Mientras la pandemia del Covid-19 se acerca a un invierno terrible, con las muertes subiendo a niveles record alrededor del mundo, el sistema de ganancias está matando a masivamente gente diariamente. Gracias a la inacción capitalista, incompetencia, mal liderazgo, y avaricia, a nivel mundial, más de 56 millones de obreros se han enfermado y más de 1.3 millones han muerto- números oficiales que seguramente están mal contados. En Bélgica, ordenaron que enfermer@s y doctores continuaran trabajando después de haber salido positivos, con tal de que no estuviesen tosiendo en la cara de los pacientes (nbcnews.com, 11/2). En México, donde el presidente de la falsa izquierda desestima las máscaras y se le ha hecho la prueba a menos de un 2 % de la población, las unidades de cuidado intensivo están saturadas. (aljazeera.com, 11/15). América latina, dijo The Lancet, el diario medico británico principal, “está encarando una crisis humanitaria nacida fuera de la inestabilidad política, corrupción, disturbios sociales, sistemas de salud frágiles, y tal vez más importante, desigualdad de larga duración y penetrante…” (11/7).
En otras palabras, la clase obrera está sufriendo del capitalismo, la plaga más mortífera en la historia humana. Exhibición A es Estados Unidos, la nación más rica del planeta y el líder desenfrenado de matanza en Covid. A medios de noviembre, EE.UU. registro un millón de casos nuevos en seis días. Los hospitales nuevamente están sableando por mascarillas de grado médico. Puede tomar horas en hacerse la prueba y días preciosos en recibir resultados. Pacientes rurales están muriendo esperando por un espacio en hospitales urbanos llenos (USA Today, 15/11). En El Paso, utilizaron a prisioneros del condado para mover cuerpos a morgues saturadas móviles. (Texas Tribune, 15/11). Al tratarnos como mercancía, el capitalismo devalúa la vida humana como parte de la rutina, por medio de la guerra y explotación y la reducción del cuidado de salud. Para los patrones, la pandemia es una crisis hasta la fecha solo porque amenaza sus ingresos públicos. Los obreros, como por lo usual, son reemplazables.
¡Somos lo que necesitamos!
De acuerdo al modelo estadístico de estándar de oro de la Universidad de Washington, podemos esperar que mueran más de 80,000 mujeres, hombres, y niños en EE.UU. de Covid para el 1 de enero y casi 200,000 más para el 1 de marzo. Para diciembre se proyecta que las fatalidades llegaran a 3,000 al día (cnn.com, 18/11), más que las víctimas del 9/11. Y por las desigualdades racistas en cuidado de salud, vivienda, y desempleo, los obreros negros continuaran muriendo más del doble de la tasa de obreros blancos (Proyecto de Seguimiento del COVID).
Mientras la competencia interimperialista lleva a la clase dividida, débil patronal de EE.UU. hacia el fascismo y la Tercera Guerra Mundial, la pandemia ha expuesto a los patrones como los verdaderos monstros y fraudes que son, totalmente inadecuados para manejar la sociedad. Solo la clase obrera internacional, guiada por la vanguardia de un partido masivo comunista, puede proteger nuestras vidas y nuestra salud. Solo una revolución comunista puede aplastar el estado capitalista podrido y cumplir nuestras necesidades. Pero para llegar allí, los obreros deben rechazar la madriguera de conejo del reformismo, la ilusión de una democracia electoral, y el engaño letal de la política del liberal menos malo. Nuestros enemigos de clase más peligrosos son el presidente y vicepresidenta elegidos. Jim Crow Joe Biden y la Politica Mayor Kamala Harris.
Todo se trata de dinero, amor
En una entrevista del 11 de noviembre con Yahoo Finance, Michael Osterhold, el epidemiólogo eminente de Minnesota en el panel de consejería de moño azul de Biden, hablo fuera de turno. Osterhold poso una manera simple para aplastar los números de casos de Covid y salvar cientos de miles de vidas: un cierre nacional estricto de cuatro a seis semanas. Haciendo prestamos históricos de tasas de bajo interés, el gobierno federal podría cubrir “perdida de salarios para obreros individuales… perdidas a compañías pequeñas, a compañías de tamaño mediado o gobiernos de ciudades, estados o condados… Entonces allí podríamos realmente ver que sobrepasemos esto hasta que una vacuna esté disponible para el primer o segundo semestre del próximo año” (abc.com, 11/12).
Esto no solo tiene sentido común. Mientras la marca de infecciones diarias se acerca a 200,000, el rastreo de contacto es impráctico. (Si una persona típica tiene 50 contactos, eso son 10 millones de rastreos al día.) En una cultura degradada capitalista, apelar a “responsabilidad individual” no funcionara – no cuando millones de obreros cínicos siguen al cara desenmascarada sociópata Jefe Donald Trump, y millones más ceden a la fatiga pandémica. Por ahora, la única manera de sofocar el virus es de mantener la mayoría de gente en casa.
Para el próximo día, Vivek Murthy, el co-presidente del panel, hizo claro que un cierre nacional no se haría. Con una cantidad de casos aumentando en los 50 estados y llegando al pico en la mayoría de estos, Murthy dijo: “la manera como deberíamos estar pensando en esto es más como una seria de restricciones que subimos y bajados depende de cómo de mala este la propagaciones en cierto lugar y región específica” (abc.com, 13/11). El resultado es que Biden le pasara el mando a los gobiernos estatales y locales y sus mandatos locos – no tan diferente como el acercamiento de Trump.
Murthy es un internista que sirvió como cirujano general en Barack Obama. No tiene ningún entrenamiento formal en epidemiologia. Pero entiende que el presiente electo no puede darse el lujo de ofender a los patrones grandes fascistas liberales quienes pusieron a Biden donde está hoy. Un cierre sería malo para negocios, por lo menos de corto plazo. Darles a los obreros los que necesitamos secaría el capital financiero. Es el por qué la Ciudad de Nueva York cerro primero las escuelas de la ciudad antes de cerrar bares y restaurantes. Bajo el capitalismo, el dinero habla – primero, último, siempre.
Política de vacunas
Horas después que Pfizer publico información prometedora de la Fase 3 de pruebas, Albert Bourla vendió $5.6 millones de acciones en la compañía (Wall Street Journal, 11/11). Aunque las vacunas de Pfizer y Moderna tal vez si cambien el juego, las medicinas capitalistas son como el chorizo; de lo más que uno aprende como se hacen, lo menos atractivo que son. Después de meses de arrastrarse cobardemente a Trump, la Administración de productos Alimentarios y Farmacéuticos – la agencia que aprueba la vacuna- ha perdido credibilidad. Al menos siete estados planean añadir su propia investigación de expertos. “La gente de este país no confían en este gobierno federal,” dijo el gobernador del Nueva York Andrew Cuomo, el rey de cierre de hospitales quien mato a miles forzando a casos positivos a volver a ancianatos.
Incluso las mejores medicinas no van a funcionar si no se las dan a aquellos quienes las necesitan. Mientras a las grandes farmaceutas les llueven millones de dólares federales, los departamentos de salud local y públicos están hambrientos por la necesidad de recursos para distribuir rastrear dos dosis en una escala enorme. Cuando sea que hay escarces bajo el capitalismo, el racismo decide quién se queda atrás. Un oficial de Maine reconoció que “insuficiencia de fondos pausaría la tasa de vacunación, particularmente entre poblaciones desventajadas que son más difícil de llegarles” (NYU, 14/11). Internacionalmente, un desfase criminal en acceso a vacunas antiguas – para el polio, tuberculosis, y sarampión, augura mal para la crisis del Covid” “la norma histórica es que una vacuna de este tipo se da rápidamente a aquellos privilegiados quienes viven en las naciones más ricas del mundo, mientras que el resto de la población a menudo sufre por varias décadas antes de que se erradiquen enfermedades peligrosas – si alguna vez las ahí” (Foreign Policy, 11/12). Los países más pobres tienen casi que nada o nada de infraestructura de salud pública, “haciendo más probable que las vacunas de calidad inferior o falsificadas aparezcan en el mercado.”
Encuestan sugieren que un tercio o más de la población de EE.UU. tal vez este reluctante a estar inoculados, un obstáculo peligroso para inmunidad de rebano. Entre la máquina de desinformación anti vacunas y las dudas razonables de los obreros sobre la Agencia de Alimentos y Fármacos y los Centros de Control de Enfermedades, hay poca fe en la medicina capitalista estos días. Todo sume a un “invierno muy oscuro”, como advirtió Biden. Pero sabemos que en la primavera el Partido Laboral Progresista liderara la clase obrera internacional a una cura que nos sane a todos: el comunismo, donde el cuidado de salud decente será un derecho de salud de todos. ¡Únetenos!
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APHA El racismo es una crisis de salud, la revolución es la cura
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- 21 Noviembre 2020 113 visitas
OCTUBRE—Este año la Asociación de Salud Pública Estadounidense tuvo su reunión anual virtualmente bajo el tema “prevención de violencia,” con la perpetración de violencia estructural racista por la clase capitalista un enfoque clave del programa. En años pasados, este tópico se hubiese enfocado en violencia del barrio, control de armas y programas de “interrupción de violencia”. Este año, una culminación de años de organización comunista y agudización de lucha masiva en contra del racismo fue exitosa en traer política antirracista a masas más grandes de obreros de cuidado de salud.
Trabajadores de la salud en el Partido Laboral Progresista han sido miembros de APHA por mucho tiempo y luchado para agudizar la lucha en contra del racismo entre su membrecía de más de 25,000 obreros de la salud. El cambio en el enfoque de APHA, con el racismo ahora identificado en APHA como un determinante social de salud, ayudo a empujar la violencia por la policía y prisiones al frente y centro de la crisis de salud pública.
Los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) y muchos amigos avanzaron la lucha incluso más en contra del capitalismo este año por medio de un programa virtual de nosotros el 28 de octubre, haciendo un llamado por la revolución comunista. La revolución violenta en contra de la clase patronal se presentó como alternativa a la violencia sancionada por el estado en contra de la clase obrera.
Capitalismo= violencia en contra de la clase obrera
Estos programas conectando el tema de “prevenir la violencia” con la violencia estructural inherente del capitalismo incluyo la falta de vivienda, comida, trabajos y educación racista. Muchos del partido demócrata proclamaron leyes de “control de armas” identificadas como usadas para desarmar obreros negros mientras la violencia de la policía continua a asesinar sin parar a negros, latinas e indígenas. Una preponderancia de casos de COVID-19 y muertes entre obreros negros y latinos y personas encarceladas comprometen un ejemplo más.
El Partido Laboral Progresista (PLP) llevo a cabo dos iniciativas grandes en APHA este año: combatir el encarcelamiento masivo racista y ser el anfitrión de un panel abierto guiado por el PLP de como el comunismo puede aplastar el racismo y capitalismo.
Aplasten el encarcelamiento masivo racista
Varios miembros del Partido Laboral Progresista y muchos amigos tomaron una parte activa en empujar hacia adelante en contra del encarcelamiento masivoa. Lectores del DESAFIO tal vez se recuerden la presión consistente que pusimos para que APHA apoyara la política: “Violencia de Parte de la Ley y el Orden es un problema de Salud Publico” que paso en el 2018 después de una lucha de tres años.
Este año después de las revueltas alrededor del país y los peligros de la pandemia del COVID-19, se hizo una resolución de trabajar hacia la abolición de prisiones. Más de 90% del consejo dirigente voto a favor de “Avanzar las Intervenciones de la Salud Publica para Abordar los Peligros del Sistema prisiones”. Aunque se aprobó abrumadoramente, hubo esfuerzo temprano de prevenir en que se hablara de esto. ¡Primero los críticos dijeron que tenía muchas referencias! Cuando muchos de nosotros escribimos para protestar esta razón tan estúpida y añadimos más datos, acordaron de dejarlo seguir adelante. Cuando 40 personas querían hablar sobre la resolución en las audiciones, la pusieron en el calendario de CONSENTIMIENTO. Una enmienda aprobada hizo un llamado por poner libres a los prisioneros “seguramente”. Muchos votaron en dejarlo afuera por que debilita el paso de acción en liberar prisioneros, entonces vamos a lidiar con esto en el año por venir.
Esta resolución argumenta por abolir las prisiones y otras formas de vigilancia, como libertad condicional y grilletes en el tobillo. Cuando el Fiscal Estatal “progresista” de San Francisco, Chesa Boudín (hijo de un falso izquierdista y terroristas conocidos como Weathermen “revolucionarios”) hablaron de la Sección de Cuidado Medico, uno de los autores de la resolución lo desafío en incrementar grilletes en los tobillos en San Francisco. Boudin lo culpo a los jueces. Ni siquiera menciono el papel de la policía y las presiones en oprimir y controlar los obreros, particularmente obreros negros.
La abolición de castigo y un acercamiento de justicia restaurativa requerirán una revolución en contra del estado capitalista que requiere vigilancia racista y encarcelaciones masivas para su sobrevivencia. Una agenda vaga de “derechos humanos” no es adecuada para la tarea de combatir el capitalismo y racismo, y el PLP debe garantizar que la lucha de clase incluye demandas de “poner a los policía asesinos en celdas” se entiende como justo y necesario.
Comunismo: la única solución para sanar la clase obrera
La segunda iniciativa del PLP fue un panel virtual para potencial revolucionario de la salud pública y amigos. Una presentación de 90 minutos y discusión sobre el “racismo y capitalismo: ¿es comunismo la solución?” atrajo una audiencia de por lo menos 125 participantes en las plataformas de Facebook y Zoom. El acercamiento le dio a los miembros del PLP en nuestro grupo público de la salud una oportunidad para ser más visibles a mas obreros que en nuestros esfuerzos previos en APHA, y el evento ha sido grabado (véase cuadro).
El programa resalto las luchas en contra de los asesinatos policiacos y las evicciones racistas, la necesidad por una revolución violenta en contra de la clase capitalista internacional y nuestra visión compartida por el comunismo – una sociedad sin salarios o división de clases, racismo o sexismo. Unidad multirracial en crear la lucha de clase fue enfatizado como algo crítico para nuestro éxito. El racismo lastima a los obreros negros más severamente, especialmente las mujeres, y debilita la clase obrera dividiéndonos y permite a la clase patronal pagarnos salarios más bajos y gastar menos recursos en todos nosotros. Un orador se dirigió a la política liberal de privilegio blanco, notando “no es un privilegio ser blanco bajo el capitalismo.”
En el ambiente de la conferencia de APHA sobre la violencia, el entendimiento de la violencia estructural del capitalismo hizo una revolución violenta de clase obrera por el comunismo receptiva para el público. Preguntas del público nos dieron la oportunidad de discutir los errores y grandes avances hechos en revoluciones previas y para animar la lucha futura de la clase obrera internacional. Hemos contactado a más de nuestros compañeros de trabajo y estudiantes y hemos expandido nuestros enlaces y grupos de estudio y continuaremos a mejorar nuestro trabajo de esta manera.
PROXIMOS PASOS:
Únete a un grupo de estudio del PLP
Usa resoluciones y luchas en programas: www.endingpoliceviolence.com
Comparte el programa virtual que puedes acceder en Facebook: Racism and Capitalism: Is Communism the Solution? O haz click en la discucion https://m.facebook.com/events/342776500326963?view=permalink&id=351807196090560
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Patrones de CUNY utilizan pandemia de Covid-19 para atacar a trabajadores
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- 21 Noviembre 2020 118 visitas
Nueva York, 14 de noviembre—Con la bendición del racista en jefe de Nueva York, Andrew Cuomo, los administradores de la City University of New York (CUNY) han utilizado la pandemia de Covid-19, que ha matado a más trabajadores de CUNY que en cualquier otro sistema universitario; como pretexto para lanzar un ataque total. Casi 3.000 profesores a tiempo parcial perdieron sus puestos al comienzo del semestre de otoño. Una congelación de la contratación ha dejado a las oficinas administrativas con una grave escasez de personal, ya que los trabajadores se fueron, enfermaron y / o murieron. El tamaño de las clases se ha disparado y algunas clases en línea albergan entre 80 y 100 estudiantes. (Las investigaciones sugieren que las clases en línea efectivas no deberían tener más de 12 a 15 estudiantes). Más recientemente, CUNY ha indicado que esta primavera impondrá un recorte del presupuesto operativo del 20 por ciento y decidió unilateralmente posponer indefinidamente el aumento salarial del 2 por ciento para los profesores y personal que forma parte del contrato actual.
Los estudiantes y trabajadores de CUNY se están dando cuenta de que esta ola implacable de ataques nunca terminará a menos que lo hagamos. Hay una militancia creciente dentro de toda la comunidad de CUNY. Los miembros y amigos del Partido Laboral Progresista (PLP) han luchado para ampliar este despertar, argumentando que lo que está sucediendo en CUNY es solo un síntoma de la enfermedad capitalista y que nunca podremos tener una educación que realmente sirva a la clase trabajadora hasta que destruyamos, al capitalismo. Sin embargo, continuamos defendiendo este caso, mientras luchamos lado a lado, todos los días con nuestros compañeros de trabajo, estudiantes y compañeros de clase.
La lucha dentro del sindicato de profesores y personal se ha intensificado a medida que más y más trabajadores entienden, no solo que los ataques de CUNY no terminarán, sino también que el sindicato no ha liderado el tipo de lucha militante que es necesaria para derrotarlos. Los miembros del PL están presentes en varios colectivos sindicales, presionando por una mayor militancia, antirracismo y la necesidad de una alianza entre trabajadores y estudiantes. A medida que se desarrolle el movimiento de huelga, buscaremos fortalecer los lazos que hemos construido con nuestros hermanos y hermanas sindicales y presentaremos con más valentía nuestra perspectiva a largo plazo de reemplazar el capitalismo y su aparato educativo con el comunismo.
Más importante aún, los estudiantes han liderado el camino a medida que la lucha de CUNY continúa desarrollándose. Han brindado liderazgo en eventos celebrados durante los últimos semestres, incluido un foro y un discurso sobre el asesinato de Breonna Taylor, la necesidad de una huelga en CUNY, elecciones y múltiples manifestaciones contra los despidos adjuntos y el aumento del tamaño de las clases. Muchos de estos estudiantes están en grupos de estudio dirigidos por el Partido, que han sido un hecho constante durante la pandemia, discutiendo y aprendiendo sobre las ideas comunistas y la necesidad de una revolución comunista.
La situación en CUNY es inquietante y prometedora. Los patrones racistas, intentando como siempre lo hacen, por resolver sus crisis financieras a espaldas de los trabajadores y estudiantes, continuarán sus ataques. Esta primavera parece especialmente sombría y es casi seguro que se produzcan despidos y recortes aún mayores en los servicios.
Donde hay opresión, sin embargo, siempre hay resistencia, por lo que hay motivos para ser optimistas. La militancia entre trabajadores y estudiantes crece a medida que las contradicciones del capitalismo se hacen más evidentes cada día. Los comunistas estamos ahí, luchando con nosotros mismos para compartir más audazmente nuestra visión de un futuro libre de capitalismo y con nuestros compañeros y compañeros de trabajo para unirnos a la lucha.
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Etiopía: Patrones avivan violencia entre trabajadores, se arriman a poderes imperialistas
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- 21 Noviembre 2020 104 visitas
Etiopía, una vez considerada, un eje para los imperialistas estadounidenses en el Cuerno de África, está al borde de una guerra civil entre dos facciones combatientes: el Frente de Liberación Popular Tigray rival y la administración del Primer Ministro y Premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed.
Este conflicto tiene el potencial de atraer a imperialistas de todas las tendencias porque el control sobre el Cuerno de África es fundamental para controlar las rutas petroleras, el alma de los capitalistas. La clase trabajadora en Etiopía y en todas partes no tiene nada que ganar con estas divisiones étnicas.
Los jefes de la región de Tigray (el grupo étnico representa el seis por ciento de la población) procedieron a las elecciones regionales, después de que el gobierno central cancelara las elecciones en todo el país, supuestamente debido a la pandemia. Esto desencadenó una pelea militar. Ha habido ataques con cohetes en aeropuertos, aviones de combate e infantería enviados a Tigray por el gobierno central y reportes de masacres brutales de civiles. También se cortó el acceso de los trabajadores a Internet, teléfonos y electricidad. Más de 550 ya han muerto e innumerables personas siguen siendo desplazadas. Casi 30.000 ya han huido a Sudán. Debemos apuntar nuestras armas a todos estos jefes y luchar por el comunismo, donde los trabajadores dirigen la sociedad.
Una mina terrestre para guerras de poder
Un conflicto en Etiopía podría atraer a toda la región y algo más. Estos incluyen imperialistas regionales como Arabia Saudita y Turquía, pero también las principales superpotencias imperialistas, Estados Unidos y China. Los intereses en competencia pueden ser una mina terrestre para una eventual guerra mundial, algo para lo que ningún imperialista está listo todavía, pero todos se están preparando.
Eritrea, antiguo enemigo de la guerra, está del lado de la administración Abiy. Egipto, un competidor, puede “podría aprovechar las circunstancias actuales para sembrar más divisiones ... El frágil gobierno de Somalia ha estado respaldado durante mucho tiempo por la seguridad etíope ... Finalmente, los Emiratos Árabes Unidos tienen intereses tanto en Etiopía como en Eritrea, y disfrutan de buenas relaciones con Abiy e Isaías - así como los jefes militares de Egipto y Sudán ”(Brookings, 16/11).
Las debilidades internas de la clase dominante de Estados Unidos les paralizan y no pueden actuar sobre sus necesidades impulsadas por las ganancias. “Estados Unidos, mientras tanto, ha considerado durante mucho tiempo a Etiopía como un aliado importante en una región volátil, y podría haber sido un intermediario ideal. Pero las políticas descarriadas de la administración Trump, incluido su apoyo desequilibrado a Egipto en las ... negociaciones sobre el agua del Nilo, han dejado a Washington con poca influencia en un momento de peligro extraordinario “((Brookings, 16/11).
Los imperialistas chinos no perdieron el tiempo; han invertido dinero en Etiopía, representando alrededor del 60 por ciento de la inversión extranjera el año pasado (Xinhua, 1/29). Recientemente, los patrones chinos también establecieron su primera base militar en el extranjero en el vecino país de Djibouti (ver DESAFÍO, 9/12/16).
Bajo la administración del presidente electo Joe Biden, los imperialistas estadounidenses intentarán recuperar parte de su influencia en la región, para contrarrestar a sus rivales chinos. Está en juego el cuello de botella en el estrecho de Bab el-Mandeb.
La crisis abre la puerta a la violencia contra los trabajadores
Los gobernantes locales de diferentes grupos étnicos han vuelto a canalizar la ira y la angustia de la clase trabajadora de una región, hacia la violencia contra los trabajadores de otros grupos étnicos.
Lo que falta en esta mezcla inestable, es el liderazgo de los comunistas y la construcción de un partido revolucionario de masas. El Partido Laboral Progresista (PLP) puede y debe llenar ese vacío, uniendo a todos los trabajadores y llevando la política internacionalista y la lucha de clases contra esta carnicería capitalista. Debemos construir ese liderazgo para millones de trabajadores y estudiantes y liberarnos de las luchas de poder globales de los patrones, en nombre de la guerra imperialista.
Las consecuencias mortales, para la clase trabajadora de este sistema capitalista son evidentes y se agudizan en todo el mundo. También vemos la lucha masiva de trabajadores y estudiantes que se enfrentan al caos y la miseria.
El PLP saluda con orgullo el ejemplo dado por nuestros hermanos y hermanas de clase y los invita a unirse a nuestra lucha internacional por un mundo comunista, sin jefes y sin fronteras.
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Cultura Las Poderosas Pinturas de Jacob Lawrence Sobre la Lucha de Clases
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- 21 Noviembre 2020 118 visitas
El gran artista realista Jacob Lawrence, uno de los mas importantes pintores estadounidenses del siglo 20, comprendía que la lucha de clases es primaria. La primera exhibición de su serie de pinturas de la década de 1950; Struggle: From the History of the American People, esta de gira por EE.UU. Cuando llego al Museo Metropolitano en Nueva York, la cual se retraso debido a la pandemia, tuvo una gran cantidad de visitas. Pero valió la pena la espera. A diferencia de otras exhibiciones en el Metropolitano, esta presentaba la política de la lucha. Lawrence (1917-2000) era amigo de comunistas, como Langston Hughes y Richard Wright. Aun cuando nunca se afilio al Partido Comunista, tenia un profundo entendimiento de las desigualdades racistas del capitalismo.
Lawrence conoció la lucha desde muy pequeño. Sus padres fueron parte de la Gran Migración, cuando, a mediados del siglo 20 muchos trabajadores se mudan del sur al norte de EE.UU., debido a su persecución. Lawrence nace en Atlantic City, donde la familia vive un corto periodo, después se trasladan a Filadelfia. Ahí sus padres se separan y Jacob y sus dos hermanos terminan en hogares de acogida. Su madre se muda a Harlem buscando un mejor empleo. Dos años después sus hijos se reúnen con ella. Lawrence toma clases de arte a mediados de 1930, financiado por el Federal Art Project, una de las agencias creadas por el New Deal de Franklin Delano Roosevelt.
Otros artistas, escritores e intelectuales comunistas reconocen el increíble talento de Lawrence para el diseño, su conocimiento de la historia y su singular enfoque revelando la explotación. Después que el joven artista fuese aclamado por la critica por su serie Toussaint L’Ouverture de 1938, Lawrence utiliza su beca para financiar otras tres series históricas sobre tres luchadores antirracistas: Frederick Douglass, Harriet Tubman, y John Brown. En 1941, termina su serie emblemática, Migración. Este épico trabajo de 60 paneles mostraba la explotación y sufrimiento de los trabajadores negros en el sur, el calvario de los viajes hacia las ciudades norteñas de Chicago y Nueva York, y los desafíos de adaptación a las nuevas estructuras sociales. La familia de Lawrence era parte de esa migración y sus experiencias se reflejaban en su trabajo. Aunque creció dentro de la comunidad solidaria de Harlem, sabia lo que significaba ser un hombre negro en un EE.UU. racista. Tenia buen ojo para detectar las estructuras capitalistas que perpetúan el racismo, odiaba el veneno de la segregación racista y tenia una profunda apreciación del poder de la lucha de la clase trabajadora.
A mediados de 1950, durante el apogeo de la Guerra Fría y el anticomunismo estadounidense, Lawrence crea la serie Lucha, la cual se exhibe ahora. Como le dijo a un entrevistador: “La historia de Estados Unidos me fascina. Estoy leyendo sobre ella ahora, buscando los eventos que se han ignorado hasta ahora. Pienso resaltarlos. No solo fuimos esclavos antes de la Guerra Civil. Fuimos voluntarios en todas las guerras. Nosotros jugamos un papel muy importante.” Con el conocimiento de su investigación en la biblioteca Schomburg Library in Harlem, creo una serie de 30 pinturas que plasmaban desde la Revolución Estadounidense hasta la Guerra de 1812. Los paneles son sobre la lucha de clases de gente ordinaria, no de generales ni políticos. Muchas pinturas presentaban los esfuerzos de los nativos americanos y las mujeres por la justicia social.
El primer panel de exhibición, llamado “¿…es la vida tan preciada o la paz ten dulce que puede ser comprada con el precio de las cadenas de la esclavitud? – Patrick Henry, 1775”, cita de la ultima línea del discurso de cierre de Henry en Richmond. Presentaba a un grupo de hombres en un circulo con puños al aire en respuesta a su discurso. La exhibición catalogaba puntos de ironía sobre la retorica de Henry de “Dadme libertad o dadme muerte” dado que la Guerra de independencia de Bretaña perpetuaría la esclavitud. Como muchos de los “Padres Fundadores”, Henry fue un perpetuo propietario de esclavos. Cuando murió tenia 112 esclavos (redhill.org).
El panel 5 muestra un choque de espadas, bayonetas y largos cuchillos, con soldados negros luchando contra los británicos. El titulo es: “¡No tenemos Bienes! ¡No tenemos esposas! ¡ni niños! ¡No tenemos ciudad! ¡Ni país! – petición de muchos esclavos, 1773” Esta cita viene de “A Documentary History of the Negro People in the United States” de Herbert Aptheker (1951), donde los esclavos hacían una petición al Territorio Autónomo de Massachustts. Aptheker, un historiador comunista era perseguido por el gobierno estadounidense durante los ataques anticomunistas en la década de 1950. El punto es que existe un largo historia de trabajadores luchando contra el racismo.
El panel 11 consiste de un hilo de números seguidos de palabras “ – mensaje codificado de un informante”. En este panel, una figura en perfil susurra en el oído de un hombre que esta de frente. El hilo de números es el código utilizado por el traidor Benedict Arnold cuando traicionaba el movimiento de guerra del General George Washington. El panel claramente se refiere a los informantes el FBI que fueron llamados a testificar en las audiencias de la década de 1950, frente al comité House Committee on Un-American Activities y el Permanent Subcommittee on Investigations del senador Joseph McCarthy. Reproduce una fotografía de McCarthy y su infame abogado Roy Cohn, quien después fue mentor del joven Donald Trump. Muchos de los amigos de Lawrence fueron llamados a estas audiencias de inquisición; y muchas carreras fueron arruinadas por los informantes.
Los escritores del catalogo de exhibición son un grupo multirracial de artistas, curadores, historiadores y colectores de arte. Un curador comento, “En la tradición de artista-educador, Lawrence produjo su serie Lucha para hacer la historia mas rebelde, democrática y compleja, a manera que continúe resonando hoy.”
Las pinturas de Jacob Lawrence le dieron vida a la verdadera historia a la usanza de Carlos Marx, quien, con Federico Engels escribió en el Manifiesto Comunista de 1848: “¡Trabajadores del mundo uníos! ¡No tenemos nada que perder sino nuestras cadenas!” Muchos artistas hoy siguen los pasos de Lawrence, y el catalogo de exhibición incluye ilustraciones de sus trabajos y sus palabras. La exhibición esta ahora en el Museo de Arte de Birmingham, en Alabama. Después ira al Museo de Arte de Seattle y La Colección Phillips en Washington, D.C.