BOSTON, MASSACHUSETTS, 5 de septiembre—El Partido Laboral Progresista (PLP) y amigos se manifestaron afuera del Hospital de Bringham y Mujeres para protestar contra el asesinato policiaco de Juston Root de 41 años, un hombre blanco de clase obrera con una enfermedad mental. Su historia muestra como la misma policía racista que aterroriza a los obreros negros y latinos es la misma policía que se desata en toda la clase obrera. El PLP pide unidad multirracial en contra del capitalismo y sus lacayos.
El 7 de febrero, dos policías de Boston en el Hospital de Bringham y Mujeres dispararon a Root, que estaba en medio de una crisis de salud mental, sosteniendo una pistola plástica transparente de pintura. Le dispararon junto con un transeúnte, y el después trato de evadir la policía en su carro. Después de una persecución corta, Root choco y salió tambaleando del vehículo. Desarmado y sangrando profusamente, Root colapso al lado del camino.
Mientras un paramédico proveía cuidado de emergencia, la Policía Estatal de Boston le ordeno que se fuera, y procedió a ejecutar a Root disparándole 31 veces más, sin advertencia, en un periodo de tres segundos. Los seis policías, que se les oía presumir y discutir cómo iban a cubrir sus acciones, más tarde los limpiaron de hacer cualquier cosa mal.
Asesinado por el estado policiaco
En agosto la familia de Root demando por la muerte injusta, buscando justicia por su asesinato. Root era blanco, y aun así su historia es alarmantemente similar a la lista de linchamientos racista de los obreros súper explotados negros y latinos por policías racistas por todo el país. Debido al sistema inherente de racismo y ganancias, la policía desproporcionalmente aterroriza obreros negros y latinos. Los policías son una fuerza para oprimir y controlar toda la clase obrera. Sin una lucha unificada de la clase obrera, estos asesinatos continuaran sin cesar.
Manifestantes del PLP distribuyeron cientos de volantes y vendieron copias del DESAFIO a peatones y autos que pasaban. Tenían pancartas de “PAREN POLICIAS RACISTAS ASESINOS” “Aplasten el racismo con unidad multirracial” y “necesitamos una revolución para acabar el racismo.”
También hicieron discursos por un megáfono, ilustrando la necesidad del comunismo y por una lucha multirracial en contra del terror policiaco.
Un miembro del PLP expuso la larga historia de linchamientos de la Policía de Boston, y las coberturas hechas por políticos. Otro revelo la historia oculta de como el racismo se alzó del capitalismo con la intención de dividir la clase obrera entre las líneas raciales para prevenir revueltas. Propietarios coloniales de plantaciones, aterrorizados del poder de los esclavos negros y sirvientes blancos unificados para resistir su sistema de ganancias podrido, adoctrinaron la popularización de ideología racista y usaron fuerza para dividir las familias y en forzar la segregación. Otro orador advirtió a la población local sobre la amenaza del aumento del fascismo y afirmo que el comunismo es la única manera de resolver las contradicciones de la sociedad de ahora.
Los obreros del hospital, pacientes, y otros respondieron entusiásticamente al mensaje del partido sobre unidad multirracial militante y la necesidad por el comunismo. Muchos pararon a hablarnos sobre el terror policiaco en su propia comunidad, mientras otros pitaron sus pitos y alzaron sus puños en apoyo. ¡La clase obrera ya está harta!
El terror policiaco racista lastima a todos los obreros
Los patrones dependen de la violencia policiaca para mantener su explotación racista de la gran mayoría de la sociedad. Su riqueza y todo el valor de la sociedad vienen de la labor de la clase obrera y la súper explotación de los obreros negros y latinos. Los patrones entienden que su robo diario sería imposible sin una fuerza no responsable, militarizada y leal de guardias que los protejan y su riqueza robada. Este es el propósito real de la policía.
El tratamiento racista de la policía hacia los obreros negros y latinos es para permitir la extracción de las súper ganancias y dividir a los obreros a prevenir una resistencia unificada de nuestra explotación. Mantienen una presencia fuerte en los barrios negros y latinos, donde paran, arrestan y brutalizan desproporcionalmente a los obreros. Este racismo le sirve como justificación para aumentar protecciones legales y herramientas militares, las cuales la policía después las usa para los obreros blancos también. Por esto es que asesinaron a Juston, y el por qué no han arrestado oficiales. Si Juston hubiese sido el hijo de un billonario, los oficiales ya estarían pudriéndose en una celda en la cárcel. ¡La clase obrera multirracial ya está harta!
Este es un hecho de vida o muerte. La justicia no se puede alcanzar sin una clase obrera unificada y comprometida. Este es el movimiento que el Partido Laboral Progresista está construyendo. Luchamos por acabar el sistema de ganancias de los patrones, y por una sociedad comunista controlada por y para los obreros.

De vez en cuando, unos granitos de la verdad que aparecen en los medios de comunicación de los patrones liberales, actualmente contradicen las distorsiones, suposiciones injustificadas y mentiras descaradas que usualmente leemos. Así es el caso con dos recientes artículos, si uno los toma juntos, verifica la línea del Partido Laboral Progresista (PLP) que: 1) el racismo es integral al capitalismo como la basura es para las ratas; y 2) es en el interés económico de todos los trabajadores, incluso los trabajadores blancos, que luchen contra el racismo.
El primer artículo es un análisis de recientes estudios que examina la diferencia salarial entre el trabajador negro y blanco durante los últimos 70 años (NYT, 25/6). La mayoría de estudios de este fenómeno solamente miran los sueldos de los que actualmente están trabajando, y concluyen que los trabajadores negros han hecho un progreso significante durante este periodo. El escritor, David Leonhardt, nota que solamente comparando a los sueldos de trabajadores en este análisis insuficiente porque un grande y creciente porcentaje de trabajadores desempleados, en lo cual este grupo es desproporcionadamente negro, ha parado de buscar trabajo completamente o están encarcelados. En analizando sueldos comparativos en esa manera, un recién estudio calculó que la proporción del sueldo medio para el trabajador negro al sueldo medio para el trabajador blanco – cerca de la mitad – es exactamente lo mismo que fue en 1950. Leonhardt llama este resultado “extraordinario” solo por su confianza que un cambio progresivo puede suceder para los trabajadores negros en reformando el sistema capitalista.
Lo que también es “extraordinario” es el hecho que los sueldos reales para todos los trabajadores están más o menos en el mismo nivel en que estuvieron 1973 (pewresearch.org, 7/8/18). Y esto es sin tomar en cuenta descendente empuje en los sueldos que sin duda seria causado por el desempleo masivo del crisis económico actual. Mientras, a pesar del hecho que la productividad de labor durante esos últimos 47 años ha aumentado más del doble, casi todo el valor generado por ese aumento de productividad se ha ido a la clase capitalista, y muy poco a la clase trabajadora.
Mucho se ha escrito sobre la Diferencia Salarial Racial, demostrando que el promedio del valor neto de todos los hogares blancos son 6 ½ veces el promedio del valor neto para los hogares negros. La Diferencia Salarial Racial claramente es el resultado del racismo que es endémico al sistema capitalista. También es un reflejo de las súper ganancias que los capitalistas, históricamente, han cosechado enormemente del labor de los trabajadores negros. La Diferencia Salarial Racial se ha usado para apoyar argumentos por los promovedores de la ideología del “privilegio de la piel blanca”; que los trabajadores blancos necesitan aceptar su “privilegio” y ponerse de acuerdo de planear a redistribuir su riqueza (vean, por ejemplo, “Race, the Power of an Illusion, Background Readings”, www.pbs.com).
Pero ha habido muy poco análisis de la fuente principal de esa diferencia. Un recién artículo, “La Diferencia Racial de Riqueza Es Acerca Las Clases Altas” (People Policy Project, Matt Bruenig, 29/6), desenmascara el argumento del “privilegio de la piel blanca” acerca la Diferencia. En desglosar propiedad por deciles de riqueza, comenzando con los 10 % más ricos de hogares, y mirando a cada 10 % de los hogares que quedan, hasta los más pobres 10%, Bruenig demuestra que aproximadamente 75% de la riqueza total es propiedad de los más ricos 10% de hogares negros y blancos. Bruening continua: “lo que quiere decir es que la desigualdad racial de la riqueza está impulsada casi enteramente por la diferencia entre la más rica 10% de gente blanca y la más rica 10% de gente negra.”
El análisis de Bruenig del efecto de igualando la Diferencia Salarial Racial para los más pobres 50% de hogares es todavía más sorprendente. ¡Haciendo esto todavía dejaría un total de 97% de la diferencia intacto! Como dice Bruenig, “no es difícil conseguir a dos grupos, quienes son dueños de relativamente muy poco, de ser dueños de la misma cantidad de relativamente poco. Pero tales medidas en general no harían mucha diferencia en La Diferencia Salarial Racial.
Pero el análisis de Bruenig no tiene una explicación completa. La riqueza bajo el capitalismo esta extremadamente concentrada. Por ejemplo, la alta 1 % de todos los hogares son dueños de 40% de la riqueza total en los EE.UU., con cerca de la mitad de esa cantidad poseído por la alta 1 % (Saez and Zucman).
¿Qué quiere decir todo esto para la clase trabajadora? Los trabajadores negros y blancos tienen un interés común en uniéndose para luchar contra la clase capitalista que está robando casi toda la riqueza que nuestra clase, y solamente nuestra clase, creé. Los patrones tienen un tremendo interés en fomentando el racismo, ambos porque se genera súper ganancias en pagando más bajos sueldos a los trabajadores negros, latinos, inmigrantes y mujeres; y porque la ideología racista que infecta a nuestra clase permite que los patrones sigan jugando el mismo juego de dividir y conquistar. Luchando contra el racismo en todas sus formas necesita ser un principio básico para que los trabajadores tengan cualquier progreso para eliminarnos de la explotación capitalista.
La riqueza producida hoy por la clase trabajadora internacional es suficiente para alimentar, vestir, dar hogar, proveer la recreación y proveer todas las necesidades de todos los trabajadores alrededor del mundo. El PLP aspira construir un movimiento obrero multirracial para derrotar el racismo y el capitalismo. Una revolución comunista para tomar el poder y acabar con los explotadores nos permitiría compartir de “los frutos de nuestras labores que hemos hecho con nuestros esfuerzos.”

Mientras el partido gobernante de Colombia “Centro Democrático” y su oposición liberal pelean por controlar los miserables $250 millones de dólares del Banco Mundial para responder a la pandemia de covid-19, millones de trabajadores y sus familias se han quedado sin empleo, infectados y con hambre. Las masas no tienen acceso a los servicios de salud mas básicos para detectar y curar el coronavirus. Tampoco reciben la ayuda económica supuestamente reservada para los trabajadores enfermos. En realidad, el dinero es robado por las organizaciones criminales que aterrorizan al país con su violencia letal contra los trabajadores.
Para proteger las ganancias patronales, el gobierno dirigido por Iván Duque ha ordenado la reapertura de la producción para estimular la economía de los gobernantes. Mientras tanto la oposición, la falsa izquierda liberal, apoya la poco efectiva cuarentena nacional, demandando que la gente se quede en casa mientras ignoran la creciente ola de hambruna. Los trabajadores, por lo tanto, cuelgan banderas de angustia y trapos rojos desde sus ventanas, mientras el gobierno no hace nada por resolver la “crisis alimentaria que ha causado la pandemia” (Revista Semana, 13/4).
Frente a este panorama de corrupción, negligencia, brutalidad y cobardes mentiras, el Partido Laboral Progresista (PLP) lucha junto a la clase trabajadora de Colombia. Nosotros buscamos la manera de atacar el racismo, sexismo, hambre y esclavitud asalariada, el individualismo y el reformismo – para erradicar la pandemia del capitalismo.
Conforme la rivalidad inter-imperialista por los mercados, recursos naturales, y mano de obra barata se intensifica, la crisis mundial del covid-19 es también una oportunidad para la clase trabajadora internacional de avanzar la lucha por organizar un movimiento comunista revolucionario masivo, aplastar el sistema patronal y establecer una sociedad egalitaria, dirigida por y para los trabajadores.
Vacunar el imperialismo y ataúdes de cartón
Según estadísticas oficiales, la pandemia ha asesinado a mas 18,000 personas en Colombia, con mas de 10,000 nuevos casos reportados cada día (worldometers.info). Debido a la falta de pruebas, la verdadera tasa de muertes puede ser significativamente mas alta. Las funerarias están sobrecargadas a tal extremo que un grupo de diseñadores colombianos desarrollo una cama de hospital de cartón la cual se convierte en ataúd (guardian.com, 27/5). Muchos de los muertos son trabajadores migrantes, quienes son aun mas vulnerables a la pandemia después de perder sus empleos. Son desalojados y terminan viviendo en las calles sin distancia social, ni alimentación adecuada, sin electricidad, medicina, o agua potable.
A pesar del colapso del sistema de salud del país, el gobierno pro-EE.UU. ha rechazado las misiones medicas cubana, insumos sanitarios provenientes de China y la posibilidad futura de acceder a la vacuna rusa. La carrea para crear una vacuna y controlar su distribución ha creado un nuevo campo de batalla inter imperialista entre EE.UU. Bretaña, China y Rusia, el letal nacionalismo acerca al mundo al próximo conflicto global. Como siempre, bajo el capitalismo habrá ganadores y perdedores. Los trabajadores mas pobres, súper-explotados, de los países en América Latina y África son los que terminaran abandonados a su suerte. Debido a que la salud publica es una propuesta global, y los virus no conocen fronteras, como Bollyky y Bown dicen en The Tragedy of Vaccine Nationalism (2020), “el nacionalismo de las vacunas no es solo moral y éticamente reprobable: es contrario a las políticas económicas, estratégicas, e intereses de salud”. Mientras la ciencia capitalista sea un instrumento de ganancias, los grandes perdedores en esta carrera serán siempre los trabajadores del mundo.
Liberales desencadenan policías asesinos
Cada patrón colombiano tiene su arma, para usar contra ellos mismos o contra la clase trabajadora. El 4 de agosto, el expresidente Álvaro Uribe fundador del partido Centro Democrático, fue puesto bajo arresto domiciliario por sobornar a testigos en un caso que involucra a los escuadrones de la muerte paramilitares fascistas (npr.org, 5/8). Antiguos aliados derechistas de Uribe, quienes defienden la política racista del presidente estadounidense Donald Trump, promueven la nueva militarización que asesino recientemente a mas de 30 personas en las áreas rurales de Colombia (El Tiempo). Las ultimas atrocidades son un eco de las masacres anti comunistas, en los últimos 50 años, de mas de 220,000 personas, la mayoría civiles (Centro Nacional de Memoria Histórica).
Los liberales de la oposición, se autonombran el nuevo “centro político”, y están a favor del reformismo ambiental, la retorica vacía de los derechos humanos, y la social democracia al estilo europeo, política promocionada por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez en EE.UU. Ellos han mostrado su verdadera cara en la capital, Bogotá, donde la alcaldesa; Claudia López, lesbiana liberal que bien podría ser la segunda política mas poderosa del país, hizo campaña por que hubiera mas policías asesinos en as calles (bbc.com, 28/10/19). López ha desatado la ESMAD, un grupo paramilitar que es conocido por su letal policía anti motines, y atacar a cientos de trabajadores y estudiantes que se rebelaron contra el mal manejo de la pandemia por el gobierno.
Aquí, en EE.UU. y en todo lugar los enemigos mas peligrosos de la clase trabajadora son los grandes fascistas liberales, con sus falsas promesas de crear una sociedad mas justa e igualitaria – lo cual es imposible bajo el sistema capitalista regido para maximizar sus ganancias. En Colombia la alianza de liberales con reformistas ambientalistas, feministas y LGBTQ sirven para desanimar y mal dirigir a los trabajadores, para alejarlos de la lucha por el comunismo – la única solución para acabar con la miseria del capitalismo. La falsa izquierda, representada por sindicatos y partidos como el MOIR, (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario), están aliados a los patrones capitalistas en China y Rusia. Su enfoque no es luchar contra el capitalismo sino ganar mas influencia y licencia para robar dentro del gobierno.
Un mundo que ganar
En Colombia, dentro de nuestros colectivos y luchas diarias entre los trabajadores industriales, campesinos, estudiantes, hablamos sobre las trampas de los patrones para engañarnos y disuadirnos de luchar por la dictadura del proletariado. Nosotros organizamos en las calles, fabricas y hogares para lograr el derrocamiento violento de este sistema maldito. Aunque los desafíos son muchos, tenemos un mundo que ganar. ¡Lucha por el comunismo, únete al PLP!

KENOSHA, WISCONSIN, 26 de agosto—El veterano policía de siete años y medio, Rusten Sheskey, le disparó a Jacob. El otro policía malo que ayudó en este intento de asesinato fue Luke Courtier, un policía conocido por publicar, “Fue un buen disparo” sobre el asesinato policial de 2014 por 14 disparos de Dontre Hamilton, un hombre negro con esquizofrenia. El policía racista paralizó a Jacob de la cintura para abajo después de que una de las siete balas le cortara la médula espinal, le destrozara algunas vértebras y le dañara el estómago, los riñones y el hígado.
Algunos antirracistas, incluido el Partido Laboral Progresista, se han enterado de las protestas que se produjeron en todas las ciudades de Estados Unidos tras los asesinatos policiales de las recientes muertes de George Floyd en Minneapolis, Rayshard Brooks en Atlanta y Breonna Taylor en Louisville, Kentucky.
Una de esas lecciones es que nada asusta más a los gobernantes que la unidad multirracial y el liderazgo negro de la clase trabajadora. Mientras que el DESAFÍO va a la imprenta, una cohorte de PLPistas está brindando solidaridad a los manifestantes de Kenosha (ver el próximo número).
La Kenosha de Blake
Jacob Blake está paralizado de cintura para abajo después de que una de las siete balas le cortara la médula espinal, le destrozara algunas vértebras y dañara su estómago, riñones e hígado. La familia de Jacob parece tener un historial de preocuparse por la clase trabajadora: su abuelo fue un pastor que luchó por una vivienda justa en las décadas de 1960 y 1970.
Cuando se mudaron a Kenosha, fue para empezar de nuevo. Kenosha fue un centro de fabricación de automóviles durante un siglo hasta que la crisis capitalista llevó a los trabajadores a perder sus medios de vida. A partir de 2019, casi el 20 por ciento de los trabajadores viven en la pobreza oficial. Los matones del jefe de policía Daniel Miskinis son conocidos por sacar armas para algo tan pequeño como una parada de tráfico de rutina. El racismo sistémico de rutina y la decadencia del capitalismo estadounidense parecen estar en plena exhibición en esta ciudad.
Dos respuestas repulsivas de la clase dominante
Los pequeños fascistas republicanos apelan abiertamente al terror policial racista y al vigilantismo tipo Klan, una ideología que llevó a Kyle Howard Rittenhouse, de 17 años, a disparar y matar a manifestantes en Kenosha con un rifle. Un país que aliena a los trabajadores negros, latinos e inmigrantes tiene pocas posibilidades de impulsar a esas mismas personas a defender el imperialismo estadounidense contra rivales como China (ver página 4). Esta es la motivación detrás de la respuesta de los grandes fascistas.
Los Grandes Fascistas, principales capitalistas financieros de la clase dominante, no perdieron el tiempo en cooptar o enviar a sus apologistas. El oportunista Al Sharpton habló con el padre de Blake, quien ahora hablará en la conmemoración de la Marcha en Washington de Sharpton el viernes. Joe Biden, que espera ser elegido presidente en dos meses, dijo que los disparos de la policía “atraviesan el alma de nuestra nación”. Este es el mismo hombre que escribió el proyecto de ley contra el crimen bipartidista de 1994 que intensificó la guerra contra los trabajadores negros y latinos. Esta es solo una de varias leyes que Biden ayudó a redactar y patrocinar leyes (Vox, 6/20) que llevaron al Nuevo Jim Crow de encarcelamiento masivo. Como nuevo senador, también había trabajado con políticos segregacionistas para atacar los esfuerzos de integración a través de los autobuses escolares. Evidencia que los liberales no son el mal menor.
El estado es violento
Los medios patronales condenan lo que llamaron “disturbios”. Mientras tanto, cualquiera que tuviera ojos estaba presenciando la violencia sistemática de los policías racistas. Mientras los jóvenes y los trabajadores arriesgaban su salud y sus vidas en una pandemia para protestar contra el asesinato policial racista, los patrones se redoblaron con más terror fascista.
El alcalde demócrata John Antaramian instaló un toque de queda y llamó a 125 soldados de la guardia nacional, la fuerza de reserva militar para defender la propiedad privada contra los manifestantes. La policía aterrorizó a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.
La verdad es que el mayor instrumento de violencia a nivel mundial es el estado de los patrones: su gobierno, fuerzas militares, policías, tribunales, escuelas y medios de comunicación. Los capitalistas asesinan a millones cada año a través de la guerra imperialista, el desempleo masivo, la atención médica deplorable, las viviendas inasequibles y el envenenamiento de nuestro aire, agua y alimentos con fines de lucro. El capitalismo estadounidense en particular nació del saqueo más violento de todos: millones de trabajadores y niños de África fueron robados y esclavizados.
La ira llevó a los manifestantes a dañar los símbolos de la opresión diaria bajo el capitalismo: patrullas policiacas, juzgados y edificios comerciales. Por supuesto, la violencia individual y espontánea no les dará a los trabajadores lo que necesitamos. Un cambio real y duradero requiere algo más: violencia masiva organizada para tomar el poder del estado y hacer una nueva sociedad dirigida por y para la clase trabajadora. Se necesita un partido comunista internacional para eso.
 La unidad multiracial
Las rebeliones han demostrado una vez más que los trabajadores negros son clave para cualquier cambio y revolución real. Nuestra experiencia nos posiciona para sufrir más bajo el capitalismo sin tener nada que perder más que nuestras cadenas. Los instintos de los rebeldes están llamando a los cientos de años de revueltas y luchas contra la esclavitud, el racismo y el imperialismo.
El potencial de la clase trabajadora, cuando se realiza, tiene el poder de construir una nueva sociedad a partir de las cenizas de ésta. Para eso, necesitamos que todos los trabajadores —Negros, latinos, asiáticos, indígenas, inmigrantes, blancos— rechacen todos los aspectos de este sistema inherentemente desigual y sus trampas de política electoral. Únase al movimiento PLP para una vida de antirracismo mientras allanamos el camino hacia la revolución comunista.