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Comunismo, cura para pandemia capitalista

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20 Marzo 2020 41 visitas

El mundo esta lleno de incertidumbre mientras se extiende la pandemia de coronavirus a cientos de miles de trabajadores en mas de 160 países o territorios. Para lo único que no hay duda es: Esta crisis muestra dramáticamente la falta de capacidad del capitalismo de llenar las necesidades de la clase trabajadora internacional. Con su mal manejo y negligencia al manejar el Covid-19, los gobernantes nos han demostrado, una vez mas, lo poco que valoran la vida de los trabajadores.
Para los patrones capitalistas, el Covid-19 es un desafío a su sistema, un acelére de la guerra inter imperialista, y una oportunidad para intensificar el fascismo. Para la clase trabajadora y el Partido Laboral Progresista, también es un desafío, y una oportunidad. Necesitamos aprender nuevas formas de operar, y no será fácil. Pero si tenemos éxito, podemos demostrar a los trabajadores lo saludable que nuestra sociedad será si es dirigida en base a los intereses de nuestra clase. Solo el comunismo puede acabar con la pandemia mas letal de la historia, el capitalismo.
El modelo Chino: Abiertamente Fascista
En Wuhan, China, al principio de la crisis la respuesta de los gobernantes chinos fue de negación y represión. El estado, de forma abiertamente fascista, acallo a los doctores que querían prevenir al mundo de lo que estaba por llegar. Después puso a 45 millones de personas en cuarentena, rechazándolos de los hospitales sobre poblados y poco abastecidos, para que murieran sin atención medica en sus hogares (Reuters.com,13/2).
Cuando comparamos las políticas de los patrones, chinos hoy en día, al sistema de salud comunista construido por los trabajadores después de la revolución en 1949, la diferencia es bastante clara. Las monumentales campañas de salud de los comunistas chinos, dirigidas por los “doctores descalzos” revolucionarios, curaban las enfermedades y eliminaban otras por completo. En tan solo diez años, duplicaron la expectativa de vida de los trabajadores y bajaron la mortalidad infantil a la mitad, ¡esos fueron los grandes logros en salud publica mas grandes de la historia de la humanidad!
Conforme se extiende el coronavirus alrededor del mundo, otros países han seguido los mismos pasos fascistas chinos. Corea del Sur, segundos después de confirmar casos en Asia, creo programas de pruebas masivos, que de por si solos, serian una buena herramienta para contener la epidemia, pero, cuando la gente daba positivo al virus, el gobierno utilizo una ley para permitir el rastreo “a través de CCTV, usando información de los teléfonos, autos, transacciones por tarjetas de crédito, información de entrada migratoria y otros detalles personales” de cualquier persona infectada (Reuters.com). Los patrones surcoreanos usaron el covid-19 para aumentar su vigilancia y extender su control de los trabajadores, medidas que seguirán aun después de la pandémica.  
En Israel, otro bastión fascista, los patrones utilizando información “contraterrorista” han estado vigilando los teléfonos de trabajadores “para rastrear los movimientos de la gente con coronavirus para identificar a otros que se han cruzado en su camino y ponerlos en cuarentena” (New York Times, 16/3). Como dijo el antiguo jefe del aparato de seguridad interna del país, “La democracia liberal es violada por toda clase de batallas”.
En New Rochelle, Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo, un demócrata liberal, crea la “zona de contención” con un radio de una milla, enviando a la Guardia Nacional para que la vigile (NPR.org,10/3). Estas condiciones militarizadas pronto estarán en tu barrio. El viernes, 13 de marzo, el presidente Donald Trump declaro “emergencia nacional” bajo leyes federales que le permiten “apoderarse de propiedades, organizar y controlar los medios de producción, apoderarse de productos, asignar las fuerzas militares en el extranjero, implementar la ley marcial, tomarse y controlar todo tipo de transporte y comunicación, regular operaciones de empresas privadas restringir viajes, y muchas otras formas de controlar la vida de los ciudadanos estadounidenses” (Congressional Research Service Report). El fascismo no podría ser mas abierto que esto.
El modelo Italiano: El colapso de la fnfraestructura
Italia confirma que de unos cientos de casos de covid-19 ha subido a mas de 30,000 en solo tres semanas, y su sistema de salud esta sobre saturado. Los patrones responden a la crisis con un triage de control: “El criterio para permitir el acceso a la terapia intensiva en casos de emergencia deberán incluir una edad de menos de 80 o tener menos de 5 en el índex de comorbilidad Charlson” (The Telegraph, 14/3). Es decir, los doctores dictaminaran quien merece ser salvado o quien no (The Atlantic, 11/3). Los nazis tenían una posición similar sobre salud para los ancianos, discapacitado y los enfermos crónicos.
No nos sorprende la falta de camas de cuidado intensivo y recursos en todo el mundo. En 2015, un grupo del Departamento de Salud Estatal estimo que “una epidemia severa de 6 semanas” podría dar un resultado de 89,610 pacientes con problemas respiratorios agudos “y no habría suficientes mascarillas ventiladoras en el estado para llenar la demanda” (helath.ny.gov). Los patrones sabían que la próxima pandemia llegaría, pero tener de mas en inventario no ofrece ganancias. La ineficacia hospitalaria es lucrativa; el exceso no lo es. En EE.UU., la nación mas rica del mundo, solo existen 2.8 cama por mil personas – menos que en Corea del Sur (12.3), China (4.3), o Italia (3.2) (NYT, 14/3). En la ciudad de Nueva York, el hogar de Wall Street y sus decenas de miles de millones de dólares anuales en ganancias, mas de 20 hospitales han cerrado sus puertas desde el año 2000 por “presiones financieras” (nbcnewyork.com, 6/8/13). Algunos hospitales han sido remplazados por condominios de lujo. Como siempre, para los patrones el dinero es primero.
A falta de un adecuado sistema de salud, o por lo menos un mínimo de kits de análisis, los capitalistas promueven la “distancia social”, cerrando espacios públicos (escuelas entre ellos), y media cuarentena frente a las primeras señales de enfermedad. Mientras que estas pueden ser recomendaciones importantes desde la perspectiva de salud publica, son casi imposibles para la sobrevivencia de los trabajadores que no tienen días de enfermedad u opciones para el cuidado de sus hijos. Quienes son golpeados mas duramente por las desigualdades racistas del capitalismo; trabajadores negros, latinos, inmigrantes e indocumentados, personas sin hogar y sin seguro medico – son los mas vulnerables al coronavirus y los menos equipados para ajustarse a las “nuevas normas”. Debemos continuar luchando para ayudar a estas personas y sus familias, vigilar su salud, seguridad y que tengan comida.
Luchemos contra los patrones, no entre nosotros
Un aspecto histórico de fascismo, durante la aguda arremetida patronal hacia la guerra, es enfrentar a trabajadores entre si. Con el covid-19, Trump y sus secuaces utilizan el discurso racista de “un virus chino”, lo que hace que algunos trabajadores vean con recelo a cualquier persona que estornuda, especialmente si aparenta ser de ascendencia asiática. Además, la falta de recursos ha creado un frenesí de acumulación innecesaria. Cuando los trabajadores están aislados y con miedo, son mas susceptibles al contagio de las ideas putrefactas patronales: egoísmo, individualismo y competencia.
Seamos claros: Nuestro verdadero enemigo es el capitalismo. En cada desastre “natural” o no, desde Haití a Nueva Orleans o Puerto Rico, los trabajadores han escogido el lado correcto, defender a su clase. En esta época de emergencia, el PLP continuara trabajando dentro de nuestras organizaciones de masas y luchando por la unidad obrera y la consciencia de clases y contra el miedo y la histeria. En donde las escuelas estén cerradas, organicemos escuelas de libertad. Organicemos bancos de comida en nuestras cuadras y en nuestros edificios. No solo nos mantendrá con la moral alta en estos tiempos duros, sino que también mostrará que la clase trabajadora puede dirigir la sociedad.
Conforme la clase dominante estadounidense trata de infectarnos con su miedo racista, los comunistas del PLP responderemos luchando contra la raíz de esta pandémica; los patrones chupasangre y su enfermo sistema. Hoy tenemos la oportunidad de demostrar que el comunismo es la única solución para nuestra clase. Convirtamos la lucha contra el coronavirus en una lucha contra el capitalismo. ¡Únete al Partido Laboral Progresista!

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Fascistas divididos en crisis: Trump vs. Biden

Mientras se intensifica la crisis del covied-19, la clase dominante capitalista es golpeada por la división e inestabilidad. En el mundo entero los precios y demanda de petróleo cayeron a un nivel record (NYT, 4/3). Los mercados mundiales, desde Nueva York a Londres y Shanghai, han caído también. En EE.UU. la administración de Donald Trump ha sido un desastre de incompetencia anti-científica. Hace dos años, desmantelo el equipo de respuesta de pandemias. Y recientemente, al no tener kits de análisis de prueba del coronavirus disponible rápidamente, el gobierno ha sido causal en extender el brote.
Ahora esta claro que el aislamiento, el enfoque de Fortaleza América – la agenda favorita de los pequeños fascistas detrás de Trump – no funciono contra el virus. Pero, también es importante señalar que la crisis de salud pública de hoy en día fue creada por los liberales del capital financiero, los mismos grandes fascistas que ahora esperan capitalizar con la pandemia, ganando la presidencia y su control sobre el aparato estatal en noviembre.
No fue un accidente que la primera acción del gobierno estadounidense contra el covid-19 fuera inyectar $1.5 billones al mercado de prestamos a corto plazo, para mantener el capital financiero a flote. Esa cantidad es pequeña comparada con la ley de “ayuda” de emergencia pasada por Nancy Pelosi, presidente de la Cámara Demócrata del Senado, medidas insultantes que ofrecían sueldo por enfermedad a solo el 20% de los trabajadores (New York Times, 14/3). Los patrones siempre pondrán la avaricia del capitalismo antes que las necesidades de la clase trabajadora – aun mas cuando sus ganancias son amenazadas.
La patética respuesta de los demócratas liberales al coronavirus hace eco de su desinversión criminal para la salud de los trabajadores. Consideremos el record de Joe Biden (D-MasterCard), acolito de bancos y la industria de tarjetas de crédito, quien es ahora el principal candidato a la nominación presidencial demócrata.  Empezando en los 1980, cuando no estaba promocionando las encarcelaciones masivas racistas, el entonces Senador Biden dirigió la arremetida por los recortes al Seguro Social, Medicare y Madicaid (theintercept.com, 13/1).  Constantemente puso en peligro a los mismos grupos que ahora están en riesgo con la actual pandémia: los ancianos, discapacitados, y las familias de escasos recursos. Apoyo el presupuesto de Ronald Reagan que “recorto la ayuda medica federal a mas de una quinta parte de la población estadounidense” y otorgo a los estados la libertad de eliminar completamente el medicare para los trabajadores pobres (Washington Post, 21/8/81).
En 1987, en. Su primera campaña presidencial, Biden apoyo una enmienda para enlistar al VIH en “la lista de enfermedades contagiosas peligrosas que prevendrían la entrada a inmigrantes a este país” (thedailybeast.com, 3/13).
En su actual campaña para conseguir los votos negros, el principal crédito a su credibilidad son los ocho años que paso como vicepresidente de Barack Obama. Pero, cuando se trata de salud publica, el legado de Obama es un desastre anti-obrero. En 2015, el presidente de los “cambios que necesitamos” llamo por un recorte del 8%, 50 millones al programa que “ayuda a familias sin seguro medico a conseguir vacunas y fondos, la respuesta gubernamental a los brotes de enfermedades que aparecían por falta de vacunaciones” (theatlantic.com, 2/2/15). En total, Obama propuso recortes de $399 mil millones a Medicare, Medicaid, y otros programas de salud federales, incluyendo el servicio de salud en el hogar. Esto es lo que dijo el New York Times entonces (2/2/15):
Además, el presupuesto del Sr. Obama reduciría los pagos de Medicare a hospitales escuelas, cientos de pequeños hospitales rurales y asilo, organizaciones de asistencia de salud que se encargan de la salud de ancianos en EE.UU. y la gente con discapacidades.
Esta legislación de Obama-Biden, la ley Affordable Care Act, dejo a mas de 25 millones de gente sin seguro medico y decenas de millones con seguros insuficientes, a un alto costo y prohibiendo altos costos de co-pago y deducibles. “De los 194 millones de estadounidenses adultos entre la edad de 19 a 64 años en 2018, se estima que 87 millones, o el 45%, estaban inadecuadamente asegurados” (commonwealthfund.org, 7/2/19). Aun con una prueba de coronavirus gratis, una estadía de 10 días en un hospital por neumonía podría costar a un trabajador no asegurado “entre $75,000 y 100,000” (cnbc.com, 10/3). Cuando un adecuado cuidado de salud significa la bancarrota, ¿nos sorprende que muchos trabajadores no quieran obtener tratamiento?
Como nos muestra el record de Biden, los patrones liberales son en verdad el principal peligro.