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Cuidado de salud capitalista es una atrocidad racista
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- 22 Enero 2021 128 visitas
Fue interesante escuchar que el racionamiento de la atención médica que estaba ocurriendo en California y otros estados que están abrumados por pacientes infectados con Covid-19. Fui terapeuta respiratorio durante más de 40 años, y recuerdo durante décadas el racionamiento de la atención médica en los hospitales de comunidades principalmente negras y latinas en los lados sur y oeste de Chicago.
La principal forma en que se practica el racionamiento en estos hospitales de barrio de clase trabajadora es a través de la falta de personal y suministros. En un gran centro médico y de trauma en Oak Lawn, Illinois, donde la mayoría de los pacientes son blancos, había dos terapeutas respiratorios en la sala de emergencias (E.R.), las 24 horas del día. En uno de los centros de trauma más concurridos de Chicago, en el lado oeste, se asignaría un terapeuta para cubrir uno o dos pisos de pacientes, además de la sala de emergencias.
Muchas veces estábamos ocupados dando atención en el piso de los pacientes, cuando teníamos que detenernos y correr a la sala de emergencias por una emergencia por trauma. Los pacientes de los pisos regulares se vieron desfavorecidos en su atención, porque no podríamos estar en dos lugares al mismo tiempo. En muchas ocasiones, los tratamientos no se pudieron administrar porque estábamos ocupados atendiendo a pacientes en la sala de emergencias.Aún así, en otros casos, los pacientes en la sala de emergencias estaban esperando tratamiento mientras nosotros atendíamos a los pacientes en los pisos regulares u otros pacientes gravemente enfermos en la sala de emergencias. ER
La falta de equipo también fue un problema común. Recuerdo que muchas veces tuve que buscar el equipo necesario, como un medidor de flujo, que se usa para administrar oxígeno u otro equipo y suministros para configurar un ventilador que se usa para ayudar a los pacientes a respirar.
La escasez de personal no se limitó a los pisos de pacientes y a la sala de emergencias. Nunca olvidaré la noche en que tuve que cuidar a 11 pacientes que estaban todos con ventiladores en la unidad de cuidados intensivos. Tuvimos que hacer un seguimiento de nuestra productividad durante el turno de 12 horas. Esa noche mi productividad superó las 20 horas y esta forma de aceleración no era inusual. Dejaron de exigirnos que hiciéramos un seguimiento de nuestra productividad cuando era obvio que, con demasiada frecuencia, hacíamos más de 12 horas de trabajo y se convirtió en la base de las quejas.
La escasez deliberada de personal del hospital y la falta de equipos que atienden principalmente a comunidades negras y latinas es una atención médica racista. Conduce a condiciones de trabajo inseguras y cuidados o racionamiento deficientes. En el lado oeste de Chicago, la esperanza de vida es de 69 años, mientras que a seis millas del centro, la esperanza de vida es de 85 años. Esta brecha es el resultado de la opresión capitalista de todos los trabajadores, pero especialmente de los trabajadores negros y latinos. Los capitalistas adoran el dinero y las ganancias por encima de la salud de los trabajadores, y el racismo sistémico es su arma número uno para mantener a los trabajadores divididos y a la sociedad desigual.
Contraatacamos con una petición que firmaron más de 60 personas, exigiendo más personal y mejor equipamiento. Nos vimos obligados a utilizar dispositivos obsoletos (ya no se fabricaban piezas de repuesto para algunos de los respiradores). Los jefes del hospital comenzaron una cacería de brujas para averiguar quién estaba detrás de la campaña de peticiones. Pero en lugar de intimidar a los trabajadores, muchos hablaron sobre las condiciones de trabajo racistas. Conseguimos más personal y equipo nuevo, pero como la mayoría de las victorias de reforma bajo este sistema, no duró mucho. Cuando los trabajadores se fueron, no serían reemplazados y la gerencia no mantuvo el equipo.
La atención médica podrida es mala para los pacientes y los trabajadores del hospital. La pandemia de Covid-19 expone aún más las fallas de salud pública del capitalismo y las graves desigualdades racistas. Los trabajadores negros constituyen el 30 por ciento de la población de Chicago, pero el 72 por ciento de los casos de Covid-19 reportados. Los trabajadores negros tienen siete veces más probabilidades de contraer y morir a causa del virus que otros trabajadores que viven en la misma ciudad. El racismo estructural y sistémico mata. Debemos luchar y construir el Partido Laboral Progresista, porque solo el comunismo puede garantizar un futuro saludable para nuestra clase.
No vacuna para el virus del capitalismo
Leí el artículo “Combatiendo el virus Covid-19 con vacunas y el comunismo” en el periódico Desafío del 28 de diciembre y lo discutí con los trabajadores de la atención médica en el Partido Laboral Progresista de Chicago. Pensé que era un artículo bueno pero quería agregar unos puntos adicionales.
Cuestiones de la salud pública requiere una respuesta integral. La vacuna es solamente una parte de la respuesta más grande, pero eso está promovido como si fuera la única solución a la pandemia. Esto no es un accidente. Elaborando la vacuna como la única salvadora esta intencionada para absolver a la clase gobernante de responsabilidad. El gobierno prefiere elaborar la solución como una vacuna porque, desesperadamente, quiere evitar llegar a la raíz de la cuestión. La inadecuada infraestructura de la salud pública, la pobreza, el racismo, y el capitalismo desempeñan un papel en la pandemia. Los trabajadores seguirán siendo vulnerables a otra pandemia si estas cuestiones no están enfrentadas. Ya que las vacunas son distribuidas, el gobierno y la prensa darán alabanzas a los científicos y al mismo tiempo darán sus alabanzas para incluir al capitalismo. Intentaran de reclamar que el mercado libre nos ha traído la vacuna y ha salvado a todos. Sin embargo, siempre fue el capitalismo que impulsó la propagación del COVID-19 en forzando la gente a trabajar, cortando demasiado los servicios públicos, sin ofreciéndoles alternativas a los trabajadores. El estado quiere limitar la respuesta a la pandemia a los más estrechos términos posibles. El estado quiere evitar dando a la gente el estímulo, incrementando los gastos para servicios sociales, hipoteca/congelación de rentas, liberando a prisioneros, dando alojamiento a personas sin hogar, etc. Enfocando se solamente en la vacuna, los capitalistas se evitan de
Cualquier responsabilidad para abordar estas cuestiones. Los efectos del covid-19 han impactado cada aspecto de nuestras vidas y seguirá haciéndolo. Los trabajadores han perdido sus trabajos, echados pa’ fuera de sus hogares, y se han encontrado en una situación mucho más precaria por la pandemia. La vacuna no compensará el tiempo perdido. Los trabajadores que tienen que soportar los peores efectos de ésta pandemia tal vez tengan que pasar años intentando de elevarse aunque no tengan ninguna responsabilidad por las deficiencias del estado. Todos debemos de estar contentos de que ya viene una vacuna, pero no debemos dejar que esto sea el único enfoque para abordar la situación de la pandemia.
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Mujeres de clase obrera exhibieron liderato junto a Marx y Engels
Gustaría agregar unos cuantos puntos al reciente artículo del DESAFIO sobre el bicentenario de Friedrich Engels.
Mary Burns, la compañera de Engels por veinte años hasta su muerte, fue una obrera irlandesa de fábrica en Manchester que le ayudó a Engels investigar su libro “La Condición de la Clase Trabajadora en Inglaterra” en 1845, una brillante revelación de las terribles condiciones de trabajo y vivienda de los trabajadores de fábrica. (Debido a la contaminación del aire y la alta mortalidad infantil, la esperanza de vida para la gente nacida en Manchester era la mitad de los que nacieron en el espacio rural cercano). Es verdad, como dice el artículo, que Engels leyó mucho para escribir su libro, pero Mary Burns fue su vínculo esencial conectando las vidas de los trabajadores y sus familias, especialmente para los trabajadores irlandeses quienes fueron los trabajadores más explotados en Inglaterra. Es dudoso que su libro hubiera sido tan poderoso si no pudiera haber visitado los barrios marginales de los trabajadores y haber hablado con la gente quienes vivían allí, teniendo a Mary como su guía.
Mary Burns murió de la edad de 41, probablemente de cáncer del estómago. Engels entonces vivió los próximos 15 años con Lizzie, la hermana de Mary, con quien se casó en su lecho de muerte. Engels decía de Lizzie: Mi esposa fue una verdadera hija del proletariado y su devoción apasionada a la clase en que nació valió mucho más para mí – y me ayudó mucho en tiempos de estrés – que ni toda la elegancia de una educada, artística literata de media clase.
Todas las mujeres en las familias de Marx y Engels eran activas políticamente: la esposa de Marx, Jenny y sus tres hijas, Eleanor, Jenny y Laura. Por ejemplo, Eleanor Marx, tradujo los libros de su padre, fue coautora de un libro sobre la Comuna de Paris, y fue líder en la Liga Socialista.
Hace dos años, salió la película “El Joven Karl Marx”. Lo miré con una pareja que supo mucho de esa historia. Pensamos que era una muy buena película. Cubrió el periodo un poquito antes de que se conocieran Marx y Engels hasta la finalización del Manifiesto Comunista. La película demuestra sus relaciones con sus familias queridas y amigos y sus intensos envolvimientos en las luchas de clase trabajadora de ese periodo. La película tiene altos valores de producción y muy buen actuación.
Pensé que la película fue exacta, políticamente instructivo y divertido. Lo recomiendo vivamente.
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Capitalismo estadounidense en un completo desorden
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- 12 Enero 2021 105 visitas
Cuando la milicia del terror de Donald Trump invadió el Capitolio en Washington, D.C., bloqueando temporalmente al Congreso estadounidense de certificar la elección de Joe Biden, se puso al descubierto la debilidad del ala principal de la clase dominante estadounidense. Conforme trumpistas racistas armados destruían las oficinas y los lideres del Congreso se escondían cobardemente bajo los asientes, el mundo pudo ser testigo de la decadencia y desorden del capital financiero estadounidense, la despiadada pandilla imperialista que no hace mucho estaba al frente del mundo.
Como todos quienes hemos marchado en D.C. sabemos, los manifestantes antirracistas hubieran sido gaseados, golpeados o baleados mucho antes que llegaran a entrar al Capitolio. Pero en este caso, la policía del Capitolio, una agencia federal, pasivamente miro como se desarrollaba el caos. Los trumpistas habían planeado abiertamente este violento ataque semanas antes, en varias plataformas de terroristas domésticos; el mismo Trump los incito durante un plantón antes del ataque. Aun así, la presencia policial en lo que los gobernantes llaman “espacio cívico sagrado”, era casi invisible. La perversa división entre el capital financiero y los capitalistas de Fortress America (a quienes Trump representa) ha trastornado y desenmascarado casi todas las preciadas instituciones de los gobernantes, desde sus policías asesinos racistas hasta su circo electoral.
Para los patrones liberales, la debacle es; criaron cuervos y ahora les sacan los ojos. Desde Bill Clinton a Barack Obama, los capitalistas financieros utilizaron mensajes, no muy obvios, para mal dirigir a los trabajadores blancos, echándole la culpa a los trabajadores negros por las desigualdades del sistema de ganancias. Por lo que los pequeños fascistas como las familias Koch y DeVos se apoderaron del movimiento de quejas de trabajadores blancos mientras que Trump los movilizaba hacia su base personal.
Aun no sabemos que seguirá, lo que si es claro es que estamos entrando a una etapa volátil desconocida. ¿Qué pasara con el colapso institucional? ¿Los patrones del ala principal crearan medidas fascistas que necesitan para mantener su control? ¿Aceleraran su arremetida hacia la guerra mundial contra su rival China? Como clase y como partido comunista, debemos entender el peligro y la oportunidad de este periodo. El peligro es que el miedo de estos terroristas de poca monta lleve a los trabajadores a los brazos de los grandes terroristas, los terroristas de estado que serán dirigidos por Biden. La oportunidad es construir un movimiento masivo revolucionario comunista para destruir de una vez por todas al capitalismo. ¡Únete al Partido Laboral Progresista!
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Vacunar contra el contagio del capitalismo con lucha comunista
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- 31 Diciembre 2020 115 visitas
El 20 de diciembre, en Indiana, la doctora Susan Moore, una mujer negra, murió por racismo; después que la dieran de alta en el hospital rehusando tratar sus síntomas de covid-19 y dolor agudo. Mientras tanto en Sudáfrica, una fabrica esta produciendo millones de dosis de la vacuna para EE.UU. y otros países ricos en Europa, pero nada para la gente negra pobre que trabaja y vive ahí – y quienes han sido golpeados por la pandemia mas fuertemente que cualquier otro país o continente. Este sistema capitalista de lucro, cuyo grupo sanguíneo es el racismo y la explotación, esta infectando y enfermando todo lo que toca. El Partido Laboral Progresista hace un llamado a los trabajadores para que vacunen a la clase trabajadora contra el contagio del capitalismo con la única medicina que realmente funciona: La revolución comunista (ver recuadro). ¡Construyamos la lucha para crear un sistema colectivo que llene nuestras necesidades! ¡Únete al Partido Laboral Progresista!
La salud bajo el capitalismo: pagas o mueres
Las grandes compañías farmacéuticas como Pfizer no suspenderán los “derechos de propiedad intelectual” debido a su necesidad de maximizar sus ganancias. Si los países mas ricos continúan acaparando la vacuna, “la mayoría de la gente en los países pobres tendrán que esperar hasta el 2024 por las vacunas del covid-19, a esto se le llama “vacunacionalismo”” (Duke Global Health Intitute, 9/11/20). Después de siglos de saqueos a los trabajadores en África, Asia y Sudamérica, los países imperialistas han dejado vacíos los estantes. “Mas de 51% de las dosis irán a los países mas ricos, a pesar que estos países solo representan el 14% de la población mundial (Forbes,15/12/20).
Poderes como EE.UU. rayando en la locura, han puesto la vacuna en una mierda de escepticismo anti científico, una alocada competencia monetaria e individualismo. La alergia de los patrones a la ciencia refleja aun mas la decadencia del capitalismo. El capital financiero, el ala dominante de la clase gobernante estadounidense, usa las vacunas para tratar de comprar la confianza de los trabajadores en sus instituciones decadentes – lo cual es necesario mientras se preparan para una guerra mundial contra China y quizás Rusia.
Apartheid medico, a escala global
La clase trabajadora internacional, con justa razón, no confía en la ciencia medica. Existe un largo historial racista; trabajadores negros, latinos y asiáticos forzados o coaccionados con peligrosos tratamientos. También los trabajadores blancos terminan perdiendo, porque el racismo debilita la salud de toda la clase trabajadora:
Jamaica, 1760s: En Jamaica, John Quier, doctor británico experimento con inoculaciones con viruela (precursor a las vacunas) a 850 personas esclavizadas, incluyendo a mujeres embarazadas e infantes enfermos.
Alabama, EE.UU., 1830s: El esclavista J. Marion Sims, “padre de la ginecología”, opero en mujeres esclavizadas sin anestesia. Compartía la creencia racista que la gente negra no sentía dolor como los blancos, un mito que sigue infectando a doctores hoy en día (The Washington Post, 11/7/20) – como lo atestiguo Susan Moore antes de que la mataran.
Namibia, 1900s: En línea con su prohibición a los “matrimonios mixtos”, Eugen Fischer, esterilizo a los descendientes de padres europeos y madres negras. Poco después se afilio al partido nazi alemán y continuo con sus atrocidades medicas en los campos de muerte fascistas.
Alabama, U.S.,1930-1970s: Durante el experimento Tuskegee donde 600 hombres negros no fueron tratados por sífilis y se les abandono a su suerte para que se enfermaran y murieran, aun después que se había descubierto la cura.
Puerto Rico y Massachusetts, 1950s: Durante un periodo de legislación eugenista y esterilización forzada, dos profesores de Harvard probaron la píldora anticonceptiva en los barrios pobres de Puerto Rico y en asilos en Massachusetts. Los úteros de las mujeres fueron cortados para “comprender los efectos de la droga sobre la ovulación” (The Crimson, 28/9/17).
Costa de Marfil y Tailandia, 1990s: No se dio tratamiento a hombres, mujeres y neonatos para el VIH
India, 2005-2017: Casi 5000 trabajadores de “casta baja” murieron durante investigaciones y pruebas de medicamentos (The National, 17/9/18 ).
El covid-19 nuevamente ha mostrado el racismo medico. No es accidente que sean muchas mas muertes entre trabajadores negros, latinos, asiáticos, indígenas, indocumentados, presos y pobres. Ellos son los mas vulnerables en cuanto a exposición e infección por las desigualdades racistas en la salud, empleos, vivienda, y calidad alimenticia. Por el capitalismo, ellos son quienes padecen de condiciones subyacentes como la diabetes y enfermedades de corazón.
El caos dentro de la clase dominante genera escepticismo
Bajo la administración del racista Donald Trump, los anti-ciencia tomaron control de casi todos los estratos de la política estadounidense, desde el ambiente hasta la salud publica. Pero el ala principal financiara capitalista también es responsables de la falta de confianza, por parte de los trabajadores, a las nuevas vacunas. Al principio, Anthony Fauci, principal asesor medico, cuestiono el uso de las mascarillas – mintiendo para que no se descubriera la falta de equipo protector– antes de hacer un llamado masivo a usarla. Antes de endorsar la vacuna, el presidente electo Joe Biden, aconsejo contra ella, insinuando que era un intento de apresurarla para beneficiar a Trump (NYT, 16/9/20).
Las ultimas encuestas muestran que mas de un cuarto de la población estadounidense aun dudan en ponerse la vacuna. El escepticismo es mas alto entre republicanos, 42%, seguido de 35% de la gente negra (KFF.org), pero, estos números podrían estar bajando conforme mas gente se vacune. Sobre la información que hemos vista hasta ahora (ver recuadro), al parecer la vacuna es segura y efectiva. Aunque solo sea porque los patrones capitalistas necesitan una clase trabajadora saludable para contener la hemorragia económica de miles de millones de dólares. En resumidas cuentas, es el imperio estadounidense el que esta en juego.
Colectividad sobre individualismo, ciencia sobre subjetividad
La encuesta de la fundación de la familia Kaiser también monitorea la actitud de los trabajadores hacia la colectividad. La mitad de los encuestados creen que vacunarse es “responsabilidad de todos para proteger la salud de otros”. Pero la otra mitad cree que es “una opción personal”. Ese es el virus del individualismo, la mitología de la “libertad” capitalista, que va en contra de los propios intereses de los trabajadores. El colectivo es primero. Nuestras decisiones deben ser basadas en las necesidades de toda la clase trabajadora.
Para los comunistas, sus amigos y camaradas, es necesario educarnos en como la vacuna funciona y porque es importante para el bienestar de nuestra clase. Así como decimos que las huelgas y luchas por reformas son escuelas por el comunismo, debemos luchar por la salud de nuestras hermanas y hermanos de la clase trabajadora a la vez que mostramos el racismo y especulación de los gobernantes.
Mientras vivamos bajo el sistema capitalista, las pandemias son inevitables. Pero la inmunidad de rebano es un paso hacia el comunismo. Los trabajadores deben estar saludables y aptos para luchar contra las atrocidades racistas y sexistas que nos esperan. Debemos luchar por una revolución comunista que pondrá la colectividad de los trabajadores primero.
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Explicación de la vacuna Covid-19 MRNA
El Partido Laboral Progresista saluda la creación de las vacunas y anima a los trabajadores a tomar lo que ha sido demostrado ser una inyección segura y eficaz contra el covid-19
Desafortunadamente el sistema medico racista y lucrativo capitalista aumenta nuestros miedos y desconfianza de los científicos. Es mas, las investigaciones sobre la vacuna mRNA comenzaron a principios de 1990. Los científicos probaron las vacunas SARS, MERS, Ebola, Zica, y rabia en animales y personas (Harvard Health Publishing, 10/12/20). La vacuna contra el Covid-19 no es el resultado de experimentos rápidos.
En otras palabras, la vacuna de Pfizer y Moderna, imita una parte de la cubierta del virus del covid-19, llamado la espiga. La espiga es una proteína, una vez que la vacuna esta en nuestro sistema inmunológico crea esta proteína con instrucciones para destruirla, las células presentan un pedazo de la proteína y nuestro sistema inmunológico la reconoce como una proteína que no pertenece y comienza a crear anticuerpos, como ocurre en una infección natural, para destruirla en caso de una infección. La vacuna no contiene el virus. Pfizer y Moderna hicieron pruebas en mas de 30,000 personas, demostrando que son 95% efectivas en la prevención del covid-19. Casi no hubo efectos secundarios serios, solo unos cuantos casos de alergias. Para explicar como funciona la vacuna pueden ir a: https://youtu.be/GrVkOVUj-VA
La mayoría de los sujetos en las investigaciones clínicas fueron en su mayoría hombres blancos; solo 5% son negros (Healthline, 9/8/20). Es mas, grupos de proyección comunitaria han buscado voluntarios negros para hacer el estudio mas inclusivo y representativo de la población. Luchar por investigaciones equitativas es parte de la lucha antirracista.
Ya que el covid-19 tuvo un desproporcionado impacto entre los trabajadores negros y latinos, desde las tasas de muertes al desempleo, ellos deberían tener prioridad para la vacuna. Luchar por la distribución equitativa es también parte de la lucha antirracista.
Juzgando por el largo historial de las vacunas, los efectos negativos a largo plazo son improbables. Reacciones en el lugar de la inyección son comunes. Fatiga y fiebre son mas comunes después de la segunda dosis. La mayoría de los inyectados pueden padecer de brazo adolorido y nada mas.
Ningún medicamento es 100% seguro. Pero con 82 millones de casos de covid-19 y 1.8 millones de muertes confirmadas en el mundo (John Hopkins Coronavirus Resource Center, 30/12/20), los beneficios de la vacuna son mas poderosos que sus riesgos.
INGLEWOOD, CA, 30 de diciembre—Sólo un sistema tan despiadado como el capitalismo sacaría a una familia a la calle en medio de una pandemia furiosa. Con las camas de la UCI al cero por ciento de disponibilidad, Los Ángeles es un lugar peligroso para contratar Covid-19 en este momento, pero eso es exactamente lo que le sucedió a uno de los miembros de la familia debido a este desalojo. A través de la lucha de clases, los luchadores están aprendiendo que el sistema de ganancias no puede proveer para nuestra clase y no lo hará. Solo nosotros podemos hacer eso a través de la revolución comunista.
Los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) se han unido con una familia de clase trabajadora para reclamar su casa a una compañía hipotecaria sedienta de sangre que intenta ganar dinero rápido con la gentrificación racista. Los PLPistas están luchando con uñas y dientes para conservar la casa robada a esta familia de clase trabajadora, pero eso no evitará que la próxima familia sea desalojada. El capitalismo es un sistema que siempre antepondrá las ganancias a las personas.
En los 55 años que ha existido el PLP, se han librado muchas luchas inspiradoras, algunas ganadas y otras perdidas. Independientemente del resultado de la reforma, vemos destellos de esperanza en el futuro comunista por el que luchamos. Esta lucha no es diferente.
Aquí para quedarse
Cuando tres mujeres jóvenes desafiaron audazmente las órdenes de desalojo bajo amenaza de arresto y brutalidad por parte de la policía, podemos ver las semillas de lo que estamos construyendo. El viernes 18 de diciembre, estas mujeres líderes, una de tan solo 17 años, subieron con confianza los escalones de la entrada, entraron en su casa y encendieron todas las luces; su compromiso de luchar está escrito en sus camisetas: “¡AQUÍ PARA QUEDARSE! “
De fondo, fueron aclamadas con vítores por parte de los reunidos en la casa en apoyo. Los participantes de la campaña colocaron carteles de protesta alrededor de la casa, colocaron luces navideñas y trajeron comida y otras necesidades para la familia.
La madre de la familia con la que estamos trabajando compró la casa familiar en 2006 con dos hipotecas, una grande y la otra mucho más pequeña. Esta familia inmigrante encontró formas de juntar dinero y nunca dejó de pagar la hipoteca durante 14 años. En 2012, engañaron a la madre haciéndole creer que ya no tenía que pagar la hipoteca más pequeña.
Luego, en 2016, Trojan Capital Investment, LLC (Trojan) compró la hipoteca más pequeña e inmediatamente le envió un aviso de “incumplimiento”. No fue una coincidencia que el aviso se envió poco después del anuncio de que el estadio de fútbol SoFi se construiría en Inglewood, a solo unos kilómetros de la casa de la familia.
La conexión de la clase trabajadora
El 30 de noviembre, la madre y sus tres hijos adolescentes, dos de los cuales asisten a la escuela donde enseña uno de nuestros compañeros del PLP, fueron desalojados de su casa por el Sheriff de Los Ángeles y el Departamento de Policía de Inglewood (IPD). La madre se puso en contacto con una organización comunitaria sin fines de lucro con la que había trabajado. A su vez, la organización sin fines de lucro se comunicó con un sindicato de inquilinos local en el que dos miembros del PLP han estado trabajando durante los últimos dos años. La organización sin fines de lucro, junto con los miembros del sindicato de inquilinos, comenzó de inmediato una campaña para salvar la casa para la familia.
El desalojo se produjo justo cuando el gobernador Gavin Newsom emitía una advertencia de “seguridad en el hogar” debido al gran aumento de casos de Covid-19. El condado de Los Ángeles ya tiene la segunda población de personas sin hogar más grande de los EE. UU. Y la crisis solo ha empeorado durante esta pandemia. El conteo de personas sin hogar del Gran Los Ángeles de 2020 mostró que 66.436 personas en el condado de Los Ángeles experimentaron la falta de hogar, que es un aumento del 12,7 por ciento con respecto al año pasado (Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles, 12/6/2020).
Nuestra participación regular en organizaciones de masas y en nuestras escuelas ha creado una oportunidad para que nuestro Partido sea parte de esta lucha, que representa una lucha más amplia contra los horrores de la gentrificación racista, contra la clase trabajadora y la falta de vivienda. Esta lucha es un testimonio del compromiso del PLP de construir un Partido de masas y luchar entre las masas en el lugar de trabajo, las escuelas y las organizaciones comunitarias.
La clase trabajadora lucha contra el desalojo
El objetivo inmediato de la campaña de reforma es conseguir que Trojan negocie la devolución del hogar familiar. Hasta ahora, la campaña ha tenido muchos aspectos positivos. El sindicato de inquilinos tiene muchos trabajadores jóvenes que comprenden los aspectos racistas, sexistas y asesinos del sistema capitalista.
Varios miembros han hecho todo lo posible en la lucha, haciendo múltiples turnos para proteger la casa las 24 horas del día, los 7 días de la semana del IPD, tomando la iniciativa en el sondeo en el vecindario para obtener apoyo de los trabajadores y planificando actividades de educación política que involucren a la familia y simpatizantes.
El sindicato de inquilinos ha aportado su experiencia en la lucha contra la gentrificación racista en un complejo de apartamentos ubicado frente a SoFi, donde los alquileres de los inquilinos se han disparado. Los puntos en común de las dos luchas muestran que los inquilinos y los propietarios de viviendas de la clase trabajadora tienen los mismos intereses de clase.
Otros miembros del PLP también han participado activamente en la campaña. Destacamos el doble papel de los policías: son terroristas racistas que intimidan y asesinan a nuestras hermanas y hermanos mientras trabajan simultáneamente como matones para empresas como Trojan, que suman trabajadores a la población sin hogar para sacar provecho de sus inversiones. En otras palabras, la policía sirve y protege el sistema de ganancias.
Cuando la clase trabajadora unida ejerce su poder político a través del poder de un partido internacional, podemos eliminar el afán de lucro del racismo, la falta de vivienda, el desplazamiento y los policías asesinos. Ninguna reforma podrá lograr eso, solo la revolución comunista.