de Donald Trump. Se da por sentado que en los EEUU muchos trabajadores—negros, blancos, Latinos, y otros grupos—están encolerizados. Que los trabajadores blancos tiene la culpa por la elección de un Nazi como Trump es el sentimien to de la clase dominante. La historia de la clase trabajadora “blanca” está íntimamente ligada a la de los trabajadores negros e inmigrantes por sus luchas en común desde que los EEUU fuese una colonia Británica. Las mentiras el racismo patronales representan un agudizamiento en los esfuerzos capitalistas por alienar y dividir a los trabajadores negros, latinos, musulmanes e inmigrantes.
El comunista Partido Laboral Progresista lucha contra el capitalismo en todo el planeta para forjar con la revolución un mundo comunista en el que la clase trabajadora dirija la sociedad. Parte de nuestra lucha es el desmantelamiento de las mentiras anti obreras que promueven los patrones sobre uno y otro sector de la clase trabajadora. Los capitalistas odian y temen al comunismo con buena razón – ya que significa el fin de su lucro, de sus fronteras, de sus imperios, de sus ideas racistas y sexistas y de su clase social.
Trump: Engendro del Capitalismo
A Donald Trump lo odian, con mucha razón, millones de trabajadores en todo el mundo, y masivamente los trabajadores negros y blancos en los EEUU. Donald Trump, sin embargo, no es más que un sirviente de la clase dominante estadounidense. Los medios de comunicación capitalista, en vez de analizar la naturaleza de clase de la presidencia de Trump, se han dedicado a echarle la culpa a la clase trabajadora blanca. “Llamemos [las elecciones presidenciales estadounidenses] el triunfo de los hombres blancos encolerizados de todas partes… Lo único que se puede decir con seguridad es que el colérico hombre blanco ahora está en la posición dominante” (Huffington Post, 9 de nov. 2016). O como lo explicaba el ex presidente Bill Clinton, “Trump no sabe mucho. Una de las cosas que sabe es como lograr que los hombres blancos enojados voten por el” (Politico, 19 de dic. 2016).
Aunque el alevoso tipo de racismo y sexismo de Trump es un peligro mortal para la clase trabajadora internacional, los trabajadores blancos no tienen “la culpa” por la elección de Trump. El capitalismo creo a Trump – o más específicamente, sentó las bases del alevoso racismo y sexismo que el pudo utilizar. Trump es tan sólo el más reciente sirviente del imperialismo estadounidense, cuya historia de generar el racismo y las divisiones racistas entre la clase trabajadora se remonta a la fundación del país.
El racismo: El Arma y Debilidad más Importante del Capitalismo
“Antes de las leyes Jim Crow [separatistas], antes de la invención del Negro o del hombre blanco, o de las palabras y conceptos que los describen, las poblaciones coloniales [estadounidenses] eran en su mayoría una gran masa de peones blancos y negros, esclavos por endeudamiento que ocupaban casi la misma categoría económica y a quienes los señores de las plantaciones y de las legislatura trataba con el mismo desprecio… Conspiraban juntos y libraron una lucha unida contra su enemigo común – el aparato de las grandes plantaciones y el sistema social que legalizaba el terror contra el peonaje negro y blanco”.
-Lerone Bennett, The Road Not Taken [La ruta no elegida]
Palurdos, come-barro, basura – estas fueron las palabras y crudas imágenes que se usaban para describir a esta masa de trabajadores, muchos de ellos niños, que llegaban de Europa a las colonias Británicas de Norte América entre los años 1500 y 1600. La denominación de América como la tierra de las oportunidades contrastaba dramáticamente con la realidad en la que esta era un sumidero de opresión para la fuerza laboral desplazada de Europa y de la creciente población de esclavos africanos. Sin embargo, como Bennett lo hace notar arriba, la “división por el color” entre blancos y negros tomó tiempo para formarse.
El desarrollo del capitalismo en los EEUU durante los años 1600 coincidió con el genocidio de una población indígena mayormente desafiante, y leyes que definían la división por el color de su fuerza laboral. Esta se aceleró después de una gran rebelión de un rico granjero Ingles en 1676. Más de mil esclavos negros y sirvientes blancos (que por contratos de endeudamiento trabajaban para los mismos patrones) quemaron hasta las cenizas la capital colonial Británica de Jamestown en Virginia en la que se conoció como la Rebelión de Bacón. Tomó años derrotar esta rebelión multirracial y aterrorizó a los patrones coloniales locales. Esto conllevó al Código sobre la Esclavitud de Virginia que en 1705 fue la primera ley que impuso la división legal entre los esclavos y los sirvientes.
La explotación del sistema de esclavitud de los negros por los capitalistas estadounidenses hizo posible que, con el tiempo, los EEUU emergieran como un poder industrial. Mientras tanto, la clase trabajadora no daba señales de detener la resistencia. Lo que sigue son algunos ejemplos en la historia estadounidense, de ninguna manera completos, de cómo la historia de los trabajadores “blancos” es inseparable de la de cualquier otro sector de la clase trabajadora.
El Racismo Golpea a Todos los Trabajadores
La inmigración a los EEUU continuó sin cesar durante todos los años 1800. Los estados esclavistas del sur crecieron en riqueza y poder, así como también lo hizo la industria del norte. El primer sindicato, que se formó en 1790, luchaba para negociar con sus patrones mientras que cerca, en Maryland, a los esclavos negros los mataban de cansancio haciendo el mismo trabajo sin paga.
Con la victoria de la Revolución Haitiana en 1804, la pesadilla de la Rebelión de Bacón asediaba a los gobernantes del nuevo Estados Unidos. El entonces presidente Jefferson, famoso autor de la Declaración de la Independencia de EEUU, compartía la preocupación de los dueños de esclavos que una rebelión podría expandirse desde Haití. Mientras Jefferson bloqueaba el envío de armas a Haití, atacaba a los trabajadores blancos. Por primera vez, en 1805, se enjuiciaba a un sindicato organizado por los zapateros de Filadelfia por conspirar con fuerzas extranjeras contra el gobierno, una táctica que los patrones aprendieron a usar (Boyer, Labor’s Untold Story [La silenciada historia de los sindicatos]).
Para 1846, la Asociación de trabajadores de Nueva Inglaterra, organizada por las trabajadoras y trabajadores de los molinos, de descendencia europea, resolvieron que: “La esclavitud estadounidense tendrá que abolirse antes de que la elevación que buscan las clases laborantes pueda verse afectada” (Boyer). Otros buscaban vías más radicales, mientras que cientos de documentadas rebeliones de esclavos, grandes y pequeñas, sacudían a los EEUU.
Los Trabajadores se Enrolan en la Guerra Civil
En 1859, un abolicionista blanco, John Brown, lideró una banda multirracial de 22 hombres que trató de capturar el arsenal federal de Virginia, en Harper’s Ferry. Su fracaso para ponerle fin a la esclavitud armando a los esclavos libres y organizando una guerra de guerrillas, hizo, sin embargo, que el asalto de John Brown, fuese un grito de guerra. Durante la Guerra Civil de los EEUU que le siguió, entre 500,000 a 750,000 trabajadores industriales del norte se enrolaron en el ejército. La primera compañía de soldados movilizados para defender Washington, DC, fue un local sindical integro de trabajadores textiles de Massachusetts.
Los sindicatos se enrolaron unánimemente de esta manera, muchos dejaron de existir durante la guerra. Las compañías de trabajadores del Sindicato de Mineros de Illinois y el Sindicato de Pintores de Brooklyn se comprometieron a aplastar la conspiración de los “dueños de esclavos” (Boyer). Masas de irlandeses, alemanes, polacos e italianos veteranos de las revoluciones en Europa, trabajadores judíos, mineros ingleses y sindicalistas deportados, y más de 40,000 canadienses, estuvieron en el primer regimiento que entró a la guerra y logró victorias importantes.
De ninguna manera todos los trabajadores “blancos” fueron anti racistas comprometidos. En 1863, la misma semana que el primer regimiento negro de la guerra, el batallón 54, entró en combate al lado de un regimiento blanco, se dieron los linchamientos y rebeliones racistas de la Rebelión Racista de Nueva York. Estas rebeliones indican el grado de peligro de que todos los trabajadores, si no están organizados con una política clasista y de lucha, pueden caer en el racismo. Sin embargo, es una realidad que la lucha, el esfuerzo, y por lo menos el entendimiento que la unidad multirracial es esencial para la supervivencia de nuestra clase ha tenido una presencia activa en la clase trabajadora, que se trata de borrar de la historia.
La Historia Oculta de la Lucha Multirracial
Hay mucho más ejemplos de cómo cuando los patrones estadounidenses trataron de promover el terror, intensificar la segregación e imponer leyes basadas en la raza, los trabajadores negros y blancos resistieron. Desde la Huelga General multirracial de Nueva Orleans en 1892, a las varias décadas de lucha armada entre los trabajadores y las milicias patronales y la policía entre 1880 a los años 1920 desde Virginia a Colorado, los trabajadores blancos han escrito su parte de la historia de nuestra clase en sangre, junto con los trabajadores negros e inmigrantes.
Un levantamiento multirracial armado particularmente notable de los mineros del carbón en 1921en West Virginia, conocido como la Batalla de la Montaña Blair, fue derrotado gracias al que se convirtió en el enfrentamiento más grande del ejército estadounidense dentro de las fronteras del país desde la Guerra Civil. Durante la batalla, huelguistas blancos, inspirados por el nuevo estado proletario, la Unión Soviética, se unieron con los trabajadores negros e inmigrantes enviados a quebrar la huelga, para formar un ejército de 13,000 trabajadores. Este evento quedó inmortalizado en la película pro trabajador de 1987, Matewan. Los patrones estadounidenses, decididos a aplastar la insurrección armada, enviaron bombarderos armados con gas y bombas excedentes de la Primera Guerra Mundial, algunas de las cuales fueron capturadas por el ejército de los trabajadores.
La Clase Obrera liderada por Comunistas pelean para ganar
El surgimiento del movimiento comunista le dio a nuestra clase un modelo para la construcción de un nuevo mundo – y hace casi un siglo una revolución en el Imperio Ruso liderada por los Bolcheviques (comunistas), compuesto por gente con diferentes idiomas y grupos étnicos, tomó el poder sobre una sexta parte de la superficie del planeta.
Para los años 1930, la organización de masas liderada por los comunistas del Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) estaba integrando abiertamente con los trabajadores negros y blancos, del norte y del sur, codo a codo en la lucha. El PLP ha analizado críticamente muchas de estas luchas en otros documentos
La toma del poder por el comunismo implica luchar contra las ideas patronales, y finalmente contra el estado patronal. Hay una creciente base para el racismo en los EEUU, pero esta verdad está enterrada bajo la propaganda anti obrera de los capitalistas, que pintan a todos los trabajadores blancos con el mismo pincel. Al descartar a todos los trabajadores blancos como racistas se les niega a todos los trabajadores la unidad con sus hermanas y hermanos de clase de todo el mundo y la posibilidad de aprender de ellos.
Esto no es nada nuevo. Los capitalistas siempre han culpado a la clase trabajadora por los problemas que crean los capitalistas. A los trabajadores negros, especialmente a las mujeres negras en particular se les ha echado la culpa por los peores estragos que han causado el racismo y el sexismo del capitalismo globalmente.
La clase dominante capitalista de los EEUU es el poder imperialista más grande del mundo. Sus inversiones de trillones de dólares abarcan todo el planeta desde el Medio Oriente, hasta África y América Latina. La necesidad que tienen los patrones de EEUU de dividir aun más y separar a la clase trabajadora estadounidense y convencer a una mayoría de luchar por el imperialismo estadounidense en decadencia, es más grande que nunca. Y no hay un momento más urgente para forjar un nuevo movimiento comunista internacional que ahora.
PLP lucha para ser el heredero de este legado de unidad multirracial. Con la agudización de los ataques contra la clase trabajadora internacional y con la creciente amenaza de una guerra inter imperialista en el horizonte, nuestro entendimiento de la historia es más importante que nunca cuando los trabajadores de todas partes del mundo buscan las respuestas que sólo un nuevo movimiento comunista les puede dar.
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No honor entre los imperialistas Se propaga la guerra en Siria
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- 01 Septiembre 2016 78 visitas
El ataque a Siria por Turquía del 24 de agosto, su primera participación directa en una guerra de poder que ya lleva cinco años, muestra la inestabilidad en el Medio Oriente – y la posición precaria, de los imperialistas estadounidenses.
Los patrones turcos, críticos del control estadounidense sobre las vastas reservas petroleras de la región, se han convertido en aliados poco confiables. Erdogan, al enviar tanques y tropas a Siria y autorizar bombardeos aéreos en la frontera, “ha transformado esta horrible guerra en un campo de batalla completamente impredecible” donde “los rusos parecen haber sido quienes mas ganaron” (Der Spiegel, 26/8). La amenaza de un conflicto global esta mas cercano a la realidad, como dice el New York Times, vocero escogido por el ala principal de patrones estadounidenses:
Porque Siria ha involucrado a dos de los principales poderes militares mundiales, Rusia y Estados Unidos, [la situación] podría, probablemente, ser resuelta solo con una invasión a gran escala. En el mejor de los casos, esto requeriría algo parecido a la ocupación americana de años en Irak y Afganistán. En el peor de los casos, invadir una zona de guerra donde tantos adversarios foráneos están activos podría desatar una guerra regional mayor. (NYT, 26/8)
Para los millones de trabajadores asesinados y desplazados en Siria, el horror de una guerra mas extensa ya es una realidad. Imperialistas estadounidenses, rusos y chinos buscan dividir y conquistar al mundo. Con imperialistas pequeños como Irán y Turquía, armados hasta los dientes, en representación de los grandes poderes, los trabajadores de esos países son masacrados, forzados a pelear por los intereses patronales, o convertidos en refugiados.
No importa la nación, grande o pequeña, los capitalistas no son aliados de la clase trabajadora – incluyendo los trabajadores dentro de las fronteras patronales. Su única lealtad es con el sistema de ganancias, para controlar los mercados y recursos, y la súper explotación racista y sexista. Los comunistas del Parido Laboral Progresista somos leales solo a un ideal, aplastar la clase capitalista, sus fronteras, el imperialismo y el terror policial para la liberación de la clase trabajadora. Nuestra meta es la revolución armada por un ejercito rojo de la clase trabajadora.
Porque es importante Turquía para el imperialismo Estadounidense
Con Grecia al oeste, Siria al sur, e Irak, Irán al este, Turquía es un puente del Medio Oriente con el sureste de Europa y Asia Central, y conecta el Mar Negro con el Mediterráneo. Controlar esta vital intersección ha sido prioridad para el imperialismo estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. En 1947, cuando una insurrección armada dirigida por comunistas contra los imperialismos británico y estadounidense en Grecia inspiro a trabajadores en todo Turquía, Estados Unidos despilfarro dinero y armas para fortalecer a los patrones racistas turcos.
En agradecimiento, los patrones turcos condenaron a miles de trabajadores comunistas a prisión, después ayudaron a EE.UU. a construir su alianza imperialista militar OTAN. Turquía es ahora la economía mas grande del Medio Oriente con el segundo ejercito mas grande en la OTAN, después de EE.UU. La razón del reciente acuerdo de “paz” entre EE.UU. e Irán, fue ganar tiempo para que los patrones estadounidenses salgan del Medio Oriente y reconstruir su ejercito, dejando a los patrones turcos como remplazo armado. (CHALLANGE, 10/2). Como explica George Friedman, consejero imperialista del pentágono, “El único país capaz de contrarrestar a Irán y un posible poder a largo plazo en la región es Turquía” (Stratfor, 24/11/14).
Las recientes acciones de los patrones turcos, ponen en duda el plan a largo plazo. Día a día, el imperialismo estadounidense parece estar reaccionando a los eventos en vez de controlarlos. Los “aliados” capitalistas fallan constantemente; cualquier unidad politica es temporal.
No hay honor entre ladrones
El 9 de agosto, usando como pretexto la supuesta complicidad de EE.UU. en el abortado golpe en Turquía, Erdogan visito a su “querido amigo” el presidente ruso Vladimir Putin, prometiendo restaurar lazos diplomáticos y económicos. El 21 de agosto, el gobierno turco sugiere que el ejercito ruso “podría también desear” utilizar la base aérea Incirlik, un espacio critico de la OTAN y por décadas el hogar del arsenal de armamento nuclear estadounidense (Anadolu News, 20/08). Días después, el vicepresidente estadounidense Joe Biden viajo para reunirse con Erdogan y “tranquilizar” tensiones (NYT, 25/8). Pero fue desairado, pues fue recibido solo por el subalcalde de Ankara, capital de Turquía. Turquía había empezado su invasión en Siria, sin conocimiento de EE.UU. (Asia Times, 26/8).
Michael Maloof, analista superior en el Departamento de Defensa de EE.UU. durante el genocidio en Irak del 2003, cree que Erdogan “ha abandonado a la OTAN, y a la UE y esta girando hacia el Este” (r.t.com, 18/8). Aún queda por ver hasta donde llegaran los patrones turcos jugando a enfrentar a los patrones estadounidenses con los patrones rusos, como lo hicieron con los patrones aliados y alemanes durante al Segunda Guerra Mundial. Lo que si queda claro es que una alianza turco-rusa y la aceptación por Turquía para que el presidente sirio, Bashar al-Assad, se quede en el poder en un papel de “transición” – podría parecer “como que Estados Unidos es el único irracional en Siria…Sin embargo, cualquiera respuesta rusa a las propuestas turcas, ayudara a determinar la trayectoria del conflicto Sirio” (Stratfor, 12/8/16).
De todos modos, los patrones estadounidenses tienen muchas razones para estar nerviosos. En su ímpetu por guardar las apariencias y minimizar cualquier división con Turquía, un vocero del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que Biden y Erdogan habían tenido una “buena y fructífera reunión” – un día antes de que se reunieran (Sputnik News, 24/8).
Construir el PLP para Aplastar el Imperialismo
La pugna de poderes entre los imperialistas estadounidenses y rusos por Siria ha resultado en la mas grande crisis de refugiados de la historia. Aunque el imperialismo estadounidense esta en un relativo descenso en relación con la renaciente Rusia y la creciente China, sigue aventajándolas en fortaleza militar. Los patrones estadounidenses no soltaran su imperio sin una guerra mundial.
Mientras tanto, los capitalistas menores siguen abusando impunemente de trabajadores vulnerables. Las Naciones Unidas han documentado que las trabajadoras enfrentan violaciones, abusos sexuales y raptos sistemáticos en los campos de refugiados. Pandillas venden niñas pre-adolescentes a hombres adinerados en Jordania, o queman sus caras para que no sean deseadas por las milicias criminales apoyadas por EE.UU. Rusia e Irán (Guardian, 25/7). Miles de jóvenes son conscriptos a punta de pistola, usados como carne de cañón para esas mismas milicias.
La tarea de los comunistas y amigos del PLP es hablar de estas ideas y vender el DESAFIO en nuestros lugares de trabajo. Cada suscripción al DESAFIO es un clavo en el ataúd de los patrones. Debemos organizar grupos de estudio para analizar un mundo en el cual cada ataque a nuestra clase se conecte a la rivalidad inter imperialista. Además, necesitamos organizar plantones en solidaridad con nuestras hermanas y hermanos de clase en el Medio Oriente. Conforme las ideas comunistas se vuelvan ideas masivas entre los soldados, estudiantes y trabajadores, estas mismas ideas nos llevaran hasta la toma del poder – ¡para liberar, de una buena vez, a toda nuestra clase!
Las inundaciones en Baton Rouge, Luisiana, lugar de las rebeliones de julio después del asesinato de Alton Sterling por la policía racista, son un desastre capitalista. Las inundaciones nos muestran el podrido sistema de ganancias patronal y la capacidad de la clase trabajadora para dirigir la sociedad sin explotación.
Mas de 7,000 han quedado sin hogar y están atrapados en refugios sobre poblados. Han muerto trece y 100,000 hogares están dañados. Un total de 400,000 personas fueron devastadas por las inundaciones. Y cada una es victima del capitalismo.
Los desastres “naturales” pueden prevenirse
La naturaleza crea lluvias masivas, pero el capitalismo – un sistema dirigido por y para los patrones – crea desastres. Después de la histórica inundación de 1983 en el área de Baton Rouge, debido a la mala construcción de un puente carretera, los políticos y las agencias gubernamentales prometieron la prevención de futuros problemas. Pero como para los patrones capitalistas la infraestructura para la clase trabajadora no es vista como una fuente de lucro, no paso nada. “Oficiales locales empezaron a tomar pasos para mejorar los sistemas de protección de inundaciones, como elevar puentes carreteras, mejorar los diques, además de aprobar un impuesto para financiar parte del proyecto para el 2000. Sin embargo, estos esfuerzos no se prolongaron” (veoci.com, 25/8).
El proyecto Comite River Diversion Canal pudo haber protegido a la gente y sus hogares, pero el proyecto – a pesar de ser financiado por los impuestos de los trabajadores desde el 2001 – ha estado retrasado por mas de 30 años. No es que sea una nueva tecnología. La especie humana ha estado creando canales desde la Mesopotamia, alrededor de 520 AC.
Censura de los medios de comunicación, indiferencia del gobierno
Para evitar las distracciones del patriotismo creado por las olimpiadas en Rio, la prensa capitalista prácticamente ha ignorado el peor desastre estadounidense desde la súper tormenta Sandy en el 2012. Como lo admitió el editor del New York Times, “Sin duda es un periodo muy ocupado…pero una organización noticiosa como el Times…seguro puede encontrar la forma de cubrir una tormenta que ha devastado tan amplio trecho de la Costa del Golfo en el país”.
Los patrones del área de Baton Rough no actuaron mejor. Una residente, Linda Smith, dijo que no hubo alarmas eficaces: “No nos llamaron, o enviaron mensajes, nada”. Nadie fue evacuado del área antes de que empezara a llover mas fuerte.
Esta indiferencia es descaradamente racista. Los trabajadores negros en Luisiana tienen una tasa de desempleo oficial de 9.5%, mas del doble que los trabajadores blancos. La capital, Baton Rouge, es en su mayoría de población negra, y en el 2013 tenia el primer lugar en casos de VIH y SIDA. La mayoría de los casos eran en los barrios segregados de clase trabajadora negra al norte de Baton Rouge, donde una tercera parte de los trabajadores negros viven bajo la línea de pobreza, y solo el 46% de los hombres negros se ha graduado de la secundaria (New York Times, 11/7).
Once días después que comenzaran las inundaciones, el presidente Barack Obama alabo a la notoriamente negligente Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, siglas en ingles). En el 2005, durante el letal huracán Katrina, FEMA no permitió que las misiones de rescate y alimentos llegaran a las familias, puso a la gente en casas contenedores que contenían niveles tóxicos de formaldehido. Mas de una década después, ¡la gente aun esta viviendo en estas latas venenosas!
Aprendiendo de Katrina
Algunas de las victimas de las inundaciones en Baton Rouge podrían haber sufrido del racismo durante Katrina; la ciudad le dio refugio a familias desplazadas de Nueva Orleans. Katrina nos mostro la base racista del capitalismo y como los patrones usan los desastres que afectan a la clase trabajadora como oportunidad para crear políticas fascistas para el no tan distante futuro. Comprendiendo Katrina puede preparar a la clase trabajadora para lo que le espera y empezar a luchar ahora.
La clase capitalista y sus políticos convirtieron el desastre no natural de Katrina en el asesinato masivo de mas de 1,400 trabajadores en su mayoría negros. Nueva Orleans fue tratada como zona de guerra. Los políticos liberales como Hillary Clinton, ahora candidata presidencial demócrata, pidió que se extendieran los poderes de FEMA y saco tropas de Irak para su despliegue en Nueva Orleans. Unidades militares fueron utilizadas para proteger la propiedad privada y se unieron a la policía hostigando a la población negra que aún quedaba en la ciudad.
Pero los trabajadores y jóvenes negros decidieron actuar por su propia cuenta. Proveyendo agua y alimentos, pañales y rescatando a familias y vecinos. Fue la colectividad de la clase trabajadora en su máxima expresión. Mientas tanto la prensa racista capitalista presentaba a los trabajadores como saqueadores y violentos criminales.
En solidaridad con los trabajadores de Nueva Orleans, el Partido Laboral Progresista organizo un proyecto de verano, mientras la ciudad continuaba bajo la ocupación militar nosotros tuvimos acciones políticas, limpieza e ideas comunistas. En otras ciudades el PLP organizo trabajos de asistencia y difundió las políticas comunistas entre los refugiados en Texas y el Medio Oeste. Movilizamos cientos de trabajadores para atacar los planes de los patrones liberales de extender la ocupación militar. Nuestra consigna: “¡Desde Nueva Orleans a Irak, la clase trabajadora debe de luchar!”
Nuestro trabajo en Nueva Orleans nos enseño como fortalecer solidaridad con nuestras hermanas y hermanos de clase en Baton Rouge. Seguimos el liderato de estos trabajadores, cuyo instinto de colectividad es aparente al organizar los alimentos, refugio, y apoyo entre ellos. Cuando los trabajadores de la educación y estudiantes regrese a las escuelas en las ciudades donde el Partido tiene concentraciones, podemos mostrar el racismo del capitalismo poniendo a Baton Rouge al centro de la lucha.
El liderato revolucionario de los trabajadores negros
En julio, miles de trabajadores y jóvenes en Baton Rouge se revelaron contra la policía local por el asesinato de Alton Sterling. El asesinato de Sterling no fue un accidente. Como dijo un trabajador negro al PL, “El policía que le disparo lo conocía. Sabia quien era. Estos son los mismo policías que siempre patrullan el barrio. Ellos sabían lo que estaban haciendo”.
La tarea del Partido Laboral Progresista es ayudar a abrir las esclusas de la rebelión obrera y guiarla hacia la revolución comunista. Baton Rouge es solo otro ejemplo de cómo los trabajadores negros tienen un papel de liderato en nuestra lucha multirracial por un mundo igualitario.